° Capítulo 4 2/2

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Al otro día tenía muchísimo sueño, parecía como si no hubiera pegado ni un ojo en toda la noche, me levanté muy cansada. Me lavaba los dientes, cuando recordé que me vería con Thomas, me apresuré. Tomé mi desayuno, me lo comí camino a la escuela, hacía un frío insoportable, creo que me moriría de frío. Me apure más, porque quería entrar en la sala y poder abrigarme.
Llegué a la puerta de la escuela, y me hallé con una sorpresa. Thomas estaba besándose con otra chica, pero no sabía quién era, por culpa de la miopía. Me acerqué para ver quien era, y para mi espanto era Rosie, muy contenta e inspirada besandolo. Me acerqué rápido, sin ningún descaro, y la aparté de él, jalandole el cabello con todas mis fuerzas. Ella rogaba que la soltara, mientras Thomas me separaba de ella, yo quería golpearla y matarla. Ella era lo peor. Me solté de él, y me iría de ahí, pero antes me dirigí a ella, y le dije:

- Eres una ingenua, que pena que no te dieras cuenta. Date cuenta que eres una pelada idiota. Ya me fijé la clase de persona que eres. Quédate con él, si eso te hace feliz, o ¿sólo lo hiciste porque acostumbras romper relaciones?, que lo disfrutes inútil.

(Le escupí en los zapatos) y le pegué un combo, que mis huesos con los de ella llegaron a tronar.
Miré a Thomas de pies a cabeza con cara de asco, le dirigí una mirada asesina y me largué de ahí mostrándole el dedo de en medio en su misma cara.
Salí de ese inmundo colegio, todos me miraban con cara de miedo y admiración. Yo me sentía satisfecha y contenta, ella había recibido su merecido, y eso me hizo sentir muy bien.
No fui a casa, me fui a un pubs, sé que no tenía la edad requerida, pero tenía un carnet falso, que siempre lo ocupaba para algo, y siempre resultaba. Me tomé unas cuantas copas de alcohol, y se me apagó la tele. Ya No me acordaba de nada, aparte de amanecer en mi cama calentita. Me dolía un lado de mi cara, tenía un pequeño rasguño, muy pequeño que casi ni se sentía, pero no era sólo eso lo que me dolía, era porque tenía un moretón grande. Quizá me haya caído al venir de vuelta a mi casa, muerta de borracha, no sé cómo llegué, pero lo importante es que llegué con vida. Me paré y bajé a desayunar, ordenando las ideas en mi cabeza de lo ocurrido. Y no, no pude recordar más de lo que sabía. Quería olvidarme de todos, de Thomas, de mi familia, de todo...

Paré de leer, ya que algo me distrajo, misteriosamente mi celular había vibrado, jamás recibo mensajes, ya que no tengo amigos. Mi celular estaba en el borde de la cama, pero al otro lado, así que me estiré hasta tomarlo.

Yo, Elena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora