Acababa de finalizar mi primera clase, sentía que iba a desmayarme del hambre, me di cuenta muy tarde que no había comprado nada para el desayuno, así que salí con el estómago vacío.
Mi boca apestaba a vacío, era normal, "No importa cuánto te laves los dientes, tu aliento será horrible si no has comido nada". Aquello solía repetirlo mi madre, tanto en el sentido literal como de una manera metafórica. Honestamente nunca lo entendí bien.
Tenía el dinero en mi habitación, por lo que debía volver a buscarla antes de pasar a comer algún lado, mi próxima clase no era hasta la tarde, así que tenía tiempo. Mientras me dirigía al lugar, pude notar a dos sujetos salir de mi cuarto, despeinados, transpirados y con la ropa colocada apenas.
—Sin duda, la mejor puta que me he tirado —Mencionó uno de ellos mientras pasaba cerca mío— ¿Cual era su nombre?
—¿Qué importa? No debemos volver a follar con ella, si nos ven hablando con esa tipa, será un suicidio social
Pude asumir que hablaban de Leonora, acababan de tener sexo con ella y hablaban de manera tan despectiva... Supongo que es lo que ganas al ser así, al ser una puta.
Abrí la puerta de entrada, mi compañera estaba en el sofá, semi-desnuda, con su cara y trasero cubiertos de esperma, su cara roja y ojos como si estuviera a punto de desvanecerse, parecía que apenas podía mantenerse consciente.
—Kgh... ¿S-Sebastian? —Preguntaba mientras me observaba con dificultad—
—Haceme un favor, si vas a tener sexo, al menos podría ser en tu cama ¿No?
—Cuando son varios, es más complicado —Intentó levantarse con algo de dificultad, tenía su pecho al descubierto y sus pantalones estaban en el piso—
—Date una ducha, y por favor, si sabes que vendré pronto al menos intenta acabar antes para no verte de esa manera
—Se nota tanto que eres virgen —Soltó una pequeña risa antes de entrar al baño, el sonido del agua caliente comenzó a caer rápidamente— ¡Por cierto! —Me gritó desde el baño— ¡Te tengo una sorpresa en el refrigerador!
¿Una sorpresa? ¿Por que? Seguramente sería algún tipo de tontería, no encontraba motivos para que ella me diera una "Sorpresa".
Abrí la nevera, busqué con mis ojos que podría catalogarse como tal, vi un plato con una pequeña caja tapando su contenido, lo saqué del lugar y revelé unos muy bellos y bien formados panqueques, rellenos con mermelada y algunos con manjar.
Mi mirada estaba atónita, a pesar de que no era nada del otro mundo, estaba demasiado impactado al ver aquel desayuno preparado exclusivamente para mí.
Aún con la boca abierta, llevé el plato a la pequeña mesita que había en el balcón, los observé nuevamente, en verdad eran panqueques, llevaba muchos años sin comer unos.
Tomé uno de ellos y lo llevé a mi boca, relleno con mermelada de moras. Al darle un mordisco, una enorme cantidad de recuerdos volvieron a mi cabeza, recuerdos bellos de mi madre preparándonos panqueques a mis hermanos y a mí para el desayuno, recuerdos que se ven tan lejanos pero a la vez tan cálidos... Inevitablemente una lágrima cayó del costado de mi cara, la cual fue limpiada por unas manos humedas, Leonora había salido de la ducha. Cubría su cuerpo aún desnudo con una toalla de color blanca, sin duda había sido una ducha muy rápida.
—No creí que te gustarán tanto hasta el punto de llorar —Dijo observándome con una dulce sonrisa—
—No es eso... Es solo que... Me trae recuerdos
—¿Recuerdos?
—Llevaba años sin comer panqueques, solamente he comido los que hacía mi madre... —Tuve una pausa unos segundos para limpiar otra lágrima que salió de mi ojo— Gracias, están muy ricos —Comenté mientras daba otro bocado
—Como saliste sin desayunar, creí que sería bueno recibirte con algo, así que te preparé esto... Me alegra dar en el blanco —Me observaba detenidamente, no era tonta, sabía que algo había sucedido con mi madre— Será mejor que vaya a vestirme —Mientras ella se retiraba, su toalla se cayó, revelando su espalda, rápidamente ella la tomó nuevamente, por primera vez, parecía importarle que no la haya visto—
Sin embargo, si que la vi, su espalda, estaba completamente llena de horribles cicatrices, quemaduras, marcas de golpes y rasguños, todos ellos echos hace tiempo tal parece, pero a pesar de los años, podían notarse la profundidad que tuvieron estás, su piel estaba deformada por las quemaduras, los cortes y los golpes habían marcado esas zonas para siempre.
Hubo un silencio temporal, ambos estábamos quietos sin soltar ni una palabra, sinceramente, no sabía que decir.
—¿Viste? —Preguntó después de aquel largo silencio—
—Odiaba mentir, debía decirle la verdad— Si, vi tu espalda
—Ya veo...
—¿Qué sucedió?
—¿Qué sucedió con tu madre?
Ya podía darme cuenta por donde iban las cosas, ambos teníamos secretos y queríamos guardarlos, era mejor que respetará su intimidad, nos conocíamos hace apenas un dia, era normal que no quisiera hablarme de aquello.
—Gracias por los panqueques —Dije para cambiar el tema de conversación—
—Tomalo como un agradecimiento por lo de ayer...
Seguí comiendo mientras la chica castaña se vestía. Sin duda, aquellos panqueques estaban sumamente deliciosos...
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Hi uwu me demore un poco, no por que me costara escribirlo, más bien por que quería publicar el 2do capítulo junto con la preciosa nueva portada 😍
Mil millones de gracias a la editorial GardenOfCactus y a la editora jessinmyworld ❤️ sin duda se han ganado mi corazón total

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Bitch!
Historia CortaDos extremos de la vida unidos únicamente por un vicio en común ¿Cómo se desenvolverse está situación cuando ninguno de los dos disfruta la vida a su manera?