[11] J-Hope

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— ¡Ni se te ocurra escapar! ¡Te encontraré si lo haces, no servirá de nada!

Rodeé los ojos por enésima vez en el día.

— ¡No soy tan idiota!—le grité devuelta, girándome sobre mis talones.

— ¡No te creo!—respondió una última vez, echando a andar el coche y finalmente dejándome a mi total albedrío.

Pegué un gran suspiro antes de decidirme a avanzar en el campus. Era miércoles y la audición era el viernes. Si no me inscribía ahora ya no podría postular hasta el segundo semestres (que sería en más o menos seis meses).

Le insistí a Yoongi durante unos minutos. Luego de mi "escapada" con Jimin, al parecer pensaba que yo había perdido mi sentido común. Podría apostar ciegamente a que el imaginaba que había vuelto a la niñez. Un período de la infancia donde él me protegía de los bravucones de la escuela y después me llevaba a la academia de música.

Que va, no era un sentimiento demasiado grato el hecho de saber que nadie tiene demasiada confianza en tus actos. Y lo peor era que tenían sus razones para hacerlo. ¿Pero qué podía hacer? Demostraría no ser un fracaso absoluto cuando no dependiera de nadie, y para eso faltaba un poco más de tiempo.

Contemplé una vez más el papel en mis manos. Era un pequeño mapa de la universidad y no se veía demasiado complejo, o al menos para mí. Eso sí, no pude evitar desorientarme de sobremanera al ver que, la entrada donde yo estaba, no conectaba con el pasillo principal.

En ese momento, luego de levantar mi mirada del colorido mapa, sentí lo mismo que cuando llegué a Seúl:

Desesperación.

¡Claro! ¡Siempre me pasaba algo! Apenas cinco segundos en el campus y ya estaba perdida. Yo toda valiente le había contestado a Yoongi que no se preocupase más de lo necesario, y que me dejara a mí el resto. Digo, en algún momento tenía que dejar de depender de alguien, ¿no?

Pues ese momento no sería ahora.

Me di media vuelta con la intención de acercarme a las oficinas principales, pero antes de que eso pasara, sentí un fuerte golpe en mi hombro, devolviéndome a mi posición anterior, solo que ahora, de culo al piso.

Chillé una vez sentí el asfalto quemar mis muslos y me sobé el trasero por encima, una vez volví a mirar hacia arriba.

— ¡Hey!—me quejé desde el piso, llamando la atención del causante, el cual lucía realmente exaltado y nervioso.

Movía su cabeza de un lado a otro, como buscando a alguien o a algo. Su cuerpo era delgado y definido. No era tan alto, pero tampoco demasiado bajo. Su cabello se aproximaba lo más posible a un tono cobrizo. Su piel era no tan pálida, dándole un toque playero.

Su torso estaba cubierto por una suelta polera color verde musgo, y vestía unos pescadores de mezclilla y una sandalias. No se le veía demasiado marcado ni tampoco lo demasiado ancho; estaba en un punto ideal.

No fue hasta que me miró a causa de mi queja, que pude apreciar su rostro. Su nariz estaba perfectamente formada; era respingada no tan grande. Sus labios eran gruesos y con forma de corazón. Sus ojos (a pesar de estar con confusión en su rostro) se le notaban alegres y con forma de medialuna. Sus pómulos resaltaban en su cara, y le daban un toque amistoso. Estaba levemente maquillado, se le notaba gracias al aegyo sal (a no ser que su brillo sea natural) y unas lentillas verdes que me impedían contemplar el verdadero tono de sus ojos.

Era...guapo. Bastante guapo.

—Oh...—me observó con torpeza. Se mantuvo quieto un segundo, mirándome fijamente, hasta que de un instante al otro volvió en sí, y se vio totalmente sorprendido— ¡Oh, lo siento!—me tendió su mano, y yo no dudé en aceptarla.

Far from Sugar➳Suga; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora