“Laura, la peli titanic ¿por fin la viste?”
“Es muuuuuuy empalagosa. Prefiero de acción”
“Laura, es hermosa. Por dios, solo vela, te gustara”
“Me voy a bañar, hablamos en la prepa”
“No trates de zafarte. Está bien, mañana hablamos”
Deje el teléfono, estaba completamente aburrida, mañana empezaba primer año de preparatoria. Laura, mi mejor amiga, estaría en otra prepa, al ella tener mejores calificaciones que yo, fue aceptada en una preparatoria de prestigio, en la cual solo aceptan a muy pocas personas, en comparación, yo entre en una común, de calificaciones comunes.
-Nata, hora de la cena, si no bajas, no cenas- grito mi madre.
-No tengo hambre- grite suspirando.
-Que bueno, me agradan tus palabras-
En mi familia éramos 5, padre, madre, hermano mayor, hermana menor y yo. Toda la familia era muy unida, a excepción de mí, cuando trataba de ser graciosa, solo me ignoraban. En las cenas, hablaban de cualquier cosa y cuando trataba de decirles algo importante, simplemente me hacían mala cara o solo me ignoraban. Después de barios años, solo aprendí a sobrellevarlo y simplemente evitarme esos momentos.
“¿Lista para mañana?”
Iván me mensajeaba, este era mi mejor amigo, el cual conocía desde preescolar y era como el hermano mayor que siempre quise. El entro a la misma prepa que yo, ya que no somos muy inteligentes, pero el obtuvo una beca, por ser la estrella del fut bol. Hemos sido como hermanos, siempre unidos.
“Me muero de ansias” le conteste.
“Duerme, mañana pasare por ti”
“Ok, con cuidado, no quiero que me pase nada el primer día de clase, no conseguiré amigas”
Iván Pérez era increíble como amigo, mientras estuviéramos solos, cuando alguien estaba con nosotros o a nuestro alrededor, este simplemente ignoraba mi presencia o en rara ocasión se comportaba como un patán pero cuando estábamos solos era muy amable y atento. El era mi vecino, vivía a dos casas de la mía. El siempre fue el más llamativo. Él es alto, pelo castaño, ojos verdes como las hojas, piel bronceada, un bronceado perfecto y tenia cuerpo de atleta. El siempre paseaba con mujeres, desde la escuela, al salir de quinto grado, comenzó con las citas dejándome de lado en barias ocasiones pero siempre me compensaba.
-Nata, mañana te levantas tu sola, si quieres almuerzo te lo haces- dijo mi madre tocando la puerta.
-Está bien, de todos modos en la cafetería venden comida-
Ya no se escucho nada. Active la alarma para que sonara a las 6 en punto, eso me daría tiempo de bañarme y arreglarme. Saque la ropa, colgándolo en el pequeño estante de libros. Mi cuarto era el hatico, un pequeño lugar, donde cavia solo una litera, un pequeño armario, una tv pequeña con un pequeño tocadiscos. Al mi hermano al ser el mayor, escogió el cuarto mas grande, mi madre le dio el cuarto mediano a mi hermana. Me dio la opción de dormir con mi hermano o el hatico. Escogí el hatico, porque por más amor que le tenga a Eduardo, no dormiría con él. Además que mis planes eran terminar preparatoria y después irme de extranjero a la universidad y nada cambiara mis planes.
-Buenas noches- le dije al pequeño perro salchicha Dan.
A este lo encontré vagando por las calles de la secundaria. Lo bañe, le enseñe ciertas cosas para poder conservarlo. Es el único amigo real que tengo en toda la vida. Este era color negro, con una patita blanca, la cual parecía un calcetín.
La alarma sonó, tome una ducha y me aliste para mi primer día. En mi celular destellaba una luz, lo cual significaba que había un mensaje.
“No podremos pasar por ti, Claudia me pidió que pasara por ella. Te lo compensare”
“Más vale que sea bueno” le envié.
Esto no era raro, ellos eran la perfecta pareja. Claudia Garza, la gran estrella de basquetbol, Iván Pérez, la gran estrella de futbol. Eran la pareja perfecta desde secundaria, en la cual, una chica x como yo, otaku, amante del romance, creyente firmemente en los príncipes azules, la cual no ha tenido novio, cuyo primer beso fue robado por un accidente en un circo, no encajaba ahí. Ellos eran increíbles juntos, un día trate de estar con ellos, pero no me senti cómoda en ningún momento, me sentía como si se avergonzaran de mi, pero eso ya era normal para mi, todos a mi alrededor o se burlaban o me ignoraban, no era algo nuevo. Sabía bien, que algún día, mi príncipe azul vendría por mí, nos casaríamos y sería feliz por siempre o al menos eso esperaba.
-¿Te llevo?- Eduardo entro a la cocina.
-Nop, iré caminando-
-Le decía a Melisa-
Melisa era una joven de 13 años, ella iba a la secundaria, la cual quedaba cercas de la universidad de mi hermano. Ella era muy bonita, con los ojos azules, como los de padre, labios carnosos como madre, piel blanca como la abuela, pelo dorado como el abuelo, media 1.65. Eduardo era un hombre alto, piel blanca, ojos azules, pelo entre dorado y rojizo, con los rasgos marcados. Eduardo y Melisa sacaron todas las características positivas de mi familia, en cambio yo, pelo negro y maltratado como el abuelo de mi padre, ojos marrones, como la madre de mi padre, piel quemada por tanto caminar en el sol, 1.60, gracias a padre. Salí totalmente diferente a ellos, desde mis rasgos, hasta mis actitudes.
-Claro, solo término de comer-
Me levante de la mesa, siempre era igual, ellos querían y consentían más a mi hermana, pero no era nada nuevo. Salí de la casa, rumbo a la preparatoria, tomando el autobús, llegando justo a tiempo para el discurso de apertura para la nueva generación. Al llegar Iván no se acerco a mí. Nada nuevo aun. Al terminar, nos dieron las aulas. Me toco en el c, al entrar, el salón estaba repleto de hombres, donde Iván también estaba, pero este no me prestó atención. Todos se presentaron y las clases continuaron, solo estaban 4 mujeres conmigo y al parecer estas ya eran amigas, por lo cual, jamás me permitirían entrar, esto lo sabía bien, ellas no eran como yo. Llego receso, aun sin amigas, encendí mi celular, al parecer no te dejaban usarlo en clases, en este estaba un mensaje, de larri32, este era un chico que conocí por una serie que a ambos nos gusto. Comentamos en el video, después de eso, el me busco y hablamos de muchas cosas, nos hicimos amigos. El vivía en la misma ciudad que yo pero nunca intentamos conocernos, o al menos por mi parte, tenía miedo de que el reaccionara como todos a mi alrededor. El cree que solo es porque no me siento segura con los hombres.
“¿Cómo te fue? ¿Ya hiciste amigas?”
“Aun no pero más adelante, aun no acaba el día”
“Suerte”
“Gracias”
“Ya viste las actualizaciones de la serie”
“Aun no, pero compre un colguije para el celular, es hermoso, luego te mandare una foto”
“¿Dónde lo conseguiste?”
“En la tienda junto a la zapatería, la que está junto a la plaza, no recuerdo el nombre, pero había muy pocos, deberías apresurarte”
“Aaa, saliendo de la prepa iré. Gracias por avisar, por cierto ¿en cuál prepa estas? puede que estemos en la misma, incluso en el mismo salón y yo no lo sabría, no es justo, tú conoces mi rostro, yo no conozco el tuyo”
“En parte tienes razón, pero solo hay dos preparatorias en el pueblo y una es para inteligentes, mi cerebro no salió tan dotado”
“Aaa, entonces estas en la misma que yo, algún día te encontrare”
“Jaja inténtalo, te premiare, por cierto ¿iras a las tiendas que se pondrán este fin?”
“Claro, comprare videojuegos”
“Bueno, tal vez nos veamos, como sea te dejo. Las clases comienzan”
“Ok, hablamos luego”
Las clases terminaron. Iván no me tomo en cuenta, regrese a casa, solo estaba mama, esta hacia la comida, cantaba mientras cocinaba. Esta tenía el pelo negro, con pequeños mechones plateados, ojos marrones, piel blanca, media alrededor de 1.67, siempre era alegre, con mis demás hermanos. A Eduardo, lo consentía porque él era la luz de sus ojos, mientras que a Melisa, la sobreprotegía, por ser la última, yo al ser la de en medio solo me toleraba, hacía años que acepte eso. Antes me cortaba los brazos seguido, para calmar el dolor, hasta que un día, me encontraron en la secundaria cortándome, le contaron a mi padre, ese día, llegando a casa me golpeo, me dijo que si queria dolor, solo le llamara de nuevo, después de eso mi familia se distancio de mi. Podría apostar que ellos creen que consumo drogas y que en cualquier momento saldré embarazada, no creen que cumpla mis metas o que por lo menos termine la preparatoria.
-Ya llegue- grite subiendo a mi cuarto.
La tarde paso, la misma rutina, papa llega, comen, miran tv, se van a su cuarto, yo bajo y como, lavo lo que dejaron, subo, se da la tarde, mi madre me llama para cenar, no seno, duermo, de nuevo a la preparatoria, Iván no me habla, solo mensajeamos, Laura me llama antes de dormir y le ayudo en sus deberes, después la preparatoria de nuevo. Así estuve hasta que llego el fin de semana, momento de salir.
-¿Como que no iras? Iván, me lo prometiste-
-Si, lo sé, pero los chicos irán a comer y al cine. No les puedo quedar mal-
-Iván, me estas rompiendo una promesa, eso es quedar mal-
-Si, pero tú eres Nata, ellos son el equipo-
-¿Entonces no soy importante para ti?-
-Claro que lo eres Nata, pero ellos son el equipo. El antiguo captian está pensando seriamente en cederme el puesto y para eso necesito ir ¿No quieres que sea capitán de nuevo?-
-Iván, ve, pero no volveré a quedar contigo. No es la primera vez que me dejas colgada ya me canse- me aleje de su casa.
-Te lo compensare-
Llegue a las tiendas. Me sentia mal, Iván era mi mejor amigo, siempre estaba ahí para él, cuando sus padres peleaban, cuando se divorciaron, cuando su hermana murió, siempre, jamás le fallaba pero el siempre me fallaba a mí, cuando íbamos y jugábamos, el siempre me dejaba de lado, cuando paseábamos siempre se alejaba lo más posible de mi, cuando estábamos en la escuela, en ocasiones se hacía lucir con sus amigos, destrozándome a mí.
Paseaba por las tiendas, sin querer comprar nada, solo quería que alguien en este mundo, no me ignorara, me tomara en serio y se preocupase por mí pero eso era mucho pedir para mí.
-¿Puedo ayudarla en algo?- la mujer que vendía pasteles se acerco al verme decaída.
-Oh, no gracias- apoye mi bolsa ahí, sacando mi celular.
“¿Estás aquí?” Envie a larry.
“Si. Ya compre el dije ¿de qué color es tu celular?-
“Rosa, con el dije morado, ¿Por qué?”
“Nada, solo trataba de imaginármelo”
Algo me llamo la atención en la tienda junto a mí. Mi hermano paseaba con una mujer, esta era tapada por los maniquís, me quede observando hasta que ambo salieron.
-Oh, mira, aquí estas. Te presento a mi novia-
Esta se puso nerviosa, desviando la mirada al piso, sin observarme. Extendió la mano.
-Laura Terrazas, mucho gusto-
-¿Por qué te pones nerviosa Laura?-
-Natasha ¿Eres hermano de Natasha?-
-Emm, si, desgraciadamente si-
-¿Por qué no me dijiste que tenías un hermano?-
-Te lo dije, el día que hicimos pijamada con las demás amigas tuyas. Te conté de mi familia, me dijiste que era hermoso y que tenía suerte, después de eso, peinaste a una chica y jugaron verdad o reto, yo solo comí frituras-
-Natasha, no lo recuerdo, pero (Suspiro) que bien- dijo con obvia falsa emoción.
-Bueno, nos vamos-
Se fueron –Que flojera que es tu hermana ¿Cómo la soportas?- se escucho un murmuro.
-Solo ignórala, es lo que todos hacen- contesto mi hermano.
Ambos rieron, alejándose, ya no pude retener las lagrimas, siempre era lo mismo, me ignoraban, hablaban a mis espaldas, se burlaban de mi, solo era el remplazo de los demás, lo peor es que así lo aceptaba, por soledad, dejaba que me pisotearan, que jugaran conmigo. Laura era un claro ejemplo, ella era bonita, ojos azules, piel blanca y suave, uñas con perfecto manicura, pese a que jugaba basquetbol, media alrededor de 1.75 por lo cual era tremendamente alta. Esta siempre estuvo rodeada de personas, en el preescolar, de niños, jamás me hablo, en la escuela, me hablo gracias a un proyecto de equipo, el cual termine haciendo yo sola. Desde entonces me conforme con compasión por trabajos, tareas, proyectos, etc., yo era la razón de sus notas, pues ponía esfuerzo en su tarea.
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El cambio de la chica
Teen FictionNatasha está conforme con su vida, su amiga Laura, la cual no resulta serlo tanto, su mejor amigo Iván, el cual solo es gentil estando solos, su familia, pero ella comienza a descubrir ciertas cosas que la harán dar un giro de 180 grados a su vida...