-Esto no tiene dinero-
El hombre, al parecer pareja de la señora, lanzo mi bolsa, la cual cayó en el pastel, irónico, la bolsa estaba manchada e ignorada como yo. La tome, dejando caer las lagrimas.
-¿Por qué hiciste eso Sol? Es de mala educación-lo reprendió la mujer –Perdónalo querida. Él tiene problemas-
-Se ve- dijo una voz detrás de mí.
No gire a mirar, de seguro seria una persona que se burlaría de mí como todos a mí alrededor.
-No importa- seque las lagrimas –Mejor véndame una rebanada. Se ve delicioso-
-Perdona querida ¿De qué lo quieres?-
-Fresa, por favor-
-¿Por qué les compras? Ensuciaron tu bolsa, querían quitarte tu dinero-
-Bueno- tome el pastel pagándolo –La mujer no lo izo, en cambio se disculpo. Ella no tenía la culpa de nada, además necesito algo dulce-
Al girarme para verlo, este parecía un poco mayor que yo, de unos 18 años. Era alto, tenía una gorra que le cubría el cabello y los ojos, una camisa de un equipo de futbol, de seguro un integrante, jens ajustados, tenis rojos enlodados. Este tenía una pequeña caja en la mano.
-¿Podría prestarme tú celular?-
-Claro- lo saque –Aquí tienes-
-Dije curioso-
-Es de una serie que amo, esta es de ángeles y demonios, donde la protagonista muere por proteger a las personas que ama-
-Un final bastante raro ¿No crees?-
Comenzó a marcar un número, este puso el celular en altavoz.
“Hola Nata, te dije que te lo compensaría, no me molestes, estoy con los chicos. Te llamo luego”
-Iván- susurre.
-Qué curioso, no sabía que hoy era de junta o ¿No me invitaron?-
“¿Capitán?”
-Mañana, entrenamiento, faltas, estas fuera. Es mi última advertencia- colgó.
Así que Iván no tenía entrenamiento, solo se quería librar de mí. Esto era algo nuevo, mis lagrimas asomaron de nuevo, Iván, mi mejor amigo, al parecer no soportaba mi presencia. Debería dejar de estar con las personas que no me quieren a su lado. Eso me aria bien a mí y me quitaría gente venenosa de mi alrededor.
-Toma pequeña-
-Gracias-
-¿Cuál es tu nombre? Y ¿Qué relación tienes con Iván?-
-Bueno, es mi amigo desde el preescolar-
-No me sonó a un amigo. El solo trato de librarse de ti-
-Lo sé bien. Creo que dejare de depender de las personas. Al menos de tratar de ganarme su cariño-
-¿Cómo lo harás?-
-No lo sé. Protegerme. Suena sencillo pero no lo es-
-¿Qué haces después de clases?-
-Nada-
-Yo estoy en una escuela de auto defensa, únete, te enseñan muchas cosas. Para empezar, cambia de estilo y corta tu pelo-
-¿Por qué?-
-He visto que en las películas es lo que hacen-
-¿Quieres cambiarme como en las películas?-
Este se encogió de hombros. Suspire, no estaba segura pero necesitaba distraerme.
-Está bien pero ¿Dónde está la escuela esa?-
-Te veré saliendo de clases ¿Estás en la escuela de Iván?-
-Si, en su salón-
-Entonces iré por ti saliendo. Avisa en casa que llegaras tarde-
Asentí, este tomo mi mano y con una pluma marco su número. Él era un poco extraño
-Márcame en la salida, así sabré que no cambias de opinión, también no cambies tu look hasta que este contigo ¿Entendido?-
Asentí observando su número en mi mano, esa pluma no se quitaba fácil. Necesitaba ocultarlo o en serio creerán en mi casa que comencé la profesión de la noche.
–Bueno. Adiós- se alejo.
Hoy si que fue un doloroso y largo día. Me entere que mis amigos no lo eran, que en mi familia no me soportan y que necesito un cambio de look. Bien, no me costaba nada intentarlo.
-¿De dónde conoces al capitán? Y ¿Por qué le dijiste de la junta?- Iván se plasmo frente a mí.
Ya era el final de las clases, era hora de ir con el señor auto defensa. Tome mi teléfono, mensajeandole.
“Aun no cambio de opinión ¿Dónde nos vemos?”
“Iré a tu salón”
Después de la noche anterior, comencé a reflexionar. No necesitaba de Iván, ni Laura. Podía estar yo sola y no moriría por eso. Me ahorraba falsas amistades y amor innecesario.
-No te importa y si me disculpas tengo que salir-
-Contesta- me tomo del codo –Puede que no me dé el puesto por tu estúpida bromita- estaba molesto.
-Iván, yo no te dije que mintieras- me zafe –El me pidió mi celular- comencé a caminar –El te llamo, yo no. Tú le mentiste, yo no-
-Por dios, Natasha. Sabes que te quiero, pero a beses eres un dolor en el culo. Siempre de sufrida. A nadie le importa tus problemas con tu familia, después de varios años de eso, te hartas. Te agradezco que estuvieras junto a mí en mis momentos difíciles pero nadie te soporta. Eres una niña llorona la cual cree que los príncipes existen, que ella es la reina de una historia y que vendrá tu final feliz- estaba gritando –Pues adivina que, no existe nada de eso. Supéralo. Compórtate como la mujer que supuestamente eres. Afronta tus problemas y deja de joder a los demás-
-¿Eso es lo que piensas que hago?-
Me seque las lágrimas. Todos en el aula nos veían con ojos curiosos, muchos se reían. A Iván no parecía importarle, él solo quería desquitar su furia con alguien y ese conejillo de indias era yo pero era perfecto, así sabría qué es lo que él piensa de mi, para que me deje claro que lo perfecto no existe, que los príncipes de son cuentos de hadas y nada más, que no existe el vivieron felices por siempre.
-Si, lo hago y no solo yo. Toda la maldita gente que te rodea, tu familia te ignora, Laura te tiene asco, yo no te soporto. Aquí todos te odian, dime tu ¿Por qué jodes la vida de otros? ¿Acaso quieres que estén tan jodidos como tú?-
Ya no soportaba mas la humillación. Solo seguía caminando. Sabía bien que esto me marcaria completamente, me aria olvidarme de amistades, de mi terquedad por amor y compañerismo, de no dejar que nadie este junto a mí. Él me tomo del brazo, deteniéndome, busque sus ojos, observándolo fijamente.
-No trataba de joderte. Si piensas así, es que tu solo estas bastante jodido, por perder a la única amiga que de verdad tuviste, tratando de culparme por tus acciones. Estoy harta, harta de ti, harta de esta vida, harta de siempre ser el remplazo, harta de escuchar, pero nunca ser escuchada, harta de que solo juegues conmigo, harta de mendigar de tu compañerismo y amor pero si crees que trato de joderte, simplemente no te acerques a mí y fin- le gritaba.
En sus ojos veía arrepentimiento. Ambos sabíamos que nuestra amistad ya no seguiría, él siempre trataba de culparme por sus errores, pero ya no más. Ya estaba harta de querer compañerismo tan desesperadamente, de aguantar burlas y fallas de él. Sabía que muy en el fondo lo quería y no lo quería perder, pero no podía mas, aunque mi corazón este hecho trizas, esto debía pasar, ya era inevitable.
-Nata, yo- parecía más calmado.
-Solo aléjate. Ya dejaste en claro lo que piensas- lo interrumpí –Yo también, no te jodere se te alejas, no regreses a mí y sigue, que otra sea tu tonta-
-¿Lista?- dijo el chico del día anterior.
Ahora si se le veían los ojos, estos eran azules, como el mar. Este tenía puesto una camisa de una banda de rock, con unos jens ajustados.
Asentí –Adelante-
Seguí caminando, pasando por un lado de Iván sin detenerme. Iván nos siguió el paso.
-Capitán, ¿Qué hace con ella? ¿A dónde la lleva?-
-¿Celoso?- dijo con una risita.
