capitulo 16

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Para el momento que había llenado el papeleo necesario, y tenía alojada a Hamlet dentro de un barato cargador de cartón para gatos, había pasado cerca de media hora desde que Cade se había bajado de mi auto. De pie en el estacionamiento, no podía encontrarlo por ningún lado.

Saqué mi teléfono, no había mensajes.

Busqué en el parabrisas, no había notas.

Llamé a su teléfono, no hubo respuesta.

Volví a llamar a su teléfono, directo al buzón de voz.

Para cuando sonó el "bip", estaba llorando.

—Cade, lo siento. Lo siento tanto. No sé cómo arreglar esto. Sólo quiero que volvamos a ser como hemos sido siempre. Dios, eso es estúpido. Sé que no podemos. Sé que las cosas no pueden ser como eran antes, pero... no lo sé. Como sea. Sólo... hazme saber si estás bien. No estás en mi auto, y no sé cómo llegaste a casa, si es que llegaste. Sólo llámame. Por favor. Hablemos de esto.

Unos minutos después, estaba sentada al lado de mi auto en el pavimento, mis jeans manchados de polvo, cuando recibí un mensaje.

Estoy bien.

Traté de llamar otra vez, saltó directo el buzón de voz.

Y por más que intentara pensar de otra manera, por más que intentara esperar que podíamos superar esto... Ya lo sentía. Me sentía quemarme.

Tal vez era el dolor. Tal vez finalmente me había vuelto loca. Tal vez ya simplemente no tenía a dónde más ir. Pero cuando volví a mi complejo de departamentos, no me dirigí al mío. 

Con Hamlet en la mano, me dirigí al de Luke.

No sabía cómo me veía cuando abrió la puerta. Ni siquiera quería saberlo. Pero la abrió más casi al instante, gesticulando hacia mi sin hacer preguntas.

Jamás había estado en su departamento. Debería haberlo comprendido, o pedirle que me mostrara los alrededores. Debería haber dicho algo, pero lo único que tenía en la punta de la lengua era un sollozo, y necesité de toda mi energía, toda mi concentración para retenerlo.

Pero incluso eso no fue suficiente cuando sus dedos levantaron mi barbilla. Él dijo mi nombre, y vi una mirada preocupada en aquellos ojos. Las lágrimas cayeron de mí como una copa rebalsada, y no podía controlarlo, ni respirar bien, ni explicarlo.

Él tomó la caja de Hamlet de mis manos y pasó un brazo alrededor de mis hombros. Me condujo por un pasillo casi idéntico al mío hacia una sala de estar que era completamente diferente. Estaba llena de libros, algunos en las repisas, algunos apilados en el suelo. Los muebles eran sencillos y con un toque moderno, pero no tan modernos como para que dudara antes de hundirme en los cojines del sofá negro, agarrando una almohada blanca para abrazarla a mi pecho. Luego Luke estaba a mi lado, sacándome la suave almohada de las manos y reemplazando la comodidad con su cuerpo. Me colocó en su regazo, acunándome como a una niña, secándome las lágrimas, peinando mi cabello, frotándome la espalda.

—Él me odia —me las arreglé para decir finalmente. Él no había preguntado, pero su preocupación me jaló a hacerlo de todos modos, sacó las palabras fuera de mi boca.

—¿Quién te odia, amor? 

Rápidas y cortas respiraciones salían de mis labios, pequeños gemidos que no era capaz de controlar.

—C-Cade.

—Cade no podría odiarte jamás —dijo.

—Lo hace. Se fue. No volverá a hablarme. —Me disolví en otro ataque de llanto y sólo me acercó a él, metiendo mi cabeza debajo de su barbilla, contra su pecho.

Like a Virgin -TERMINADA-(Luke Hemmings y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora