Fire & Water

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—¿Absolutamente seguro de que no quieres ir?

—Absolutamente seguro

—Es una fiesta de ingresados, y eres un ingresado —Me insistía haciendo pucheros como si se tratara de una niña pequeña—

—No voy a ir para que me dejes solo cuando alguien te ofrezca tener sexo —Respondí—

—¡Vamos! No quiero ir sola, dejaré que me veas tener sexo

—No gracias

Eran las 5pm, había una fiesta para los nuevos ingresados, sin embargo, no tenía absolutamente ninguna intención de ir.

A pesar de que mañana no tenía clases, no tenía intención de conocer a nadie en la universidad, ya con Leonora era más de lo que necesitaba.

Continúe estudiando para mis exámenes primarios, el ruido de la fiesta llegaba hasta acá pero no era tanto como para desconcentrarme.

Podía verse todo desde la ventana, la chica de cabello castaño me pasó dio número en caso de que surgiera algo, sin embargo aquello era poco probable, simplemente estudiaría hasta cierta hora y luego dormiría, seguramente ella llegará mañana con alguno que otro chico y listo.

Una habitación tan grande solo para mí, me hace pensar en la escuela, cuando apenas era un niño. En la sala de clases durante los recreos, un salón enorme solo para mí, ya que estaba absolutamente solo... Pero esta bien, llegue hasta donde estoy esforzándome, no le debo nada a nadie y eso me hace feliz, siento que mi día a día se basa en quererme un poco más a mi mismo... ¿No?

Me quedé un par de horas pegado a mis apuntes, hasta que sentí el teléfono vibrar en la mesa, Leonora me estaba llamando, lo más seguro es que estuviera borracha y esté haciendo alguna payasada, o quizás solo me llamó para que la escuché teniendo sexo, ya nada me sorprende de ella.

—¿Si? —Pregunté a la par que contestaba el telefono—

—¡Zorra de mierda! -Oia gritos del otro lado de la línea, era una voz femenina, pero está no pertenecía a la chica de puntas rojas—

—Querida, no te exaltes, yo no he echo nada malo —Pude distinguir esa voz, aquella era la de Leonora—

-¡Maldita puta estúpida! ¡Voy a matarte! -Algunos golpes se escucharon a través de la llamada, además de quejidos de dolor y un par de gritos-

Corté la llamada, me coloqué una chaqueta y fui a la fiesta, la cual estaba solo a un par de minutos de los dormitorios. No estaba muy preocupado, debía ser algún tipo de discusión de borrachas, lo más seguro es que solo sean palabras y poco más, llegaré, las calmaré y nos iremos pensaba.

Cuando llegué, había un montón de gente, festejando entre drogas y bailando como si no hubiera un mañana, busque con la mirada a la chica entre la multitud, no lograba ver mucho, además de que la música no ayudaba demasiado y aquella multitud me colocaba un poco nervioso. Podía recordar que en la llamada escuchaba las voces claramente, por lo tanto, deberían encontrarse en algún lado donde la música no se escuchara tanto.

Me dirigí a una especie de patio, la música se escuchaba más baja, había una piscina, algunas parejas y tal. Revisé un poco y ahí se encontraba Leonora, la cual recibía algunos gritos por parte de una chica de cabello negro y corto.

Me acerqué para llevarme a la chica del lugar, un tipo continuaba sosteniendo a aquella histérica tipa la cual seguía gritando y amenazando a Leonora.

—¡Voy a matarte! ¡Sucia perra de mierda! —Gritaba a la par que intentaba soltarse del sujeto que la sostenia—

—Ay querida, si tienes esa actitud es normal que pasara esto ¿No? —Parecia ser que Leonora aún no se había percatado de que yo estaba en el lugar—

Iba a acercarme para evitar que todo fuera a mayores, tomar a Leonora e irme del lugar, sin embargo, aquella tipa logró liberarse de los brazos del hombre que la estaba conteniendo, y ferozmente le dio un puñetazo en la mejilla a la chica de puntas rojas.

Lo vi todo con claridad, era imposible que me contuviera, miles de recuerdos llegaron a mi mente de manera acelerada, como si volviera a vivir todos aquellos momentos que mi cerebro a luchado por borrar. Mordí mi labio inferior con mucha fuerza, tanta que lo rompí, la sangre comenzó a brotar justo antes de que perdiera el control.

Corrí rápidamente hacia la chica que había propinado el golpe, la tome del cuello y comencé a levantarla, ella no entendía nada, no sabía quién era o por que estaba haciendo esto, sinceramente, yo tampoco.

Luego de estrangularla durante un rato, la lancé con fuerza contra la pared, dejándola aturdida y completamente aterrada.

—Kgh... Mierda... —Habia pasado de nuevo, maldita sea, nuevamente lo había arruinado todo, solamente me quedaba huir—

Salí corriendo sin pensar en nada, de mi labio aún caían gotas de sangre, mi cuerpo temblaba y mis ojos estaban llorando.

Ni siquiera sabía hacia donde estaba corriendo, era como si huyera de algo... ¿Pero de qué? ¿Del pasado? ¿De lo que acababa de hacer? ¿De la realidad? ¿Del echo de que iba a terminar causando los mismos problemas esté donde esté? Joder, siempre lo mismo, no importa cuántas veces haya intentado comenzar de cero, siempre volvía a lo mismo.

Me senté en el pasto, mientras corría llegue a un lugar de la universidad que jamás había visto, había una especie de laguna artificial, me senté a su orilla y comencé a gritar mientras escondía mi enlagrimado rostro.

—Gracias —Entre mis lágrimas, pude oír una dulce voz proveniente de detrás mio— Por venir a buscarme —Al voltearme, Leonora estaba detrás mío, algo cansada por correr detrás mío seguramente—

—Lo que menos deberías hacer es agradecerme —Contesté mientras limpiaba mi rostro a la vez que ella se sentaba a mi lado—

—Viniste a por mí ¿No? Es más que suficiente para agradecerte —Sacó una cajetilla de cigarrillos de su bolso y me ofreció uno—

—Si me llamaste, era para que te fuera a buscar —Acepté su oferta a la vez que sacaba mi encendedor—

—En verdad, te llamé para decirte que la fiesta estaba genial, luego llegó aquella chica y tal —Encendí ambos cigarros mientras continuabamos observando aquella extensa laguna—

—¿Y por qué comenzó todo aquello?

—Sigue mi consejo, si vas a tirarte a alguien con pareja, asegúrate de que al menos está última no esté en la habitación de al lado

—Solté una carcajada inevitablemente— Por Dios, eres incorregible ¿Sabes?

—Lo he escuchado bastante —Ambos reímos durante un tiempo mientras acabábamos nuestro pequeño vicio—

Pasaron las horas, se hacía tarde y debíamos volver a la habitación. Al final sí que terminé llendo a la fiesta.

Ambos estábamos cansados, así que apenas llegamos, nos lanzamos a la cama.

—Leonora... —No tenía idea de por que iba a preguntar esto, pero sentía que debía hacerlo— ¿Alguna vez me contarás qué te sucedió en la espalda?

—No lo sé... ¿Y tu? ¿Me diras que es lo que te sucede cada vez que me golpean?

—No es por ti... Algún día podré contártelo

—¿Hum? ¿Y ese milagro que de repente confías en mí?

—Solo... Duerme...

‡†††††‡

Well, si me sintiera mejor supongo que podría escribir más rápido, últimamente las cosas se han tornado duras, pero no me conocen por rendirme, love Y'all

Bitch!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora