Jack está... ¿Enfermo?

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Las estrellas deslumbraban en el cielo nocturno, cerca de la luna que se encontraba feliz. 

No tan feliz estaba nuestro pequeño albino que no podía dormir; Le dolía la cabeza, su temperatura había subido, tenía más hambre, vomitaba mucho, no le apetecía jugar tanto, lloraba mucho, se enfadaba con Bunny más de lo habitual, se sentía avergonzado...

Debido a este comportamiento tan inusual en Jack, se encontraba disutiendo con el gran mamífero. 

-¡No me quieres!- El albino estaba alterado, su cuerpo estaba en posición de defensa, levantado, con un pie delante del otro, el pecho hacia adelante y el ceño fruncido- Sé que prefieres a las mujeres tan bonitas que ves por las calles de las ciudades, ¡Me engañas!- La orejas de Bunny se pusieron hacia atrás y sus ojos demostraban que no se podía creer lo que decía el pequeño, aún con esas, decidió sacar un falso enfado para no mostrar ''Debilidad''.

-¡¿Cómo te voy a ser infiel?! Yo te quiero Jack, ¡Morí por tí!, y moriré las veces que haga falta, no digas sandeces, estás siendo un dramático- A Jack le dolió que sacase el tema de su muerte como arma arrojadiza. Se sentó en la cama y se encogió lentamente hasta mirar el suelo con lágrimas en los ojos. 

-Soy la peor persona que existe, te estoy insultando, y tú... Diste la vida por mí- Entró en llanto.- ¡Mátame Bunny! ¡Mátame! ¡No me merezco esta vida! ¡Soy imbécil, imbécil, imbécil! ¡Por eso no te gusta estar conmigo! ¡Por que soy lo peor que ha pasado por la tierra!- Se tumbó en la cama y se acurrucó, temblaba y sus sollozos se intensificaban. Bunny intervino. 

-No mi amor, no eres horrible, eres lo mejor que me ha pasado en la vida- Jack hizo oídos sordos y le pidió a gritos que se marchara. Bunny no podía más, su paciencia se saturó y salió de aquella habitación de un portazo. Haciendo a Jack temblar del miedo. 

Bunny se dirigió al reino de las hadas, suponía que Toothiana podría saber lo que le pasaba a Jack, ella tenía sus recuerdos ¿No?


***


De inmediato llegó a aquel palacio lleno de mini haditas trabajando como locas, revoloteando y cargando dientes. Bunny localizó al hada entre un ''remolino'' de trabajadorcitas , esta, como siempre, estaba inquieta hablando de niños y direcciones, le costó poder hablarle.

-¡Hada!- Gritó desde el otro lado, esta se giró y dejó de hablar para acercarse a su amigo, su visita se le hacía extraña. 

-¡Hola Bunny! ¿Qué te trae por aquí?- El conejo posó sus orejas hacia abajo con una cara seria y el hada reaccionó a sus gestos poniendo cara de preocupación.

-Es por Jack, está muy extraño, discutimos mucho y es muy exigente. No sé que hacer, las ultimas discusiones que hemos tenido me acusaba de serle infiel o de que no le hacía caso, además, come más de lo normal y luego vomita, ¿Qué puedo hacer?- Al hada se le cruzó una idea fugaz por la mente que le hizo sonrojar, no dijo nada ya que no quería alarmar a Bunny, a lo que se limitó es a darle remedios de toda la vida. 

-Puede que esté estresado o nervioso por algo, eso podría causar las nauseas y hambre, falta de tranquilidad. Lo de las discusiones, es normal, tu limítate a asentir y consentirle. Se le pasará. Y trata de calmarlo, hazle su comida preferida o cada vez que vaya a hacer un esfuerzo o un trabajo pesado, hazlo tú por él, y hazle un masaje. Funcionará.- Que mentirosa se sentía, pero debía entretener a Bunny hasta que hablase con North y le contase lo que pasaba. 

-O sea... Un mayordomo.- Pronunció aquellas palabras desganado.

-¡Exacto!- Asintió con una gran sonrisa, muy falsa por cierto. 

Oh, querida diversión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora