El muñeco(KookV)~🌟

Capítulo I: Comienzos.

Bienvenidos a mi historia. Esta es una historia que quizá no capte la atención de muchos o quizá no sea de tu interés, pero lo que sí puedo decir a ciencia cierta, es que es una historia lejos de lo mundano o aburrido. Y debería empezar por contar mi origen… Aunque tampoco puedo asegurar que lo que yo sé es cierto.

Nací en una ciudad, no muy pequeña pero tampoco grande. Desde que tengo uso de razón vivo en un orfanato. ¿Mis padres? No lo sé… Nunca supe de ellos, pero todos los días por la noche me asomo a la única ventana que hay en la habitación que comparto con el resto de niños en la misma condición que yo, y espero. Espero ver sus sombras y oír sus voces diciendo que vienen a buscarme.

Según me han dicho cuento con la friolera edad de dieciséis años. En estos años no he hecho gran cosa en verdad… A penas sé leer y escribir, y una señora está a nuestro cargo pero… Yo creo que para nada es buena y que esconde algo. Hace que la llamemos “la rectora Mei”. Ni que fuera importante. También tengo un buen amigo en el orfanato. Su nombre es Jimin. Llevamos juntos desde que somos bebés y hemos pasado muchos castigos y momentos de risa juntos. Por cierto, creo que se me olvidó mencionar mi nombre… Me llamo Taehyung. Ojalá supiera cuál es mi apellido. Pero los que vivimos aquí no tenemos de eso.

Bueno hasta aquí es solo un resumen de mi vida. Vamos a empezar con lo que pasó aquel día… El día en el que algo cambió. Mi vida cambió.

Era de noche y, mi mejor amigo Jimin y yo, aprovechamos para adentrarnos en el cuarto de aquella mujer: la rectora Mei. La puerta estaba abierta y la señora dormida. Procuramos no hacer ruido y, a tientas por la habitación, encontramos una especie de escotilla en el suelo. La abrimos, con cuidado de no hacer ruido, y vislumbramos unas escaleras. Bajamos y llegamos a una especie de cuarto lleno de víveres y estanterías con montones de carpetas. Yo sabía que escondía algo.

Mi amigo se acercó a ellas y vio que eran los historiales de todos los niños que habían pasado por aquel lugar. Comencé a buscar el mío, quería saber quiénes eran mis padres, hasta que encontré una carpeta con el nombre “Taehyung” grabado en el dorso. La cogí sin dudarlo y la abrí. Había muchos papeles, inútiles a mi parecer, hasta que encontré una carta escrita a mano. La intenté leer pero no entendía lo que ponía. Las letras no eran como ninguna de las que había visto hasta ahora. Un crujido en la madera nos alertó de que alguien se acercaba y, cogiendo aquella carta, la guardé en mi bolsillo. Nos giramos y allí estaba. La rectora Mei nos miraba con ojos de odio. Jimin y yo nos miramos. Supe que estaríamos más que castigados.