Land & Sky

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—Mierda mierda mierda ¿Cómo pasó esto?

—¡No sé! Llevo años cuidandome, no se que pudo fallar

Ambos estábamos completamente acelerados, esto nos había llegado de la nada, nos había golpeado tan fuertemente que ni siquiera podíamos asimilarlo aún.

—¿Tú periodo? ¿Hace cuanto no te llega?

—Hace unos meses, creí que era algo bueno —Leonora se calmó un poco, creí que yo debería hacer lo mismo— Digo, poder follar sin problema y tal

—Dios mio, eres completamente ridícula... —Me senté en el piso mientras tapaba mi cara utilizando mis manos— Un bebé...

—Un bebé... —Mi compañera se colocó a mi lado, aún observaba las pruebas de embarazo como si no fueran reales— Dios mío, en serio es un bebé

—¿Qué planeas hacer? —La observé, aún seguía pálida, en verdad creí que está vez lloraría por un motivo u otro, pero se quedó tranquila durante unos segundos—

-—Por Dios, es un bebé de verdad —De la nada, la chica de puntas rojas comenzó a sonreir— ¡Maldición! ¡No puedo ser más feliz! —Me dio un abrazo con toda la fuerza que tenia—

—Tranquilizate —A pesar de todo, esto era mejor a que estuviera desesperada sin saber que hacer— ¿Estas segura de esto?

—¡Por supuesto! ¡Nada podría hacerme mas feliz ahora! —Acarició su vientre con ternura mientras sonreía— Un bebé, estoy muy feliz

—¿Y como reaccionará tu familia? -—Pregunté mientras me levantaba a buscar los dulces que habíamos comprado, necesitaba comer algo, este asunto me comenzaba a estresar—

—Apenas tengo ¿Sabes? Solo está mi madre, tampoco es que tenga una relación muy cercana a ella

—... —Me acerqué con la bolsa en la cual teníamos nuestros dulces— ¿Sabes algo? Eres mi única amiga en el mundo, si vas a tomar la decisión de ser madre, voy a ayudarte —Me volví a sentar a su lado, estábamos frente al balcón, comenzaba a anochecer— Sin embargo, tengo solamente una condición, no quiero secretos —Tomé un oso de goma, siempre me comía las extremidades primero— Quiero que me cuentes que sucedió, tu espalda, tu familia, tu vida —La miré decidido, no iba a aceptar un "No" como respuesta—

—Bluff —Luego de suspirar, tomó un oso de goma y lo lanzó a su boca— Supongo que te lo debo ¿No? —Hubo un minuto de absoluto silencio— Jamás nadie supo quién era mi padre, mi mamá estaba muy ebria la vez que la embarazaron y no recordaba nada... Ella tenía solo 17 años, por lo que no podría cuidarme sola —Vi como mordía su boca desde dentro antes de continuar— Vivíamos con mi abuelo, el tenía al rededor de 35 cuando yo nací... Tenía dinero suficiente para hacerse cargo de mi, sin embargo, siempre le gritaba a mi madre, el ambiente era muy tenso, ella tenía miedo de ser echada a la calle...

—¿Que hay de tu abuela? —Pregunté mientras le daba un sorbo a mi lata de soda—

—Nunca la conocí, ella falleció antes de que yo naciera —Tomó una pausa para comer una galleta— Recuerdo mi sexto cumpleaños, jamás lo olvidaré, mi madre debía trabajar, por lo que quedé sola en casa con mi abuelo, en ese tiempo usaba muchas poleras que dejaban a la vista mi espalda, se que suena raro, pero tanto mi madre como mi abuelo solían decirme que mi espalda era muy bonita, aún que yo la veía como cualquier otra... —Hubo otro minuto de silencio, Leonora se estaba forzando a continuar, ella no quería hablar de esto—

—Disculpame, no tienes que seguir si no quieres

—Estoy bien... Es algo que quiero que sepas... —Volvió a suspirar antes de continuar hablando— Mi abuelo se acercó a mí, volvió a alagar mi espalda, diciéndome que era muy bonita, recuerdo que eso me hacía sentir feliz...  Pero esa vez, el me dijo que lo acompañara a su habitación, que me iba a dar mi regalo de cumpleaños... Me desnudó completamente, empezó a besar todo mi cuerpo —Sus ojos y sus labios temblaban, empezó a transpirar y a tartamudear ligeramente— Se sentía horrible, le pedí que parara, entonces me golpeó y me botó al piso... Entonces... El... El... —Llevó sus manos a la cabeza mientras seguía temblando— Fue y me usó como si fuera su maldito juguete, haciéndome gritar y suplicarle que parara, era una maldita niña, ni siquiera conocía mi cuerpo completamente, llegaba a vomitar del dolor horrible que sentía... Me dejó botada, encima de una mezcla de vómito, semen, sangre y sudor... El en cambio, comenzó a fumar mientras mi joven cuerpo perdia la consciencia...

—Estaba sin palabras, no podía decir nada, solo podía seguir escuchabdo—

—... Hubiera deseado morir ese dia, pero no pude, y el infierno se repetía... Cada vez que el tenía la oportunidad abusaba de mi... Solía decirme alagos sobre mi espalda, que era muy bonita, que no quería que nadie más la tuviera... Entonces comenzó a destruirla... Me apagaba cigarrillos, me cortaba con sus navajas de afeitar, me golpeaba, incluso me enterró un destornillador una vez —Se quitó la camisa para mostrarme, se veía un agujero cercano a su hombro, entre medio de varios cortes y quemaduras— Cuando no estaba abusando de mi, se acercaba para recordarme que era una perra, una puta y que jamás nadie iba a quererme... Sufrí ese infierno por cuatro años, hasta que me arme de valor y se lo dije a mi madre...

—¿Y que sucedió?

—Soltó una risa algo enojada— ¿Que sucedió? Me dijo que no podía hacer nada, dependíamos de él y que me aguantará ¿¡Que me aguntara!? ¿¡Que clase de madre te diría eso!? ¡Mierda! —Sus ojos temblaban aún más, sin embargo, estos no derramaban ni una lágrima, supongo que ya lloró todo lo que una persona pudo llorar— A los 10 años, me intenté suicidar por primera vez, era solamente una niña y no quería vivir... Me tomé todas las pastillas que encontré en la casa junto con una botella de alcohol, tenía un sabor fuerte, no recuerdo de que era, solo que se la robe a mi abuelo... Me desmayé y desperté en el hospital

—¿Los doctores no hicieron nada al ver tu espalda?

—Al ver qué intenté suicidarme, creyeron que me lo había echo yo sola... Ni siquiera con ese intento los abusos pararon, el continuó destruyendome cada día, durante cinco años más... Hasta que un día, tuvo un "Accidente" de auto

—¿"Accidente" de auto?

—Me gusta pensar que más que accidente, fue el destino... El estaba conduciendo para ir a buscarme a la escuela, mi madre estaba trabajando, lo que significaba que era momento de vivir otro infierno... La autopsia reveló que se estaba masturbando mientras conducía, y por eso chocó, fue un puto cerdo hasta el final, lo único que me da lastima es que no haya sufrido ni un poco de lo que él me hizo sufrir... Me encantaría decirte que ahí terminaba todo

—¿Hay más? —Estaba completamente impactado, no podía creer que alguien pudiera aguantar eso, y aún así había mas—

—Crei que por fin todo estaría bien, que podría comenzar a vivir una vida normal... Pero no, ni siquiera muerto el me dejaba en paz... Comenzaba a tener ataques de pánico durante la noche, sentia dolor en todo el cuerpo, gritaba, sudaba en exceso, sentía... Sentía que estaba encerrada en un cuarto que cada vez se hacía más y más pequeño... Podía verlo a el, al hombre que destruyó mi vida, podía verlo cada maldita noche, recordándome que jamás nadie iba a quererme, que era solamente un objeto para el placer de los demás... Todas las noches era un infierno distinto, y mi vida comenzó a dar vueltas... Sentía que mi cuerpo necesitaba tener sexo, ni siquiera por placer, solamente... Joder, era como una maldita droga, me había destrozado la vida, pero no podía seguir si no tenía sexo... Comencé con mis compañeros de clase, luego con hombres mayores, profesores... Con quién me lo ofreciera, me había vuelto lo que él decía que era, una puta... —Hubo una última pausa más o menos larga, necesitaba tiempo para asimilarlo todo— Nunca le conté esto a nadie, por lo que mis compañeros no veían a una chica cuya única forma de salir del infierno era acostarse con alguien, no... Ellos solo veían a una perra... —Su mano temblorosa acercó un cigarrillo a su boca—

La noche había caído, ahora mi compañera era como un cristal, era increíble ¿Cómo una persona así podía seguir siendo positiva? ¿Cómo podía despertarse con una sonrisa todos los días?

—No... ¡No! —Leonora lanzó su cigarro al piso, y luego arrojó su cajetilla por el balcón— No me rendí en el pasado y no me rendiré ahora —Se levantó mientras me observaba determinada— Puedo con este bebé, dejaré de fumar, dejaré de tener sexo... Mi hijo... Será el comienzo de mi nueva vida

—No me canso de decirlo, eres increíble —Luego de levantarme, la imité y lancé mi cajetilla de cigarros— No estás sola, te ayudaré —Le di un fuerte abrazo mientras el cielo nocturno nos cubría a ambos— Y cuando nazca tu niño, seré feliz de ser su tío

—Sebastian... —Leonora me devolvió el abrazo— ¿Sabes? Deberíamos aprovechar la noche y hacer una lista de nombres

—Hay que aprovechar los dulces ¿No?

Ese embarazo, no sólo habia cambiado la vida de Leonora, ambos comenzábamos de nuevo, solo que esta vez, ninguno de los dos se encontraba solo.

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uwu de a poco supero ese asqueroso bloqueo, Love y'all

Bitch!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora