Capítulo 2

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Las turbulencias del aterrizaje provocan que despierte de un sueño bastante profundo. Me he quedado dormida intentando ver la película “Amelie” en la pequeña pantalla incrustada en el asiento delantero; pero estaba tan cansada que el sueño me ganó la batalla.

Miro por la ventana y veo que oficialmente, hemos llegado.

A lo largo de toda mi vida he vivido en muchos lugares, pero no puedo evitar sentir que esta vez es muy diferente. A partir de ahora viviré aquí indefinidamente.

A no ser que mi madre y James quieran, caprichosamente, cambiar de casa, como a unas islas paradisiacas o algo así. 

James puede permitirse libremente el lujo de hacer esa clase de cosas. Yo, sin embargo, soy muy conformista.

Ahora mismo vamos a alejarnos en el hotel que está en Long Beach, ya que los fin de semanas los suelen pasar allí. Pero durante la semana vamos a vivir en Manhattan.

Mientras estamos de camino a casa de James -perdón a mi casa- mi madre ya está histérica otra vez, habla por teléfono y hace mil cosas a la vez. En el avión se había quedado tranquila, pero por lo que veo no le ha durado mucho.

Esto de la boda la está atacando.

Aunque si lo pienso bien, es normal que esté nerviosa, solo quedan tres días para la boda. Pero no es necesario ser tan maniática.

Me pone nerviosa.

Se supone que la boda se celebrará en uno de los hoteles Fitz, cuyo dueño es James. Este en concreto se encuentra en Las Bahamas, sí, Las Bahamas, van a pagarle tanto el vuelo como la estancia a todos los invitados.

Pero por supuesto se lo pueden permitir, cosa que yo sigo sin comprender…

-Cuando lleguemos tenemos una cena familiar con tus hermanastros y James.-Dice por fin mi madre. Pensaba que había dejado de hablarme.

-Vale.-Respondo, y la miro esbozando una sonrisa forzada. Mis hermanastros son otro mundo paralelo, especialmente Amber. Ella es como un enorme grano en el culo y encima, chillón. Lo peor es que al ser de mi edad, estoy obligada a llevarme bien con ella, cosa que no voy a dejar que pase.

Lo bueno es que ella también me odia, así que no hay mucho que fingir.

En cuanto a Zac, bueno, el es el buenazo. No voy a mentir, es de los tíos mas sexis que he visto nunca. Es dos más mayor que yo, pero aparenta algo más. Aún así nunca me fijaría en él como algo más, ni mucho menos.

A ambos les he visto de vez en cuando, ya que yo vivía muy lejos de Nueva York, para ser exactos, en Kansas, así que no he tenido que lidiar mucho con el tema “quedar bien”.

Hasta ahora.

Cuando llegamos al hotel, donde está nuestro piso de dos plantas, James nos espera en la puerta y se acerca con una enorme sonrisa y los brazos abiertos.

Primero abraza a mi madre y se besan. Un buen rato. Así que miro los a los rededores que seguro que son más bonitos que, que se besen así delante de mis narices.

-¡Hola Jane!, tenia muchas ganas de verte por aquí.- Dice mientras me abraza y me deja sin respiración. Se mantiene en forma. 

-Mmm, si, ya era hora.-Respondo intentando animarme y coger al toro por los cuernos. Porque como siga en este plan, lo voy a llevar bastante mal. James parece el típico hombre elegante, amable y cariñoso. Pero a mi no me convence. Aún así, me alegro por mi madre, de que haya encontrado a otra persona que ocupe el lugar de mi padre.

Remembering SundayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora