Ahren echó la cabeza hacia atrás y tomó una gran bocanada de aire que luego se transformó en un suspiro entrecortado y penoso.
—Cada vez que el señor Charles o Keyla me otorgaban alguna palabra de felicitación me hacían sentir bien. Como si finalmente valiera algo... Como si fuera amada...
Dave tenía clavada una mirada atónita en Lowell, la voz de la castaña se había suavizado durante ese último relato, era evidente lo feliz que había sido y cuanto apreció esos momentos. Escuchar aquello le resultaba completamente incongruente con lo que habían vivido ese último año; solo imaginar a Ahren y a Keyla compartiendo un mismo sofá, dialogando tranquilamente sin que se fueran la una sobre la otra le parecía ridículo.
—Mi madre sabía de las clases particulares y me ayudaba a ocultarlo de Austin, ella quería que fuera algo más que una camarera o una ama de casa... Siempre me decía lo orgullosa que la haría sentir que su hija llegara a ser una profesional.
—Entonces... ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Murray abrumado—. ¿Qué hizo que todo cambiara?
Ahren agachó la cabeza y continuó su relato, era momento de llegar al punto de inflexión, el momento en que las cosas empezaron a ir mal.
—La madre de Keyla, la señora Livia de Jones. Una mujer hermosa, de cabello oscuro y liso hasta los hombros, parecía un manto nocturno que delineaba perfectamente su rostro blanco como la nieve, caminaba con gran porte, con la espalda recta y el pecho henchido, solo tenía dos defectos: hipócrita y discriminadora. Ella me detestó desde el inicio, supongo que su instinto animal le dijo que yo le traería problemas.
Dave ladeó la cabeza sin entender lo último.
Ahren regresó a verlo, su mirada transmitía tanta tristeza que dolía. De pronto se puso de pie y empezó a caminar entre las cenizas, nunca pensó que el Lugar Secreto podría concertirse en una representación de sí misma.
—Todo pasó un día que fui a la Plaza de Walthamstow por unos víveres. Sin querer alcancé a ver una figura femenina correr apresurada; no iba con sus faldas tipo lápiz, ni sus blusas de seda, pero supe que era ella. Sin pensarlo empecé a seguirla, no entendía que podía estar haciendo en un barrio tan pobre, entonces llegó a un viejo edificio. Yo conocía ese lugar, era un bloque de cuartos de arriendo. La señora Livia estaba tan concentrada en entrar al edificio que ni siquiera se percató de mí. —Lowell se giró sobre sus talones y observó a Dave sentado en el suelo. Los rayos de luna eran escasos y ya no podía verlo tan bien. Se acercó al chico y procedió a ponerse de rodillas frente a él, se miraron fijamente un largo rato, de repente tomó las manos de Dave y las apegó a su rostro—: Debí haberme ido. Si tan solo me hubiese ido... —se lamentó con profundo pesar.
—Por favor, deja de dar vueltas —pidió Dave, sin entender a donde iba todo eso.
—Desde abajo, vi como un hombre bastante joven fumaba tranquilo apoyado en el balcón del quinto piso, y de pronto alguien lo abrazó por atrás. Sentí que mi corazón casi se salió al reconocer a la señora Jones. Empecé a crearme una serie de excusas que justificaran esa escena, pero no... se besaban con lujuria, reían divertidos y luego...
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Creatures of Heaven (En Edición)
FanficAhren Lowell nunca permaneció en ningún lugar por mucho tiempo, desconoce por completo el concepto de hogar y su familia no es el mejor modelo; una madre amorosa y un padre que constantemente bebe y las violenta. Aunque el maltrato familiar no es má...