MINI HISTORIA: DONDE EL SOLDADO DEL INVIERNO TE SALVA
ADVERTENCIA: MENCIONES DE VIOLACIÓN
(Esto es un imagina y NO deseo que esto le pase a alguna de ustedes)
B U C K Y B A R N E S
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- tengo que irme - le dijiste a Jenna y ella asintió acompañándote a la puerta
- ¿estás segura de que no quieres que Tyler te acompañe? - te preguntó tu amiga y negaste con la cabeza
- vivo a unas cuadras de aquí - le recordaste - estaré bien
- T/N, sabes que por la noche la ciudad es peligrosa - habló ella preocupada, Jenna siempre se preocupaba por ti y lo agradecías
- lo sé, pero voy a estar bien - repetiste y Jenna asintió no muy convencida
- envíame un mensaje cuando llegues - te dijo y asentiste dándole un corto abrazo para finalmente salir de su casa
Comenzaste a caminar en la acera, tenías un poco de frío pero en ese momento no te importó, solo querías llegar a tu departamento. Cruzaste una calle y al otro lado de la acera pudiste notar a dos hombres, ambos estaban hablando pero al verte dejaron de hacerlo
Suspiraste y comenzaste a caminar más rápido, de reojo observaste como comenzaron a seguirte, cruzaron la calle y te siguieron fingiendo tener una conversación. Bien, no sabías que hacer. Tu celular no tenía batería y no había nadie más en la calle
- ¡hey, preciosa! - gritó uno de los hombres y fingiste no escucharlo - ¡no te hagas la difícil!
Comenzaste a caminar más rápido, doblaste en una esquina y ya podías ver tu departamento
- ¡cariño! - gritó uno de los hombres y los dos se rieron - ¡ven aquí! - sentiste miedo y comenzaste a correr, corriste hasta llegar a la puerta del edificio
Podías ver a los hombres acercarse más a ti, desesperada y con las manos temblando buscaste las llaves en tu bolso pero no las encontraste, por lo que seguiste buscando y cuando al fin las habías encontrado sentiste como tomaron tu brazo fuertemente haciendo que tiraras tu bolso
- no iba a dejarte ir tan facil, dulzura - murmuró uno de los hombres en tu oído y sentiste asco por sentir su aliento en tu piel
- ¡suéltame! - dijiste quitando su mano de tu brazo
- vaya - dijo el otro hombre con una sonrisa - eres difícil.. me gusta
Uno de los hombres tapo tu boca con una de sus manos, con su otra mano agarró tus brazos para que no pudieras moverte, el otro hombre sujetó tus piernas. Por más que pataleaste y trataste desesperadamente de soltarte de su agarre, ellos te llevaron a un callejón