-Claro que no, de ella jamás, solo mírela. Solo me interesa saber a dónde va usted-
-Celos, si claro, por dios (reí falsamente) a él solo le importa el mismo-
Al verlo, note como mis palabras lo hirieron pero oculto su dolor, aun siguiéndonos el paso.
-Ella estará bien y conmigo, no necesito decirte a donde la llego, solo confórmate con saber que estará a salvo. Vamos al auto- me tomo del brazo guiándome –Este es mi auto- se detuvo en un deportivo azul.
Pulso un botón, este izo que el auto sonara. Me dirigí al haciendo del copiloto, abrí la puerta y me senté. El capitán también izo lo mismo, encendiendo el motor, poniéndolo en marcha, dejando a Iván parado, solo observándolo por el retrovisor.
-¿Y bien? ¿A dónde me llevas?-
-A una estética, te cortaras el cabello. Ese peinado no te queda-
-¿Qué corte le gustaría?- la estilista saco sus tijeras, acariciándome la cabeza.
-Córtelo en capas. Que quede en pico, después píntelo de color rojo, que este completamente rojo-
-Está bien, puede esperar a su novia en esta silla. Esto va a tardar-
-El no es mi novio, es mi compañero-
-Bueno. Espere a su compañera en esta silla-
La mujer corto y corto, dejándome el pelo poco debajo de los hombros, con diferentes tamaños de capas de cabello, después continuo con el tinte. Esta me decoloro el pelo, pintándolo rojo.
-Tiene que esperar alrededor de 40 minutos. Si me disculpan, cortare el pelo de otro cliente. Cuando pase el tiempo volveré-dijo alejándose.
-Y bien- dije.
-Y bien ¿Qué?-
-¿Por qué me ayudas? ¿Soy tu trabajo de caridad? ¿Perdiste una apuesta?-
-No. Es solo que creo que necesitas un cambio y compañía-
-La compañía es lo que me trajo aquí. Lo del cambio tienes razón y que pasara cuando termine ¿Tú también me dirás que te jodo la existencia?-
-No. Esas palabras solo las dicen los cobardes, además, no necesito que me jodan la existencia, yo lo hago muy bien solo-
-Que gracioso (fingí risa) deberías entrar en un club de jodidos anónimos-
-Así que tienes sarcasmos. Vaya, eso me sorprende- se rasco la barbilla –Pero después de lo que alcance a escuchar, no tienes amigos y tu familia te ignora-
-Estas en lo cierto. ¿Y ahora que aras? tratar de conseguirme amigos y terminar como un buen ciudadano-
-Nop. Lo de los amigos, debes conseguirlos tú-
-Porque tengo tanta suerte en eso- dije con sarcasmo.
-Claro, con mi ayuda. Te ayudare a conseguir amigos menos imbéciles-
-Gracias, que caballeroso- le dije fingiendo asombro.
El solo rio, tenía una bonita sonrisa, la cual significa que el sería igual que Iván. No debía confiare de él.
-Gracias, como sea ¿Tienes alguna persona que te tome en serio?-
-¿Tienes anoréxicas que te amen con el corazón y no con la cabeza?-
-Tushe (rio) pero debes tener a alguien, una persona que pueda hablar contigo sin que te vea como desecho de la vida-
-Bueno, tengo un amigo en redes sociales, su nombre es Larry, lo conozco desde hace tiempo y siempre mensajeamos-
-Es un avance- se veía muy feliz. Al parecer le daba placer propio ayudar a los demás, parecía buena persona.
-Te vez feliz-
-Lo estoy, es muy buen avance-
-Bueno, solo te diré una cosa, en mi vida, las personas me han pisoteado, insultado e ignorado pero eso se acabo, si me mientes o juegas conmigo, si escucho un insulto, te golpeare y no te gustara ¿Queda claro?-
-Claro como el agua- sonrió de nuevo.
La mujer término de pintarme el pelo. Me veía completamente diferente, pague al terminar.
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El cambio de la chica
Teen FictionNatasha está conforme con su vida, su amiga Laura, la cual no resulta serlo tanto, su mejor amigo Iván, el cual solo es gentil estando solos, su familia, pero ella comienza a descubrir ciertas cosas que la harán dar un giro de 180 grados a su vida...