Me desperté en mi cama. Seguro que Alan me había llevado hasta allí cuando acabó la película.
Era sábado, recordé. Me encantaba ese día de la semana porque era cuando podía avanzar el tema de la boda. También aprovechaba para pasar más tiempo con Alan.
Desde la cama, me estiré hasta la mesita de noche y cogí mi teléfono. Busqué el número de Giulia y le di a llamar.
Sonaron tres pitidos antes de oír la voz entusiasmada de mi amiga.
-¡¡Buenos días Clara!!
-Hola Giulia, te llamaba para preguntarte si querías venir conmigo a hacer varios recados para la boda.
-¡Por supuesto! En 20 minutos estoy por ahí.
-Perfecto, hasta ahora. - le mandé tres sonoros besos y colgué.
Me levanté y entré en la ducha. Abrí el agua caliente y me metí debajo. Cogí el jabón favorito de Alan y me lavé el pelo.
En cuanto acabé oí que el francés entraba en casa, así que me di prisa para secarme y vestirme.
Entré corriendo en la cocina, que es donde se encontraba mi prometido, y le tapé los ojos.
-Hola amor -le susurré mientras le daba besitos en el cuello.
-Buenos días, preciosa.
Se giró, destapándose los ojos, y me dio un beso en la frente.
-¿Dónde estabas?
-He ido a comprar cruasanes recién hechos porque sé que te encantan.
Como agradecimiento le di un beso en la nariz y robé un cruasán de chocolate.
Me dirigí al lavabo para maquillarme.
-He quedado con Giulia para avanzar en el tema de la boda. Seguramente comeremos en algún bar. ¿Te quieres venir?
-Mm... La verdad es que no. He quedado con mis padres para ir a verlos.
-Vale cariño -le contesté desde la habitación mientras me ponía los zapatos.
-Por cierto, te amo – me dijo, apoyándose en el marco de la puerta.
-Y yo a ti – le respondí.
Le di un beso y salí corriendo hacia la puerta.
-¡Adiós! –dije mientras cerraba de un portazo por las prisas.
Bajé las escaleras como un torbellino y salí a la calle. Justo delante del portal, aparcada en doble fila, estaba Giulia. La italiana se encontraba mirando el móvil por lo que no se dio cuenta de mi presencia hasta que no me subí a su coche.
-Hola – le di un beso en la mejilla.
-¡Buenos días! ¿Cuál es nuestra primera parada?
-La floristería.
-¡En marcha! – dijo mientras aceleraba, pasándose del límite de velocidad.
Encendí la radio y puse el primer programa musical que encontré. Empezó a sonar a todo volumen la canción Summer de Calvin Harris.
Me puse a bailar tontamente mientras le preguntaba a mi amiga:
-¿Qué tal fue la cena con tu hermano?
-Bien, de hecho, decidimos salir de fiesta y no llegamos a su casa hasta las cinco y media de la madrugada. ¿Y tú y Alan que tal? -dijo pícaramente.
-Perfecto. Ayer Emilie, su hermana, fue a mi casa cuando nosotros no estábamos y nos preparó la cena. Fue un detalle precioso. Alan confesó que le había mandado un WhatsApp. Me encantó. -respondí con una sonrisa y las mejillas algo sonrosadas.

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Ti amo, piccola
Ficção AdolescenteAlan es perfecto para Clara. Ambos están enamorados y se van a casar. Pero, ¿qué pasaría si descubrieras que el amor de tu vida es tu mejor amigo?