Amor genuino

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Era otra noche aburrida en el estudio. Trabajabas como asistente de los músicos que rentaban en local y tu trabajo consistía en tomar sus órdenes. Debías cumplirles cualquier cosa que se les antoje como: bocadillos, café, bebidas e incluso a veces los músicos te pedían tu opinión en cuanto a las canciones. De todas las bandas, había un en particular con la que amabas trabajar. El nombre de la banda era Queen que estaba formada por 4 integrantes cuyas personalidades eran completamente diferentes, pero como arte de magia, solían encajar perfectamente.

A pesar de ser una persona reservada, ellos te amaban. Les encantaba molestarte con comentarios un poco inapropiados. Gracias a tu personalidad seria y tímida, ellos te miraban como el blanco perfecto, pero eso parecía no importarte. Había veces que deseaban poder molestarlos, así como ellos lo hacían contigo y responderles con el mismo tono, pero tu personalidad no te lo permitía. Además, no te sacaba de apuro que todos los miembros eran increíblemente apuestos; especialmente el baterista, Roger. Él te volvía loca y eras pésima en ocultarlo por el simple hecho que se te hacía imposible quitarle la mirada de encima; no sólo eso, sino que también, cada vez que interactuaban, tus mejillas se tornaban de un color rojo intenso. Roger era el integrante que más te molestaba, especialmente porque sabía del efecto que tenía sobre ti. Tú sabías muy bien de sus intenciones y eso te causaba una rabia inmensa, pero no tenías el valor suficiente para enfrentarlo.

Después de un largo día en el estudio, la banda por fin decidió marcharse a eso de la 1 de la mañana. Lograron terminar sus grabaciones e irse a casa, pero, en cambio tú, tuviste que quedarte horas extra para limpiar el desastre que ellos habían dejado.

- No lo puedo creer. – Te quejas en voz alta. – Son gente maravillosa, pero, cielos, deben aprender a ser más considerados y tratar de no dejar tanto tiradero. ¡Yo también tengo cosas que hacer, saben!

- Apuesto a que sí, cariño. – Escuchas una voz familiar. Sabías exactamente de quién era esa voz. No sólo porque era una voz irreconocible, pero también por cómo tu cuerpo reaccionó al escucharla. Sentiste como tu ansiedad tomó control de tu cuerpo mientras que se tensaba instantáneamente. Tu estómago también no pudo evitar liberar aquellas mariposas que parecían haberse acogido dentro de ti.

- R... Ro... Roger. ¿Q-Q-Qué haces aquí? – No pudiste evitar en pensar que tal vez él haya escuchado tu comentario.

- Olvidé mis lentes de sol. – Dijo al examinar el cuarto. Sin decir nada, cogiste la silla más cercana y la acercársete al librero que en ese momento, se estaba usando mayormente como almacén para las cintas de grabación. Te trepaste encima de ella, te paraste en las puntas de tus pies y estiraste tu brazo hasta alcanzar el punto más alto del librero; lograste extraer los lentes que Roger había olvidado. La situación provocó una carcajada intensa en él.

- ¿Qué hacían ahí?

- Es sólo que no sabía cuándo ibas a regresar, así que decidí esconderlos para que nadie se los lleve. – Le respondiste mientras todavía te encontrabas parada en la silla. Él se te acercó y sin haber preguntado, te tomó de la cintura.

- Creo que lo menos que puedo hacer es ayudarte a bajar de esta maldita silla. – a pesar de que tus pies ya habían tocado el piso, sus manos permanecieron en tu cintura, lo cual te puso muy nerviosa. – Discúlpanos, somos un grupo que desconoce qué son los modales; te escuché, sabes. Hablaré con los otros. Te prometo que trataremos de hacer tu trabajo más fácil. – Te dijo al mantener su mirada en ti.

- Diablos, no se suponía que... Digo, al cabo que este es mi trabajo, así que no será necesario. Ustedes continúen con su trabajo y yo me concentraré en lo mío. - Mantienes tu mirada hacia abajo al sentir como te mueres de la vergüenza e intentas alejarte de él lo más lejos posible. Después de saber que él te había oído, no podías ni mirarlo a los ojos.

- Espera. – Roger logra tomar de tu brazo, lo jala hacia él y lentamente se sienta en la silla que habías colocado ahí anteriormente. No sólo te acerca hacia él, sino que también te sienta en sus piernas, lo cual tu aceptas de manera automática.

A pesar de la cercanía entre ustedes, todavía no podías verlo a los ojos. Debido a eso, Roger colocó la palma de su mano en tu mejilla y dirigió su mirada hacia él contemplándola por un par de segundos. Poco a poco, acercó su cara hacia la tuya hasta que sus labios tocaron los tuyos. Sus besos eran suaves, como te lo habías imaginado todo este tiempo. Después de unos cuantos minutos, sus manos empezaron a explorar tu cuerpo, lo cual provocó que tú hicieras lo mismo. Esto despertó un beso más candente. Ahora, tú piernas se encontraban envueltas alrededor de la cadera de Roger. Ambas de tus manos inspeccionaban cada centímetro de su cuerpo completo. Por más que disfrutabas ese momento, tuviste que ponerle un alto. Tú sabías muy bien a qué lidiaría esto; lo podías sentir a través del pantalón de Roger y algo era seguro: estaba más que listo para llevarte a la cama. Desafortunadamente, eso era algo que querías evitar a toda costa, especialmente al saber cómo era Roger.

- ¿Qué sucede linda, acaso hice algo malo?

- No, para nada. Eres... eres perfecto. Es sólo que...

- ¿Qué cariño?

- Me gustas Roger – empiezas a temblar al confesarle tu más preciado secreto.

- Entonces, ¿qué estamos esperando? No hay que desperdiciar más tiempo. – te dice al darte su típica sonrisa pícara. – Tú también me gustas, especialmente ahorita.

- Roger, es que no me entiendes. Me gustas... en serio me gustas. Me has gustado por mucho tiempo. – Dejas caer tu frente sobre la de él y continúas susurrando suavemente. - No sabes cómo me gustaría acostarme contigo, pero...

- Yo estaría encantado – te interrumpe al mantener esa sonrisa que tanto te tortura.

Levantas la mirada para así mirarlo directamente a los ojos. Él podía ver el dolor a través de ti. Él era la razón de tu aflicción ya que su reacción lastimaba tu corazón. Ahí fue cuando él se dio cuenta que tú eras diferente a comparación de las otras chicas. Él sabía que tú eras una persona sensible, y si te llegara a llevar a su casa esa noche, no habría marcha atrás. Definitivamente, no eras el tipo de chica que merecía que uno jugara contigo y, a pesar de tener fama de poder follarse a quien él deseara, Roger no podía hacerte eso. Al menos no de la manera que él acostumbraba a hacerlo con otras.

- Escucha Roger, si una noche es todo lo que estás buscando, olvídalo. En verdad me gustas. Sé lo que tú haces y lo menos que quiero es que me rompas el corazón. Me siento como una tonta por dejar ir esta oportunidad, pero no puedo hacerlo. Así que, por favor, entiéndeme y déjame ir que no puedo hacerme esto a mí misma, a menos que, estés dispuesto a tomarlo en serio.

Te paraste y poco a poco, te alejaste tratando de no mirar hacia atrás. En cuanto tocas el pomo de la puerta, notas como la mano de Roger evita que tú abras la puerta. Al contemplar su mirada podías ver una gran confusión en sus ojos, pero a la misma vez, estaban llenos de asombro.

- Discúlpame. Creo que lo he entendido mal. No quiero que te sientas culpable, yo entiendo y no te voy a forzar a nada sí no quieres. Y, por favor, no sientas que estás dejando ir de una oportunidad porque en realidad, no soy la gran cosa.

Liberó una risa nerviosa por un rato, pero poco después, su expresión estaba llena de seriedad pura como si estuviera pensando en algo profundamente. Lo que ahora era obvio era que sus sentimientos hacia ti habían cambiado. Tú tenías algo que él no podría encontrar en otra mujer; sentimientos genuinos. Para poder tomar coraje, lanzó un suspiro y continuó:

- Al contario, siento que debo ser más cuidadoso porque, si me descuido, pueda que sea yo quien pierda algo importante. – se inclina mientras que acaricia tu cabello y besa tus labios - La verdad es que, no te mereces este tipo de introducción a Roger 'Lover' Taylor. Así que, ¿aceptarías salir conmigo esta noche? Sería nuestra primera cita.


FanFics/Imagines de Queen en EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora