木枯らし (kogarashi) ; meanie

soft hair

El sueño que llevaba encima lo hizo esconder el brillo de sus ojos bajo sus pestañas y Wonwoo sabe que al despertar Mingyu se quejará de ser un dormilón aún cuando la razón de su cansancio es el poco sueño que consiguieron la noche anterior, gran parte de eso es culpa de Wonwoo.

Falta mucho para que el tren llegue pero no hay más nada que ver cerca de la estación aparte de las pocas personas que entran y salen de ella y la cafetería que mancha de color cálido el ambiente frío que comienza a formarse debido a la hora y por ser invierno. 

Wonwoo pasea sus ojos a rato por el bolso de Mingyu, asegurándose de que todo está bien. La misma acción la repite con su bolso y luego revisa su teléfono. Lo repite tantas veces hasta que logra sentirse seguro.

Cualquiera podría estar fastidiado, él debería pero también siente que no, que no debería en lo absoluto. 

Se pondría de rodillas en la noche del mas frío invierno si eso permite que haya espera en estación hoy, mañana y todos los días luego de eso, no porque guste la estación ni la sensación de antojo en su estómago al ver a lo lejos las cosas de la cafetería, es por Mingyu y su cabeza que descansa sobre sus piernas, es por él y por el sueño pesado que lo invade, por el silencio que provoca su sueño. Es por él, porque se encuentran existiendo en el mismo espacio.  

—Te amo —dice muy bajo Wonwoo, solo para si mismo.

Y se queda embelesado observando el dormir de su amado y las horas de esperas se disuelven en nada. 

Le ama tanto, ama muchísimo a Mingyu, tanto que pasear sus dedos por su cabello marrón oscuro podría ser su oficio y hacerlo tan cuidadosamente para no despertarlo podría ser su pasatiempo. 

Levanta su mirada a lo lejos, justo para mirar a través de las puertas de cristales de la sala de espera de la estación y mira un lugar que no será el mismo cuando Mingyu y él se vayan. Ningún lugar pisado por ellos será el mismo o tal vez sí pero no lo puede saber porque mira desde su cuerpo. Solo sabe con seguridad que allá donde se repartieron besos es más bonito y en el espacio entre sus labios antes de colisionar se guarda viento nuevo y con él recuerdos que huelen a futuro.

Y el rostro en calma de Mingyu también refleja futuro.

O eso es lo que él ve.

O eso es lo que él quiere. 

Wonwoo pasa su mano por la espalda de Mingyu y remueve sus pensamientos para no sobrecargarlos, reemplaza el que tiene con sólo Mingyu y el poco peso de su cabeza en sus piernas, con lo tierno que se ve. 

Y ya no mira más por las puertas de cristal porque lo tiene a él en el ahora de hoy y hará algo para el ahora de mañana que ese pueblo no verá.