Ahren Lowell nunca permaneció en ningún lugar por mucho tiempo, desconoce por completo el concepto de hogar y su familia no es el mejor modelo; una madre amorosa y un padre que constantemente bebe y las violenta. Aunque el maltrato familiar no es má...
Dave llevó cargando a la muchacha hasta su apartamento, estaba muy mal, necesitaba ser curada y tomar algo que aliviara todo el dolor físico que debía estar experimentando. ¿Cuántas veces más debía verla en ese estado?
—Auch... —se quejó la castaña, alejando instintivamente la mano del chico.
—Perdón, pero necesito que te quedes quieta —pidió, y con un paño mojado continuó limpiando con el mayor cuidado posible la sangre seca del labio de la chica.
Su pecho se estremeció al ver con más detenimiento el rostro lastimado de Ahren, era como si hubiesen retrocedido en el tiempo a esa madriguera de donde Steve la sacó, tenía heridas similares, la única diferencia ahora era el causante.
—Voy a cambiar de agua —se excusó el rubio, levantándose para salir, aunque casi parecía que estaba huyendo.
Al estar en el baño, Dave empezó a lavar la toalla y al ver como el agua sanguinolenta corría por el desagüe recordó lo que Ahren le había gritado a Keyla en la escuela esa tarde:
"¡¿No ha sido suficiente?! ¡¿No he pagado ya lo que te hice?!"
Inconscientemente sus puños se cerraron con fuerza, el enigma de esas palabras empezaron a nublarle el corazón. ¿Acaso Keyla...?
Hasta ese momento se dio cuenta que ninguno de ellos sabía mucho acerca de Ahren Lowell. La chica era bastante reservada con respecto a su vida íntima o familiar. Si sabían que sufría violencia era porque las marcas no se podían ocultar, mas no porque ella hubiese tenido la confianza de decirles algo.
Un suspiro profundo escapó de sus labios.
—¿Qué haces aquí?
Escuchó la pregunta a sus espaldas, interrumpiendo sus pensamientos.
—Elissa... —susurró, al ver a su hermana.
—Te dije que fueras con nuestro tío, no es seguro que estés aquí, papá llegará en cualquier momento y... ¿qué haces con eso? —cuestionó la rubia al ver a su hermano menor con una lavacara llena de agua, y la toalla aún rosada.
—No iba a dejarlas a solas con él —respondió Dave, refiriéndose a ella y a su madre—. Además...
Los labios de Elissa se estiraron en una mueca desaprobatoria conforme escuchaba a su hermano. Finalmente había llegado el momento de conocer a la famosa Ahren Lowell de la que su tío le habló, y no exactamente cosas buenas.
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—Lo siento, siempre estoy causando problemas a la familia de Dave —murmuró Ahren con verdadera culpa.
—Tranquila... Son cosas que pasan —dijo Elissa en un tono que sonó bastante maternal.
Elissa había ido hasta la habitación de su hermano decidida a echar a la calle a Ahren, el historial de problemas que acarreaba la castaña era sencillamente increíble, y con su padre tan cerca de llegar las cosas podían ponerse bastante malas para Dave y ella. Sin embargo, en cuanto estuvo frente a la muchacha fue inevitable no verse reflejada, casi podía entender porque su hermano había corrido tantos riesgos.
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