06: Máscara de Felicidad

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—¿Cómo carajos llegaste tan rápido?

Pregunté al ver a la morena en mi puerta

—Justo estaba viniendo para acá. Bueno huyendo

—¿Ahora que hiciste?

—¡Pues tu amigo me dejó sola! Cuando llegaron los familiares del chico todos me querían golpear

Ella pasó a la casa.

—No exageres

—¡Es en serio!— me tomó de mi chaqueta con fuerza—¡Llegó una mancha de gente al hospital haciendo alboroto, ______!
—Ush, bueno eso te pasa por atropellar a alguien
—¡Fue un accidente!— seguía apretando

—¡Okay! Cálmate, ¿vale?

Hice que me soltara la chaqueta.

—Tuve que dejar todo pagado para colmo— se sentó en el sofá y miró a Xavier—Niño

—Negris

—¿A quién le escribes tanto?

—A Camila, quería salir y como alguien— miré al menor—no quiso salir, la estoy invitando

Xiomara apoyó sus brazos en el respaldo del sofá con las rodillas dobladas para poder mirarme.

—Ouh, muy bien— la miré confundida—Conquistando a la Camila Culobello
—Sólo estoy siendo amable— seguía escribiendo—Es más, ella me buscó primero

—¿En serio?— hizo un ademán de pensar—La chica da la iniciativa, buena señal

—¿Tú no dejas de ser idiota?

—Sólo cuando duermo— puse los ojos en blanco

Sonó el timbre, seguro eran los demás ya que Camila estaba intentando quitarle el libro a Natalia para que la acompañara.

Abrí la puerta y allí estaba Samantha, con sus audífonos blancos, seguramente escuchando a Bazzi.

—Hola— sonrió apenas
Ella no estaba bien.

—No estás bien— empezó a entrar

—______ debes dejar de...— la miré con los ojos entrecerrados—De tener razón. ¿Ya llegó Xiomara?— habló mientras iba a la sala—Pues si

—Siempre puntual nunca impuntual, bae

—Voy a sacar el UNO de tu habitación

—¿Está con la regla?— preguntó la morena

—No lo creo

A los pocos minutos llegaron los chicos, sólo faltaba Camila que no respondió mi último mensaje pero tampoco quería ser pesada así que no insistí.

Todos hasta Xavier estábamos jugando.

Era increíble como aquel niño nos podía ganar dos rondas seguidas. Sin duda alguna él me impresionaba cada día más y era lo que amaba de él. Nunca tuve un hermano que pudiera cuidar o que me cuidara a mi, tenerlo a él era como uno tanto mayor como menor pues a pesar de su edad aquel niño podía ser más astuto que uno mismo.

Mi celular empezó a sonar haciendo que todos se quejaran por detener el juego pero debía contestar. Me puse de pie y al leer el nombre salí para la entrada. Contesté.

—Hey, estoy que te espero

—Sí, eso. Yo...creo que me perdí
—¿Qué?— salí a la pista—¿Y Natalia?

—No quiso venir y me amargué, entonces sólo salí e intenté ubicarme

—Vale, dime en que calle estás o que te rodea

Conceptos de Amor: Camila Cabello y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora