Capítulo V: Reunión.

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Ruidos húmedos inundaban la habitación. Estaba besando mi cuello de forma erótica. Yo solo podía soltar pequeños gemidos. Estaba nervioso pero el placer comenzó a cegar mis sentidos. Llevé mis manos a la parte baja de su camisa y la agarré. Él lo noto y me fue tumbando lentamente en la cama, mientras bajaba sus besos, apartando aquella fina camisa.
Yo era un desastre de gemidos y estaba realmente excitado. Noté como bajaba por mi pecho, llegaba a mi abdomen y seguía bajando. De repente se paró, mirando un punto fijo en el contorno de mi V marcada.

-¿P-pasa algo...?-musité no muy seguro de si debía preguntar-.

-¿Desde cuándo tienes esto?

-No lo sé... Siempre estuvo ahí. No le di importancia-finalicé encogiéndome de hombros-.

Me obligó a vestirme y me cogió con brusquedad por el brazo. Me sacó de aquella fábrica (como yo la llamaba) sin decir palabra alguna en ningún momento. Al poco llegamos a la entrada de otro edificio. Este era mucho más lujoso, con toda su fachada llena de cristales.

La puerta de cristal se abrió cuando pasamos. Yo miraba todo realmente confundido y sorprendido. Estaba prácticamente al lado de aquel lugar y nunca me había dado cuenta de su existencia, hasta ahora. Dentro de aquel lugar todo estaba oscuro, silencioso y solitario. No me gustaba, me producía escalofríos. ¿Quién podría estar allí? Ingresamos en un ascensor y marcó el décimo piso. Yo no me movía ni decía nada, y no despegaba la mirada del suelo del ascensor. Cuando se oyó el "ding" indicando que ya estábamos en el piso marcado, me sacó de allí. Había un largo pasillo frente a mí. Las paredes eran blancas y el suelo griscáceo. El techo era de igual color que las paredes con unos fluorescentes que a penas iluminaban. Cualquiera pensaría que eso era la consulta de un psiquiátrico. Caminamos por el pasillo y al fondo pude ver dos guardias de seguridad. Eran altos, robustos, llevaban un traje negro entero y unas gafas de sol. Lo primero que pasó por mi cabeza fue que cómo podrían siquiera ver con esas gafas. No había casi luz y eso no ayudaría en absoluto. Detrás de ellos, se encontraba una puerta bastante grande que parecía de madera.
Cuando estuvimos frente a los guardias, Hoseok se puso delante de mí y habló.

-Quiero hablar con el señor K.

¿K? ¿Acaso sería el K de K's Company? ¡¿Sería su creador?! Me puse nervioso, porque no sabía qué hacíamos allí, si de verdad era el dueño de todo aquello. Mis manos comenzaron a sudar y las empecé a frotar.

-El señor ahora está reunido. No acepta visitas-contestó uno de los guardias-.

Suspiré aliviado inconscientemente. Si no podíamos entrar significaría que volvería al trabajo y se acabó todo aquello, que empezaba a angustiarme.

-Insisto. Esto es mucho más importante que lo que el señor pueda estar haciendo ahora-Hoseok añadió-.

El guardia negó con la cabeza. Hoseok dio un par de pasos acercándose a aquel guardia y agarró el cuello de la americana de su traje, apartándolo y pegándolo a la pared con fuerza, haciendo que su espalda al chocar con la fría pared sonara. Me asusté y retrocedí un poco. Nunca lo había visto así.

-Escúchame. Me da igual. Quiero entrar y voy a entrar. No te pagan para que seas un incompetente. Acabo de encontrar al final de K y todavía tienes la cara de decirme que no puedo entrar-lo soltó cabreado-.

El guardia suspiró y le indicó a su compañero que se apartara a un lado. Me cogió de nuevo del brazo, arrástrandome hacia aquella puerta y la abrió de golpe, empujándome a su interior. Lo que vi no fue de mi agrado ni mucho menos. Creo que se me debió de desencajar la cara. Mis ojos estaban abiertos como platos y mi boca igual haciendo una ligera mueca, a la vez que denotaba sorpresa, miedo y asco.

-¡Señor!

Oí el grito alarmado de Hoseok. Vale, esta era la situación: un hombre poco mayor que yo, castaño, de piel algo morena y cuerpo delgado se encontraba tumbado en el escritorio de madera de la habitación; y un hombre no mucho mayor que yo, de cabello negro, cuerpo esbelto y piel blanca estaba entre las piernas de aquel chico, las cuales estaban abiertas y sobre sus hombros. Ambos estaban a penas con la ropa puesta. Al oír el grito de Hoseok el hombre de piel blanquecina alzó la mirada y se fijó en nosotros. Noté como posó su mirada sobre mí escasos segundos. Me causaba escalofríos, aunque no sé si porque me asustaba o por la escena que acaba de contemplar.

-Estoy ocupado. Le dije al guardia que no quería visitas-dijo algo cabreado con voz grave-.

Aquella voz me heló. Mis pelos se pusieron de punta. Mi voz era bastante grave para mi edad pero aquella era tan fría y profunda a la vez... Cerré los ojos tratando de tomar aire.

-Lo sé. No me dejaban pasar pero esto es sumamente importante-dijo un Hoseok más calmado-.

-Espero que sea así. Sabes que no me gusta que me corten un polvo sin razón alguna-habló el hombre, apartándose del otro chico-.

Cerré los ojos con fuerza, ya que no quería ver a esos hombres más desnudos todavía. Supuse que el hombre de piel blanca y cabello oscuro era K, por la forma de hablar con Hoseok. Cuando oí el sonido de la ropa arreglándose, abrí los ojos. Ya no estaban desnudos y suspiré. El chico moreno le dio un beso en la mejilla al hombre, le susurró algo en el oído y se fue de la sala, dedicándonos una mirada de indiferencia.

-Bien, Hoseok. ¿Qué es eso tan importante?-se acomodó en su silla y nos miró con un brillo de curiosidad en sus ojos-.

Hoseok agarró mi brazo y me empujó hacia adelante. Yo lo miré asustado. Quería irme de allí. Aquel hombre no me gustaba y tener su mirada sobre mí, menos. En un rápido movimiento Hoseok había bajado mis pantalones. Grité asustado. Lo único que pensé es que me iban a violar o algo peor aun. Las manos de Hoseok recorrieron mis muslos hacia arriba y se pararon en el borde de mis boxers. Cerré los ojos con fuerza, mientras temblaba.

-P-por favor... N-no me hagan nada...-alcancé a susurrar-.

Ninguno dijo nada y no tenía los ojos abiertos para ver sus caras. Noté que mis boxers eran bajados, pero para mi sorpresa, solo dejando a la vista un lado de mi marcada V. Oí un ruido. Quizá un gemido ahogado de sorpresa. No lo sé.

-¿Es él?-fue lo único que le oí pronunciar al supuesto K-.

El muñeco(KookV)~🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora