° Capítulo 5

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Lo encendí, fui a Mensajería, y ahí estaba el mensaje:

Estimado cliente a ocupado el 80% de su Plan Entel.

Por un momento pensé que alguien me había hablado, bueno eso sería imposible. Dejé el celular en el velador, y me metí en el baño para darme una ducha. Quizá seguiría leyendo el diario, pero más tarde o tal vez mañana. Ya era mucho por hoy, creo que más mal no me podía sentir.

Mientras me duchaba comenzó a vibrar mi celular, no podía salir de la ducha, así que dejé que sonara. Pero el celular no sonó una sola vez, sonó más de tres veces, ¿Quién era?, tuve que salir de la ducha, con champú en el cabello, esperé a que sonara una quinta vez, y no lo hizo, así que me fui al baño, y ahí fue cuando volvió a sonar, salí lo más rápido posible del baño, y tomé el celular, presioné el botón para contestar.

- ¿Aló? -dije-.

- ¿Hablo con Mary? -Responde-.

- No... equivocado, ¿¡PARA ESO INSISTISTE TANTO!?, Vete al diablo.

- No, ¡Espera! No cuelgues, sólo es una broma, ¿Hablo con Elena?

- Si, yo soy Elena, ¿Tú eres?...

- Hola soy Patrick, tu vecino.

- ¿Vecino?, ¿Como conseguiste mi número? -digo algo confusa-.

- Se lo pedí a tu Mamá.

- Muy bien, perfecto, Chao.

Colgué.

Me metí en el baño, me saqué todo el champú, me puse la ropa, rápidamente bajé la escalera, me dirigía hacía mi Mamá.

- ¡MAMÁ!

- ¿Qué ocurre hija?

- ¿En serio te Atreves a preguntarme que me pasa?

- Es que no sé lo que te ocurre.

- ¡Esto es lo que ocurre!, ¡¿ACASO TE CREES EN EL DERECHO DE DARLE MI NÚMERO A UN CHICO?!

- No me levantes la voz hija, además sólo se lo di porque dijo ser tu amigo.

- Madre, sabes muy bien que yo no tengo amigos, ese chico es un bastardo, no sé porqué le diste mi número, Por Dios.

- Sólo pensé que podría ser tu amigo, el chico es muy agradable y aparte es guapo.

- Me importa un comino como sea ese chico, no me interesa en absoluto.

Me voy de ahí, y voy a mi cuarto.

Muy bien Elena, Calmate, cuenta hasta diez.

Uno... Dos... Tres... Cuatro...

Suena mi celular: Número desconocido.

Contesto.

- No deberías haber tratado a tu madre así.

- ¡No puedes!, ¿Ahora me espías?

- Sólo estaba escuchando fuera de tu casa.

- ¡Deja de hacerlo!, ¿Qué te ocurre?, ¿Estás loco?

- A ver Elena, sólo asomate a la ventana.

- ¿Qué?

- Que te asomes a la ventana.

Me levanto, y me asomo a la ventana, al principio lo dude, pensé que sería un tipo de broma.

Hay un chico parado en el césped de mi casa, el debe ser ¡Patrick!

Bueno, mi mamá no estaba tan equivocada, si que es atractivo este chico, sin darme cuenta lo dije en un susurro.

- ¿Que dices Elena?

- Nada que te incumba, ya vete, ¿Qué esperas?, ¿Qué te vaya a saludar abajo?, Ni lo sueñes.

- Demonios, si que eres ruda, ¿Acaso no eres amable en ningún momento?

- Y eso a ti que te importa.

- Sólo es una pregunta Elena.

- Ya, me da igual, ahora sal de mi césped, y vete a tu casa, que estés ahí parado es incómodo.

- ¿Te hago sentir incómoda Elena?

- Cierra tu bocota, te lo advierto. A, por cierto, eres desagradable, y no vuelvas a llamar, porque no te voy a contestar.

Volví a colgar.

Cerré inmediatamente las cortinas, sin darme cuenta estaba sonriendo, pero se borró de mi boca cuando volví en si.
Tuve la curiosidad de asomarme a la ventana para ver si ese chico se había ido. Corrí un centímetro la cortina con mi mano, tenía la intuición de que seguía ahí parado, pero al asomarme no había nadie.

Yo, Elena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora