° Capítulo 8

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Salí de mi cuarto, y la cerré.
Bajaba las escaleras, cuando escucho murmullos en el primer piso.
Paré.

Como no alcanzaba a escuchar bien las palabras que decían, no hice caso y seguí bajando, vi a mi Mamá hablando con un Sr, a simple vista, yo le daba unos 50 a 60 años, canoso, alto, blanco. Entré en la Sala de Estar, y me quedé parada ahí, de brazos cruzados. Y dije:

- ¿Qué pasó Ma?

- Primero, Toma asiento Hija -responde-.

Obedezco y me siento a su lado, al sentarme ella se para, estaba algo rara, se veia nerviosa. Me miraba de reojo, y miraba al Sr.
Me sentía incómoda como cierta vez, y rompí el silencio.

- ¿Ma?, ¿Me dirás que pasa?.

- Claro, bien, claro, claro -hablaba con rapidez- él es... William McLevin... Jf d tu Psiloogo.

- ¿Es él que? -Digo- Mamá modula.

- Jum, jumm -carraspea el Sr- Yo, soy el... -mira a mi Madre, para ver si ella está de acuerdo que él me diga, y ella acepta con la cabeza- el jefe de tu Psicólogo.

- ¿Mi que?, ¿Escuche mal, o dijiste Psicólogo?.

- No pequeña, escuchaste bien, dije Psicólogo...

- A ver, primer punto, no me digas pequeña, segundo, ¿¡Creen que estoy Loca!?

- No, no, no Hija -Dice mi Madre- sólo creemos que es lo mejor.

- Para ti será lo mejor mamá, yo no estoy Loca, me niego a tener un Psicólogo, ni lo sueñes.

- Hija, por favor, debes salir, pasas en la casa, hace poco me dijiste que no tienes amigos, y para remate en la escuela me dijeron que no te juntas con nadie, no hablas con nadie, y que eso no es bueno para una chica de tu edad.

- No deberías meterte en mi vida, yo estoy cómoda siendo así, si a mi no me molesta no tiene porque molestarte a ti -rodee los ojos-.

- Soy tu Madre, tengo todo el derecho, quiero lo mejor para ti. -Mira al Sr, y el responde con una seña, pone su mano en forma de puño, y lo levanta hasta su hombro, ella me mira, Toma aire y sigue- Irás quieras o no, soy tu Madre, yo mando aquí, tienes la primera cita para pasado mañana. Fin de la charla.

- ¿Hablas en serio?, pero que Genial dia tengo, es el mejor de mi corta vida.

- Hija deja de ser sarcástica, y si, es muy en serio, puedes irte a tu habitación si quieres.

- Claro que si, prefiero irme, a verte tu cara de actuación, intentando ser una madre fuerte. -rio- suerte con eso, Mamá.

- Ya Sal de Aqui Elena.

Me voy, con una sonrisa de oreja a oreja, obviamente estaba actuando. Cuando subía la escalera desapareció, debía pensar, y mucho. No queria ir al Psicologo, y nadie me iba a obligar a ir.

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Ya, en mi cama pensando, en las opciones que tenían, las comencé a enumerar.

1. Encerrarme en mi cuarto, para no ir.

2. Escaparme de casa.

3. Resignarme.

La uno era buena, pero, mi Madre tiene una copia de la llave de mi cuarto, puede entrar fácilmente y sacarme de ahí, junto con mis hermanos.
La dos es prácticamente estúpida, si me escapo, es lo mismo que vaya al Psicólogo, estoy saliendo de casa, o sea duh.
La tres es tonta, ¿por qué?, yo no me resigno, jamás, la resignación es de tontos.
Piensa Elena, no permitas que te lleven al Psicólogo.
Vibra el celular.

Mensaje.

Patrick: ¿Tienes algo que hacer el Domingo por la tarde?

Y sí, le agregué a contactos, por si llamaba, sabia que no tenía que contestar.
Al parecer, Patrick sería mi salvación, tendría que fingir que me cae bien, salir un rato, a cualquier lado, y luego volver a casa, y Santo remedio, no voy al Psicólogo.

Entro al Mensaje.

- Hola, no, nada en mi agenda.

- Genial, quería preguntarte algo... Se que no nos conocemos mucho, ni nada pero...

Ahí viene, dilo -pienso-.

- Te gustaría acompañarme el Domingo al Psicólogo, no quiero ir sólo, y pues creí que tu querrías ir conmigo.

¡Fantástico! Va al mismo lado que yo.

- Lo siento, pero no puedo ir, acabo de darme cuenta que tengo algo que hacer. Adiós, consigue otra persona.

- Oh, Maldición que mal, pensé que dirías que si.

- Pues no puedo, y punto.

Salgo del Chat.

Maldita sea, pensé que el podía ayudarme, ahora menos ganas tengo de ir allá, o sea, va él, pero que suerte tengo -me digo a mi misma-.

Yo, Elena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora