Capítulo 1

8K 562 3
                                    

Capítulo 1

El tiempo se estaba agotando, lo sabía, no podían continuar escondidos mientras el mundo mágico pendía de un hilo, debía terminar con esa estúpida profecía cuanto antes, pero estaba harto, estaba harto de que su vida se pudiera resumir fácilmente entre dos opciones, los buenos y los malos... Gryffindor y Slytherin... odiaba aquello.

Desde que había nacido lo orillaron al bando de los "buenos", pero ¿Qué tenían realmente de buenos? El principal dirigente lo había abandonado en la puerta de una casa muggle donde lo trataban peor que a un elfo doméstico, se había visto obligado a hacer cosas fuera de su alcance desde corta edad y sufrir muchas otras, pero ¿Para qué? Para que a partir de los once años fuera vilmente usado para derrotar al mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos.

Él lo sabía, solo fue criado como un cerdo para el matadero, las únicas personas que realmente lo habían ayudado eran Ron y Hermione, aun sabiendo el peligro constante en el que vivirían.

Todo a su alrededor era una farsa, nada era como el mundo mágico creía comenzando principalmente por el hombre que dormía a su lado, aquel que fue llamado traidor por ambos bandos, y lo permitía solamente para protegerlo.

***

Magia! ¿Cómo pudieron mantenerlo alejado de todo aquello? Era fantástico, lentamente observo como todos los chicos de su edad eran seleccionados en las cuatro diferentes casas hasta que su nombre retumbo en la gran habitación

-¡Harry Potter!

Un súbito silencio apareció, tanto profesores como alumnos estiraban sus cuellos desde sus lugares intentando ver al niño-que-vivio, sus manos comenzaron a sudar dirigiéndose al banco donde le colocaron aquel viejo sombrero

-mmm... - Escucho una vocecita en su mente cuando una horrible idea lo asalto ¿Y si a él no lo elegían para ninguna casa? ¿Y si se quedaba ahí sentado con el sombrero seleccionador durante horas hasta que la profesora McGonagall se lo quitaba diciéndole que evidentemente se habían equivocado y lo llevaban de vuelta con los Dursley? – Difícil, muy difícil, lleno de valor, lo veo, tampoco la mente es mala, hay talento, he... vaya, si, y una buena disposición para probarse a sí mismo, interesante, interesante, nunca había visto tanto rencor... entonces ¿En dónde te pondré? – En Slytherin no, en Slytherin no, pensaba con fuerza aferrándose al banco – Con que en Slytherin no ¿he? ¿Estás seguro? Podrías ser muy grande, conseguir lo que más anhelas, lo tienes aquí, todo está en tu cabeza, la casa de las serpientes te ayudaría en el camino hacia la grandeza, a conseguir tu venganza... Bueno, si estas tan seguro mejor que seas ¡GRYFFINDOR!

Sin poder evitarlo soltó un largo suspiro caminando hasta la mesa de los leones donde le dieron una calurosa bienvenida, podía ver perfectamente desde su lugar la mesa de profesores, al final de ella en la esquina más alejada se encontraba un profesor, sus ojos ónix se conectaron con los suyos un breve segundo donde toda capacidad del habla le fue arrebatada hasta que una fuerte punzada sobre su cicatriz le hizo apartar la mirada.

-¿Quién es el profesor que esta junto a Quirell? – preguntó

-Es el profesor Severus Snape.

***

-¿Harry? – Escucho su nombre salir de aquellos labios que ya tantas veces había besado – Déjame revisarte.

-No es necesario, estoy bien – Lo observo levantarse retirando con cuidado la tela de su torso observando su piel, había grandes cicatrices rosadas las cuales gracias a las pociones que su pareja había elaborado se encontraban mucho mejor a comparación de 6 horas atrás, el mayor no pudo controlar un largo suspiro.

-casi han cerrado

-gracias a ti – susurro acariciando el rostro del mortífago dejando un suave beso sobre los labios del mayor, en momentos como ese no había necesidad de más, un leve beso acompañado de una caricia y una mirada, entonces, sabrían que todo estaría bien.

Sin perder el tiempo el profesor tomo varias pociones dándoselas a beber al más joven, hizo todo lo que estaba en sus manos para curarlo, y para qué negarlo estaba orgulloso de haber logrado curar al menor en solo horas, cosa que jamás creyó al ver el débil cuerpo de su chico sangrando a grandes cantidades mientras lo tomaba entre sus brazos como si se fuera a romper en pedazos.

***

-¿Me buscaba mi Lord? – Hablo dejando caer una rodilla en el suelo reverenciando al señor obscuro. Era mitad de semana, poco antes de la media noche, no era usual que el Lord le mandara llamar de esa forma.

-Severus, me alegra que hayas venido tan pronto, sé que eres uno de mis más fieles seguidores, por ello, te tengo un regalo, puedes hacerle lo que desees, torturarlo, azotarlo, es completamente tuyo, solo no lo mates, y dame el placer de escuchar sus gritos.

En cuanto las mazmorras le fueron señaladas entendió que de ahí no saldría hasta que cumpliera con lo que el Lord Obscuro le había ordenado, rápidamente en su cabeza pensaba en todas las posibilidades para saber quién le estaba esperando allá abajo y como salir de aquello, pero todas las opciones llegaban solamente a su pareja, Voldemort había estado sumamente contento y tranquilo pero estaba seguro que Harry se encontraba en Hogwarts, en la sala de menesteres rodeado de quienes incluso darían la vida por protegerlo, ¡Oh! Pero que tonto! ¿Cómo fue posible que olvidara lo terco y estúpido que podía ser el menor? Doblo en la esquina exhalando al ver el cuerpo del niño-que-vivio tirando en el suelo de lo más profundo de la mansión Malfoy.

-H-Harry...- Hace años atrás creyó que ver a Lily aquel Halloween era el dolor más grande que viviría pero el terror al ver al ojiverde sangrando en el suelo con la ropa jirones sin ningún movimiento que le indicara que continuaba con vida no tenía comparación

-S-Sev?

Parecía que el alma volvía a su cuerpo en escucho su nombre salir de aquellos labios, sin esperar nada más se hinco en el suelo tomando el cuerpo de su pareja entre sus brazos inmediatamente un grito escapo de sus labios.

-perdóname, ¿Qué mierda haces aquí?

-n-no, está bien... Quería hacer un trato ¿Q-Qué haces?

-sacarte de aquí

***

Los momentos en silencio eran los mejores, simplemente detenerse a observarse y disfrutar la compañía del otro eran perfectos, pero había un par de cosas que rondaban por la mente del más joven no permitiéndole disfrutar del todo aquel cómodo silencio.

-Sev, ahora eres un traidor, debiste hacer lo que te ordeno.- El tono de Harry era bajo observo el perfil de su pareja viéndolo fruncir el ceño

-Nunca – contesto sin siquiera pensarlo – Jamás te haría daño Harry – No negaría que estaba molesto, ¿Cómo creía posible que creyera que podría golpearlo solo para mantener al Lord contento? Tenía que aceptar que tomarlo y lanzarle hechizos a quienes se les interpusieran no había sido la mejor idea, pero solo era capaz de pensar en sacar al menor de ahí para poder atender sus heridas

-Ahora quien será el Director? Pusiste a todos en peligro

-McGonagall sabía que si no volvía para dentro de 3 horas debía comenzar a actuar, no te preocupes, todos están a salvo.- le respondió acariciando el dorso de su mano - ¿Qué trato querías hacer?

-Darle todo lo que pudiera para que llegue al ministro y se haga del poder.

Enchanted SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora