un nuevo comienzo

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“¿Cómo estás?” Larry me mensajeo.
“Muerta”
“¿Por qué? un largo día”
“Algo así” aprendí a no hacerme la víctima con mis problemas en ningún lado “solo un largo, largooo día”
“Jajaja, ya compre el colguije, era el ultimo”
“Que bien ahora tendremos los mismos adornos, en casi toda la ciudad”
Caminaba por la calle, sin rumbo aparente, debía ir a un lugar en el cual pasar la noche, y rápido.
“¿Puedo quedarme contigo unos días?”Lo envié, pero recapacite, no molestarlo con mis problemas, no a nadie más “Solo bromeo jajaja”
“¿Qué ocurrió?, dame tu numero para marcarte”
“Tranquilo estoy bien”
“Por favor”
“No debería molestarte con esto”
“Nata, por favor”
Me aria bien hablar con alguien más, alguien que solo escuchara, aunque solo fuese superficialmente.
“Está bien” le envié el numero
A los pocos segundos mi celular timbro, número desconocido.
-Hola- dije.
“¿Natasha?, ¿eres tú?”
-Sip, Larry ¿eres tú?-
“Si, es un gusto escuchar tu voz por primera vez, ahora, que te hace sufrir, ¿Por qué retienes las lagrimas?”
Quebré en llanto, ya no podía mas, esto me superaba, me dolía el corazón, el que mi mundo cambiara de un día para otro.
-Mi madre me corrió de mi casa, mi mejor amigo me odia, mi amiga nunca fue mi amiga, mi familia me detesta, yo me detesto-
“No hables así y si te corrieron de tu casa, puedes quedarte en la mía, ¿Dónde estás? Mi hermano te recogerá”
-No hace falta, gracias por escuchar, pero no quiero causarte problemas-
“No me los causas, al contrario, mi madre siempre ha querido una hija, creo que le hará bien tu compañía, anda, dime donde estas”
-Está bien, solo será una noche, estoy en la preparatoria, no sabía donde más ir-
“Está bien, ahora mismo mando a mi hermano”
-Gracias Larry-
“Lauro”
-¿Cómo?-
“Mi nombre, lauro”
-Gracias lauro-
Estuve sentada por una hora fuera de la preparatoria, una luz que llego me segó completamente, esta se detuvo frente a mí, la puerta se abrió y de esta una sombra.
-Así que, retrocedimos en el avance- era el capitán del equipo.
-¿Qué haces aquí?-
-Mi hermanito me pidió que recogiera a su amiga en la preparatoria, no me dio detalles, pero me lo imploro. Deben ser muy buenos amigos para que casi se arrodille-
-Lo conocí hace tiempo y solo nos mensajeamos-
-Bueno- tomo la maleta –deben mensajearse muy a menudo y hablar de cosas muy personales-
-No es de tu incumbencia- le dije.
-Como sea, sube, debemos irnos, tenemos una mañana muy larga-
-¿Por qué?-
-Recogeremos lo que olvidaste de tu casa, o ¿esto es todo?-
-No, solo tome lo elemental, deje barias bolsas en casa, no podía cargarlas-
-Así que mejor tomaste al perro-
-Es como mi hijo-
-Como sea- arranco el motor –Solo no hagas que mi hermano haga más cosas por ti, odio que la gente se aproveche de el-
-Se de lo que hablas y no lo haré, el es mi amigo, el único que tengo y me queda-
Llegamos a una gran casa, con muchas flores, las cuales solo se notaba la sombra, en la entrada estaba una mujer un tanto hermosa, o al menos eso creía, con la poca luz no se distinguía nada. Al bajar, esta me abrazo, tomando al perro por mí.
-Mucho gusto querida, mi nombre es socorro, soy la mama de lauro y Larry-
-Gracias por dejarme quedar unos días-
-Lauro me conto lo que paso, quédate el tiempo que necesites, Larry llevara tus cosas al cuarto de invitados, ahí será tu habitación el tiempo que necesites-
-Gracias, por todo-
-No hay de que, lauro espera adentro, aquí entre nos, el estaba muy nervioso de conocerte, no paro de dar vueltas en la entrada, esperando tu llegada, casi haciendo zanja-
Reí, una risa verdadera que no había tenido en mucho tiempo, una que de verdad sentía. Socorro me guio por la casa, hasta donde un chico, un tanto delgado, piel blanca, ojos marrones, ocultos por unas gafas, pelo negro y más o menos 1.70 de alto, estaba sentado en una silla, moviéndose como si no pudiese quedarse quieto.
-¿Así que tu eres mi chica misteriosa?, mucho gusto, mi nombre es lauro Ibarra, el es mi hermano Larry Ibarra, es mayor que yo por dos años, es increíble que seas tú, desde que supe que estaba contigo en la preparatoria, te busque como loco, pero no te encontraba-
-Estaba en la clase c, creo que como investigador privado, no sobresaldrías-
-¿El c? donde solo ay como 3 mujeres, bueno, ahí no busque, digo, no espere que estuvieras en esa clase-
-A que doy pena en la peor clase de la prepa, pero ahí me toco-
-No, no me refería a eso-
-Tranquilo, lo sé, estoy jugando, estoy un poco cansada, mañana será un gran día, uno muy pesado-
-Oh, claro, por supuesto, Larry te guiara a tu cuarto, ¿cierto?-
Este puso muecas de disgusto, como si mi presencia lo matara, pero ya estaba acostumbrada a eso.
-Si, por aquí-
Este me guio por barios cuartos, hasta llegar a uno color rosa, este estaba muy bonito, tenia sabanas moradas, con cortinas de igual color, que combinaban con el piso, muy exótico y hermoso.

El cambio de la chica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora