Capítulo XXI: Libertad.

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La venda había sido retirada y podía verlo claramente. Ese hombre cada vez era más atractivo. Su pelo negro era ligeramente más largo, sus piel seguía tan blanquecina como siempre, sus rasgos varoniles marcados como de costumbre y esos ojos café. Imposible no caer rendido a sus pies.

-¿Me echabas de menos?

-Jungkook...

-No digas nada, Taehyung. Ya tienes mi empresa y a tu madre, ¿qué más quieres?

-¿Cómo sabes lo de mi madre?

-Jin es fiel a mí. Sin su ayuda no estaría aquí ahora.

-Ya veo...

-Dime qué quieres.

-Te quiero a ti.

-Sabes que si estoy aquí es porque quiero recuperar lo mío.

-¿Quieres la empresa?

-Sí. Y también te quiero a ti.

Se había confesado. Creo que por decirlo así, nos gustábamos. Y eso ya lo habíamos comprobado. Pero él quería su mierda de empresa y yo no quería que siguiera.

-Creo que deberíamos llegar a un acuerdo. Yo soy el dueño de la empresa. Pero no me importaría cedértela.

-¿Entonces me la das y ya?

-Bueno, hay una condición.

-¿Cuál?

-Déjala como está. No hagas cambios.

-¿Y qué pasa con el negocio original?

-Tú querías venganza. Me querías a mí. Y ya me tienes.

-¿Te ofreces a cambio de que mantenga la empresa como está?

-Sí.

Pareció pensarlo unos segundos pero finalmente me desató de la silla. Suspiré aliviado y froté mis muñecas, algo doloridas.

-Tenemos que arreglar los papeles.

-Está bien.

Salimos del sótano en el que estaba metido y vi a mi madre acercarse corriendo para abrazarme.

-Taehyung, cariño. ¡Estaba muy preocupada! ¿Dónde estabas?

-Bueno... Lo importante es que ya estoy aquí.

En ese momento se percató de la presencia de Jungkook y abrió mucho los ojos.

-J-jeon... N-no puede ser... Yo lo maté...

-Mamá no es él. Es su hijo.

-¿Qué haces con él? ¡Aléjate!

-No... Le voy a devolver la empresa.

-¡Pero hijo! ¿Acaso estás loco?

-Hemos llegado a un acuerdo. Ya no volverá a hacer nada malo y le devuelvo lo que es suyo.

-¿Y quién te garantiza que sea verdad lo que dice?

-Lo sé porque... Porque confío en él.

Ambos me miraron sorprendidos. Giré mi rostro hacia Jungkook y le sonreí suavemente. Cogí su mano y las alcé juntas.

-Mamá, estoy enamorado de Jeon Jungkook.

Mi madre no dijo nada. Quizá ahora me odiaría. Yo quería estar bien con los dos. Si lograba que Jungkook de verdad cumpliera con su palabra, no habría razón por la que mi madre debiera enfadarse. Y Jungkook bueno... Entiendo que no quisiera estar con mi madre pero su padre había matado a mi padre, así que estábamos iguales.

-Hijo... ¿Estás seguro?

-Sí. Nos queremos. Quizá no hayamos tenido oportunidad de demostrarlo bien pero creo que... Podemos empezar de cero y hacerlo bien.

-Estoy de acuerdo con eso. Su hijo me pertenece a partir de ahora.

Jungkook pasó su brazo alrededor de mi cintura y me atrajó hacia él. Suspiré y me acurruqué a su lado. Era reconfortarte estar entre sus brazos, aspirando su aroma.

-Está bien... Pero si te hace daño no lo permitiré y nos iremos.

-Está bien.

-¿Quién dice que se vaya a quedar?

-¡Jungkook!

-¡Mató a mi padre!

-¡Y tu padre al mío!

Bajó la cabeza y pareció reflexionar.

-Entonces no podré cumplir con todo lo que mi padre esperaba.

-Jungkook, escúchame. Está bien querer hacer lo que los padres esperan de sus hijos pero tienes que decidir tu propio camino, escribir tu propia historia. Lo que realmente quieres.

Acaricié su mejilla con suavidad y cariño. Me puse de puntillas para alcanzarle y deposité un beso sobre sus labios. Respondió ante el contacto y me apegó más a su cuerpo. Cuando necesitamos aire para respirar, nos separamos.

-Está bien... Hagamos nuestra propia historia. Una sin mentiras, sin odios, sin venganzas.

-Es lo mejor que me podrías decir.

-Arreglemos todo.

-Sí.

Mi madre se fue a su cuarto y Jungkook y yo fuimos al despacho. Saqué los papeles del cajón del escritorio y los extendí sobre la mesa.

-Firmamos los dos y cambio el nombre.

Jungkook asintió y cogió el boli. Leyó el documento y cuando iba a firmar, frenó en seco.

-Espera...

-¿Qué ocurre?

-Podríamos poner la empresa a nombre de los dos.

-¿De verdad?

Abrí mis ojos en señal de sorpresa. Ese sí que era un cambio. Primero me quería matar y ahora me ofrecía la mitad de la empresa.

-Sí.

-¿Estás seguro...?

-Completamente. Si queremos empezar de cero, hagamoslo bien.

Asentí y esperé a que él firmara para hacerlo yo también y añadir su nombre al mío.

-Ya está.

Guardé los papeles de nuevo y miré a Jungkook. Me perdía en el café de sus ojos. Parecía que no tenían fin, tan profundos e intensos. Suspiré y se levantó. Lo miré pero, sin esperarlo, me cogió en brazos. Enredé las piernas en su cintura y me aferré a él con fuerza para no caer.

-¿A dónde vamos?

-¿Recuerdas que una vez te dije que yo solo follaba, que no hacía el amor?

-Sí...

-Pues voy a... Hacerte el amor.

Lo miré sorprendido y antes de que pudiera decir nada me besó. Pero era un beso suave y lento. Sin prisa, como si tuviéramos toda la vida por delante. Su lengua rozó mis labios, pidiendo permiso para entrar y así le dejé. Su lengua recorrió mi boca y ahogué un gemido.

Me llevó hasta la habitación donde lo habíamos hecho por última vez. Se acercó a la cama y me tumbó en ella, rompiendo el beso por unos segundos. Después, se colocó sobre mí pero sin aplastarme y volvió a besarme.

Definitivamente este Jungkook era nuevo. Y me encantaba. Sus manos recorrían mi piel lentamente. Fue despojándome de mi ropa y yo quité la suya de igual forma. Cuando ambos estábamos desnudos, se colocó entre mis piernas. Hizo que lamiera sus dedos e introdujo un par.

-Que apretado~

Me sonrojé y lo miré. Los gemidos empezaron a salir de mi boca. Dolía un poco pero ya no sentía tanta molestia. Cuando notó que movía mis caderas para profundizar los movimientos, sacó sus dedos y alineó su miembro con mi entrada, la cual se contrajo con desesperación anticipando lo que venía.

-¿Estás listo para que te haga el amor?

-Sí, Jungkookie.

El muñeco(KookV)~🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora