Capítulo 5: Amigos

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Nicko veía como la castaña seguía dormida, y a pesar de que ahora lucía más pacífica, entendía que hubiese colapsado. La posible anemia de la que Dave habló y el estrés emocional debieron hacerla añicos, no era de sorprenderse que se desmayara en algún punto. 

Durante ese lapso los otros chicos hojeaban una y otra vez las pocas revistas sin contenido sexual que tenían. No deseaban entablar ninguna clase de conversación.

—Vaya siesta la que te diste. ¿Cómo estás? —preguntó McBrain al ver como los ojos de Ahren se abrían lentamente. Haciendo que Murray se apresurara a estar junto a ella.

Lowell parpadeó varias veces desconcertada, intentaba poner en orden sus pensamientos puesto que no recordaba mucho y se preguntaba porqué nuevamente estaba en manos de Nicko y Dave, miró a su derecha y vio al resto de los chicos dispersos en ese lugar, y nuevamente sus rostros eran una oda a la seriedad.

Al reaccionar un poco más, se dio cuenta de que no tenía idea de dónde se encontraba. No parecía ser una habitación, la luz era tenue y era como estar en un calabozo, las paredes hechas de piedra, el olor a humedad se apoderó de sus fosas nasales, en algunas partes vio linternas sujetadas con alambres y clavos, en el suelo de concreto se podía ver hojas secas y en las esquinas se apreciaba rastros de agua, el lugar era bastante frío y más considerando que el invierno tocaba a las puertas de la ciudad. 

Recorriendo el sitio con la mirada, pudo notar algunos pufs en el piso, al igual que el sofá rojo donde estaba recostada, también halló una especie de nevera portátil, una caja de madera y un pequeño mueble apolillado donde estaban asentadas lo que parecían ser revistas.

—¡Eh, despierta! ¿Estás bien? —tronó los dedos el rubio de cabello más largo, haciéndola salir de su trance.

—S-sí —de pronto todos los muchachos estaban sobre ella—. ¡Mierda! —gritó asustada.

—Con ese vocabulario debe estar mejor que bien jajaja.

—Ya basta, Nicko —habló serio Adrian—. Perfecto, ahora escúchame bien: tú no debes estar aquí, ¿entendido? —señaló a la joven que seguía recostada en el sillón.

—Vamos viejo, no necesitas comportarte así —intervino Dave, después de todo, era el único que podía manejar un poco las rabietas de su amigo.

Ahren bajó la mirada abochornada. Desentendía la situación, pero la actitud de Smith le daba a entender sin rodeos, que su presencia en ese extraño lugar generaba esos malos ánimos. 

La castaña se levantó de inmediato y tomando su maleta saliendo de allí y murmurando un "Lo siento", o al menos eso fue lo que alcanzó a oír Murray, y por un momento quiso golpear a Adrian por su actitud tan castrante.

—Dave, ve con ella, no necesitamos que se pierda en medio del bosque, y si regresa a la secundaria es posible que Keyla y las demás sigan cerca —se pronunció finalmente Steve, quien ahora tenía una jaqueca gracias a uno de sus guitarristas.  

Necesitaba hablar con Adrian y era necesario que Dave no estuviera, posiblemente la charla terminaría en golpes que su otro amigo rubio no necesita presenciar y menos detener.

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Murray salió rápidamente de la guarida, y no tardó en encontrar a la chica. Era evidente que no tenía la menor idea de como regresar, miraba en todas las direcciones y cada paisaje era idéntico al anterior, hasta que alcanzó a divisar lo que parecía un camino.

—Si vas por ahí terminaras más pérdida —susurró el rubio en el oído de la joven, quien se sobresaltó—. No te preocupes, voy a sacarte de aquí —indicó tomándola de su chaqueta para jalarla. 

Creatures of Heaven (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora