Entre a mi cuarto y decidí terminar de empacar. Saque el péndulo y lo guarde en la maleta porque estaba segura de que se me iba a olvidar. Le eche una mirada a mi cuarto vacio; cuanto extrañaría este lugar, recuerdo el primer día que llegue. Estaba tan aturdida que no hable todo ese día, lo que causo que Alec pensara que yo era una rara, y hasta el día de hoy lo sigue creyendo. Creo que no cause una muy buena primera impresión pero… ya que.
Elegí que ponerme el día de mañana, otra vez me pondré mi sudadera roja porque me encanta, unos jeans gastados y unas botas cafés abajo-de-la-rodilla.
Escuche a Kerensa gritarme “la cena esta lista, Lyra” o “la bella esta en misa” pero creo que tiene más sentido que me haya gritado lo primero. Baje y me senté en la mesa… no vi nada de comida en la cocina ¿y la cena?
-Uhm… Kerensa ¿y la cena? –pregunté.
-Oh, con “la cena esta lista” me refería a “le hable a Alec y le dije que comprara pizza y ya viene en camino”
-Ah claro.
Espere unos minutos, mi teléfono empezó a sonar con la canción “Shake it off” de Taylor Swift.
Cause the players gonna play, play, play, play, play
And the haters gonna hate, hate, hate, hate, hate
Baby, I'm just gonna shake, shake, shake, shake, shake
I shake it off, I shake it off
Contesté rápidamente al ver que era Alec.
-¿Que le dijiste? Estoy a punto de entrar y quiero ver que tengo que decir –me dijo.
-No digas nada, yo lo arreglo –susurré.
Me colgó y en unos segundos se abrió la puerta.
-hola, mamá –dijo Alec dejando la pizza en la mesa.
-hola, Alec ¿Cómo te fue? –le pregunto Kerensa.
-Bien, solo que estoy triste de que Lyra tuviera que irse tan rápido.
-Lo sé, pero son cosas de mujeres –dijo Kerensa sacando los platos.
-No solo de mujeres, a los hombres también nos pasa –dijo Alec.
Abrí mis ojos como platos al escuchar eso ¿no le dije que no dijera nada? Alec es muy malo cuando esta improvisando.
-¿Disculpa? –le pegunto Kerensa confundida.
Alec iba a contestar pero lo patee discretamente desde mi asiento.
-Lo que pasa es que a él solo le dije que me dolía el estomago, no le conté con detalles como a usted –le dije a Kerensa.
-Oh, entiendo, hay que ser discretas, es cierto –dijo dándome un plato.
Como soy una comelona comí 4 pedazos.
-¿Saben? Yo pensé que ustedes iban a terminar saliendo –dijo Kerensa sin vergüenza.
Suerte para mí no me sonroje ni nada.
-¿Qué? ¿Salir con alguien que come más que yo? Nunca –dijo Alec.
Fulmine a Alec con la mirada, tal vez por eso no consigo novio.
-Oye, Lyra ¿a qué hora sale tu avión? –me pregunto Alec cambiándome el tema.
-A las 5 de la mañana en punto –dije- llegaría como a las 10 de la mañana a L.A.
-Estoy seguro que no extrañaras Toronto ni un poquito –dijo Alec riendo.
-Si lo hare, es un bonito lugar –dije sinceramente.
-¡¿Dijiste que sale a las 5?! –me pregunto Kerensa casi gritando.
-S…si –dije algo asustada.
-Entonces vete a dormir ya –me demando.
-Está bien –dije parándome asustada- buenas noches –dije corriendo a mi cuarto.
Entre a mi cuarto y me sentí obligada a dormirme. Me puse mi pijama y me acosté en la cama. No es que Kerensa fuera mala, solo que cuando te decía que hicieras algo, lo tenías que hacer. Me mentalice en que mañana sería un súper día y me quede dormida.
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