Far from Sugar➳Suga; BTS

[18] Una mirada al pasado

[Comentario importante al final del capítulo]

— ¡Mamá! ¡Mamá!—llegué corriendo a la altura de mi madre, casi llevándome la puerta de entrada conmigo, y aferrando un folio contra mi pecho.

Ella se hallaba senada en el recibidor, comiendo fruta picada de un plato, y mirando en televisión lo que parecería ser una telenovela sudamericana.

— ¿Qué? ¿Qué pasa?—frunció el ceño una vez divisó como mi mochila volaba de mi espalda a quizás quien sabe dónde.

Me dejé caer a su lado y reboté sobre mi trasero varias veces, antes de hablar.

— ¿Me creerías si te digo que no hice la tarea de música y que me tocó improvisar frente al maestro?—mi sonrisa llegaba de oreja a oreja, y yo no podía evitar ocultar mi emoción.

—Me parecería extraño que no fueras irresponsable, así que si. ¿Qué sucedió?

—Pues, toqué en piano una melodía al azar y logré que sonara lo suficientemente bien para... ¿Estás lista? ¡¿Estás lista?!—comencé a rebotar nuevamente.

— ¡Si, si! ¿Qué sucedió?

— ¡Para tocar frente a toda la escuela, en la despedida del último año! ¡Dice que fue tan lindo que se asegurará de hacerme eximir algunas notas a cambio de presentaciones en vivo!

— ¡Eso es muy bueno, hija! ¡No sabes lo feliz que estoy por ti!—me acercó a ella por la nuca, y me plantó infinidad de besos en la cabeza.

— ¡Lo sé, lo sé! ¡Es mi primera presentación a fuera del auditorio del conservatorio...! ¡Y es mi primera presentación como solista! ¡No sabes lo emocionada que me siento!

—Lo imagino, nena. ¿Y podré ir a verte?—asentí repetidamente— ¡Es fantástico! ¡Llamaré a tus abuelos! ¡Estarán tan contentos por ti!

— ¿Cómo...? ¿Los harás venir a Corea?

— ¡Es una noticia que hay que compartir! ¡Por supuesto que sí!

Grité lo más fuerte que pude, y me volví a abalanzar sobre mi madre.

De pronto, el sueño a gran escala de dedicarme a la música no parecía tan lejano como lo hacía unas semanas atrás.

Caminé hacía el antiguo salón de música, salón, claro, que ahora se hallaba simplemente poblado por un gran piano, negro y brillante, y por un par de sillas a los costados. Se notaba volar el polvo a través del sol en las cortinas. Era, por así decirlo, la hora dorada, y ver el sol reflejado en el piso flotante era realmente cautivador.

En ese salón no existía nadie más, nadie. Tan solo éramos el piano y yo.

Este espacio estaba totalmente alejado de la multitud. Solo una pequeña habitación en un rincón olvidado de la escuela; nada relevante. Pero el único lugar en el cual no me sentía abrumada.

De pronto ya no existían las clases del reformatorio, ya no existían las matemáticas, ya no existía la irritante Rachel de 4 años, ya no existían los entrenamientos militares mañaneros de papá, ya no existía mi misterioso vecino...

Alto, ¿"Vecino"? ¡No era solo eso!

Tan pronto caí en que tocaría para el último curso, me sentí desfallecer. Yoongi estaba en el último curso. ¿Eso significaba que me tocaba despedirme de él? Después del instituto... ¿no volvería a verlo más? Que va, era mi vecino, estaba acostumbrada totalmente a verlo inclusive regar el pasto.

Suspiré con agotamiento y me dejé caer el taburete.

Dios mío; también estaba acostumbrada a ir con él de arriba para abajo, es decir, siempre me cuidaba. No sabía con exactitud si tan solo meses después de abandonar la escuela, iría a parar a una universidad en la capital o algo por el estilo.