*La fuerza del Corazón*

2

Tras la cena,miré el reloj y vi que era tarde,podía quedarme un poco más había venido en coche.

-Pensé que ibas a echarme la bronca.
-¿Has creido eso?-me preguntó.-
-La verdad es que sí.
-Se que no debería estar aquí.
-Lo sé,puedes marcharte cuando quieras.-sin mirarme.-
-Muy bien,si te incomoda mi presencia me marcho,para no hacerte más daño del que te estoy haciendo.
-Por mi perfecto.-contestó sin inmutarse.-

Cogí mi bolso y me despedí del resto,ni le miré al marcharme.

Cerré la puerta y me fui directa al coche.

Me senté y encendí el motor.

Conduje en silencio hasta casa.

No podía pensar en nada de la rabia que sentía en ese momento.

Aparqué,apagué el motor,cogi las llaves,salí y cerré la puerta.

Entré en casa.

Aseguré de que todas las puertas de mi casa estuvieran cerradas.
Subí a mi habitación.

Me cambié la ropa y me puse el pijama.

Me metí en la cama y apagué el movil para que nadie me molestara.

Sus padres,su hermana y su cuñado no daban crédito a lo que acababa de pasar.

-Hijo me acabas de demostrar algo que jamás pensé que harías.-le dijo su padre.-
-¿Mostrar indiferencia a eso te refieres?-le preguntó.-
-A eso exactamente,no puedo creer que hayas sido tan duro con Lety.
-Y no me digas que ha sido un mecanismo de autodefensa por que no cuela,hermano.-le reprochó su hermana.-
-Tenias que haberle visto la cara a la pobre muchacha,ha estado a punto de ponerse a llorar.-le recriminó su madre.-
-Y para rematar te ha dedicado un te quiero en bajito.-Le respondió Paul.-
-¿Y que quereis que haga?
-Hablar con ella.-le sugirió su madre.-
-¿Para que?
-Simplemente para que te de su punto de vista.-respondió su madre.-

Y ahí se zanjó el asunto.

Por la mañana temprano mientras desayunaba no pensaba en nada.

Dejé el vaso en el fregadero y me fui a pasear de camino que iba a casa de mis tios.

Todo había cambiado para mal,nunca pensé que su indiferencia me haría tanto daño,cuando hace unas semanas era todo un caballero conmigo.

Sufrir por amor es lo que me tocaba,sufrir por aquél hombre que me volvía tremendamente loca de amor.