Capítulo 5

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Llevo esperando media hora a James sentada en el sofá del salón, y todavía no ha llegado.

Habíamos quedado para ir a ver el piso, pero por lo que veo se está retrasando mucho. Siempre tiene mucho trabajo, pero no entiendo como puede tardar tanto, trabaja en la calle de al lado…

De repente el tono de llamada de mi móvil comienza a sonar y lo cojo viendo que se trata de James.

-¿James?

-Hola Zoe, siento haberte hecho esperar, pero estoy en una reunión muy importante y va para largo, así que me parece que hoy no voy a poder ir contigo. Pero puedes ir tu sola, no hace falta que me esperes. Tú ve allí y mira a ver que te parece el piso.- Me explica de carrerilla, sin convencerme del todo. No me importa ir sola, es más, así tendré más espacio y tiempo para mirar todo detenidamente, pero... no sé, no conozco a ese chico, y seguramente sea un poco violento presentarme allí, sin James.

Pero decido no darle importancia, ya que de todas maneras quiero hacer mi vida y alejarme del mundo reluciente y perfecto de los Collins. 

-Em, no pasa nada, me pasaré yo ahora, no te preocupes.- Le digo quitándole importancia.

-Está bien, te veo esta noche.

-Vale.- Me despido colgando el teléfono.

Me levanto del sofá cogiendo mi bolso, me lo cuelgo del hombro y camino tranquilamente hasta la puerta, la cual cierro detrás de mi.

Cuando salgo por la puerta principal del hotel, la brusca y fría brisa famosa de Nueva York se topa de bruces conmigo, lo que provoca que mi pelo baile al son de esta e impidiendo que mis ojos me permitan saber hacia donde me dirijo.

Pero consigo poner a mi melena en su lugar y puedo comenzar a poner rumbo hacia mi destino.

Me encanta caminar, es como uno de los pequeños placeres de la vida. Puedo pensar, observar e incluso aprender. Pero sobre todo me despeja, y me aclara las ideas. 

Cuando camino, suelo ser muy observadora, sobre todo me gusta fijarme en cualquier pequeño detalle que a lo mejor cualquier persona ni si quiera sabe de su existencia. 

Lo que más llama mi atención en ese momento es una pareja de ancianos que se encuentran sentados en un banco, ella acurrucada en su hombro, y él cogiéndole la mano. Me gusta ver que hay parejas que creen en el amor. 

Yo siempre he estado enamorada de la idea del amor.

Desde que era pequeña he tenido la esperanza de encontrar a alguien con el que, o con la que, me levante todas la mañanas y siga enamorándome de esa persona en ese preciso instante todos los días de mi vida. Y creo que esa es una de las cosas de la vida más dificiles de conseguir. 

No sé si mis padres se quisieron de esa manera, pero me es dificil imaginarlo. Supongo que por eso me gustaría tanto sentirlo.

Cuando me quiero dar cuenta y vuelvo al mundo real, tras veinte minutos andando, me encuentro en Brooklyn. Ahora solo queda encontrar el piso.

Por lo que pone en la dirección que James me ha dado, el piso se encuentra justo en frente de mis narices. 

Así que me acerco hasta el edificio y cuando me encuentro justo en frente, saco la pequeña llave de mi bolso y abro la puerta que da a la calle.

Cuando entro veo que las paredes de la recepción son de ladrillo y el suelo de madera. Todo muy bohemio.

Remembering SundayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora