Capítulo 5

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Capítulo 5

-Harry, dijiste que eran siete horrocruxes, solamente tenemos cinco, nos hace falta uno sin contar a Nagini – Hablo Ginny señalando el pequeño baúl dónde tenían dichos objetos

-yo soy el séptimo, ¿estoy en lo correcto Sev? – Tomo la mano del pocionista mientras este asentía besando las runas en la piel del menor – Si planeas hablar con él, ese será tu seguro

-de acuerdo, no quiero poner a nadie en peligro de más pero voy a necesitar que Draco me acompañe

-no irás solo Harry – Una profunda voz resonó a su espalda reconociendo de inmediato al animago – Iré contigo

=nosotros también

-no, yo no

-Harry... el señor tenebroso lleva a su guardia siempre con él, si te ve en clara desventaja aun y con tu poder no dudará en atacarte, sabemos que puedes contra el velo pero a que costo? Una imperdonable actúa completamente de forma distinta, no voy a arriesgarte. – Sabía que el pocionista estaba en lo correcto, pero ¿llevar a sus amigos hasta Voldemort?

-De acuerdo – Susurro con pesar mirando a sus amigos – Tienen los colmillos del basilisco? – Preguntó viéndolos asentir mientras lentamente comenzaba a explicar el plan, Ron, Hermione, Neville, Draco y Sirius escucharon cada parte sin oponerse a nada, aun cuando no estaban del todo de acuerdo.

Harry no era estúpido, aquella "captura" había sido a propósito, darle confianza a Voldemort para que bajara un poco la guardia y poder atacar, perfectamente se pudo haberse defendido sin siquiera mover un dedo ante las torturas que había sufrido pero debía hacerle creer que era débil, sin embargo principalmente había sido una distracción, mientras el Lord se encontraba contento torturándole sus amigos tendrían el tiempo necesario y sin obstáculos para conseguir la diadema de Ravenclaw y los colmillos del basilisco así como la espada de Gryffindor la cual había aparecido ante Longbottom.

-Harry! - Rápidamente el ojiverde se vio asaltado por un fuerte y asfixiante abrazo de la señora Wesley, podía escucharla regañándolo, pero era incapaz de comprender todo lo que decía, sin importarle que tan enojada pudiera estar la abrazo con fuerza mirando detrás de la mujer encontrándose con Madame Promfrey y la profesora McGonagall. Les tenía un profundo aprecio por todo lo que intentaron hacer por él aun cuando no lograron hacer mucho.

***

Un pequeño de 12 años se encontraba en una pequeña cama, su cuerpo dolía y ardía de maneras inimaginables mientras el asco lo invadía cada vez más

-¡Llora! ¡Ruega que me detenga! – Las gordas manos de Vernon Dursley golpeaban y sostenían con fuerza al niño-que-vivio contra la cama, Harry podía sentir como su entrada era desgarrada nuevamente tras cada estocada, sentía la sangre escurrir por sus piernas y labios al mordérselos para evitar que algún mínimo sonido saliera de ellos, podía escuchar la cama golpear contra la pared, su piel romperse y los chillidos de Hedwig en un intento por ayudarlo, podía incluso escuchar a Petunia gritarle que ya lo dejará por que llevaban prisa, pero siempre era lo mismo, nadie podía ayudarlo, sus manos se aferraban a las sabanas negándose a dejar salir las lágrimas, no lloraría, no frente a él.

Escucho al hombre llegar a su orgasmo dándole un par de golpes adicionales con los cuales termino por romper su tobillo.

Pasaba ya más de medio verano, sus comidas se basaban en agua y tal vez un pan o quizás una fruta a medio pudrir, usualmente podía con ello, pero tras haber podido probar deliciosos manjares en Hogwarts estaba seguro que pronto moriría de hambre, si tan solo ese elfo no hubiese hecho aquello al menos su tobillo se habría salvado.

Tomo la sabana limpiando su cuerpo lo mejor que podía, no tenía permitido bañarse más que los domingos pasadas las tres de la mañana y actualmente era Jueves, respiro profundo arrastrándose por la cama hasta caer al suelo, se acercó al armario sacando una playera colocándosela para después cubrirse con una manta limpia haciéndose un ovillo junto a su baúl intentando descansar un poco, esa cama le daba asco pues solo se utilizaba para una cosa.

No sabía en qué momento se había quedado dormido pero un fuerte estallido le había hecho despertar, no tenía fuerzas, sería muy difícil hacer los quehaceres al día siguiente, intento enfocar un poco su muy lastimada vista reconociendo el brillante pelo anaranjado y la voz de su primer amigo, sin evitarlo dejó que las lágrimas lo inundarán, de nuevo estaba teniendo una pesadilla, prefería soñar que su tía lo golpeaba incontables veces, pero soñar que alguien iba a rescatarlo... no, era el sueño más vil, cruel y despiadado del mundo.

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Molly Wesley estaba realmente molesta, no, molesta era poco, despertar y ver la falta del auto de su esposo al igual que tres de sus hijo, oh!, ya verían como les iba, continuo fregando los trastes y preparando el desayuno para su familia cuando los gritos de su hijo más joven la pusieron alerta

-Mamá! Mamá! Ayúdanos! Es Harry! – Gritaba desesperado, todo su rostro y voz dictaban terror, y todo rastro de enojo fue olvidado en cuando vio la sangre en la ropa del menor, sin embargo, no parecía pertenecerle a él, no era capaz de ver ninguna herida, fue entonces cuando vio a los gemelos entrar cargando el cuerpo de un pequeño niño, estaba delgado y grandes cantidades de sangre salían de diferentes partes de su cuerpo incluida su boca, sin esperar nada más lo llevo a una de las habitaciones cuando Madame Promfrey y la profesora McGonagall aparecieron a su lado, ninguna dijo nada dedicándose completamente a atender a Harry.

Ronald estaba asustado, sabía lo que sus tíos le hacían a su mejor amigo, pero jamás imagino que eran tan despiadados, después de largas horas las mujeres abrieron la puerta de la habitación permitiéndole la entra, cerro detrás de él suspirando de alivio al ver a su amigo ahora estable, sabía que llamar a la profesora y a Promfrey sería buena idea

-¿Qué fue lo que sucedió? – Pregunto la Jefa de Gryffindor, inmediatamente el ardor y presión en cabeza y pecho comenzaron a atacarlo, ¡tenía tanta rabia! Sus nudillos estaban tan presionados que se habían vuelto blancos y las lágrimas escurrían por sus mejillas con furia.

-Ronald Wesley más te vale contestar o...!!!

-No podemos! – Gritó – Cuando nos enteramos fuimos con.... Con... ¡Con él!...

-¿Quién es él?

-Cuando salimos de la oficina, y-ya no podíamos decir nada!

-¿el profesor Dumbledore?

-Sí! Fue él! No sabemos qué ocurrió! Nos duele si queremos decir algo!

-Tranquilízate cariño

-Solo quiero que dejen a Harry en paz! S-solo le pedimos un permiso especial para que se quedara con nosotros todos los veranos!

-¿sabes desde cuando le han hecho esto a Harry? – Preguntaron con cuidado viendo al menor asentir mientras abría y cerraba la boca intentando contestar hasta que levanto una de sus manos con los 5 dedos alzados

-tal vez más... ¿Esta bien? ¿Lo estará? ¿Por qué comenzó a toser sangre?

-Ahora estará bien.

Con George y Fred incluidos no esperaron demasiado para hacerle frente a Dumbledore pero cometieron un error, haber ido todos juntos.

Enchanted SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora