realidad

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Al estacionar cerca de la entrada de la casa de mis padres, estaba completamente nerviosa, perfecto, solo respira, respira e imagina que no te mataran cuando entres.
-¿Puedes venir conmigo?-le pregunte nerviosa, el no era parte de esto y ya había hecho mucho trayéndome aquí –Solo bromeaba- abrí la puerta.
Iván estaba sentado en su porche, como siempre lo hacía en las tardes, este levanto la mano, saludándome, pero claro que a mí no, saludaba a su capitán, simplemente lo ignore, tocando en vendaje, acariciando las cortadas. Respire hondo, me acerque a la puerta y la toque. Había más ruido que de costumbre, risas y pláticas, las cuales siempre apagaban en mi presencia, que bien que eran felices sin mí, abrí la puerta.
-Padre- grite.
Larry venía detrás de mí, sentía que no estaba sola, aunque lo estuviera, tome la muñeca de Larry arrastrándolo hacia adentro, entramos a la cocina todos reían y se pasaban la comida, la diversión se acabo al verme entrar, Eduardo se levanto de su silla caminando hacia mi.
-¿Donde estuviste estos últimos días? ¿Y quién es  él?–
-Tuve ciertos percances que me impidieron venir-
-Ya decía yo que ibas a esperar al menos a terminar la prepa antes de andar de prostituta-
-Yo no ando de prostituta, Eduardo –
Mis manos comenzaron a temblar haciendo que Larry se diera cuenta de mi miedo, pero este no se movió ni dijo nada.
-A que has venido y quien es el, ¿de seguro es el padre del bastardo que esperas?-dijo mi madre
-¿Qué es eso?-pregunto mi padre viendo los vendajes
-Me corte de nuevo-
Este se levanto de su silla, directamente hacia mi abofeteándome, tumbándome al suelo, hacendó que soltara la mano de Larry
-Ya te dije que si quieres dolor me lo digas – me pateo las costillas- Yo hare que sientas el dolor y no andes con niñerías- me tomo del cabello haciendo que levantara mi cabeza abofeteándome de nuevo
Mis lágrimas comenzaron a salir, no quería que Larry viera esto, ver como mi familia me humillaba
-Y tú quien eres- pregunto mi papa dirigiéndose a Larry.
-Yo soy el papa del niño y venimos por sus cosas-
-Estas embarazada bastarda- me pateo el trasero.
-Justo déjala que no ves que se la va a llevar-dijo mi madre quitándomelo de encima- No ves que nos quitamos un peso de encima.
-¿Porque no me quieren? – dije llorando en el suelo.
-Porque eres una bastarda- dijo mi madre con muecas de asco -Fuiste producto de una violación-
-Si no me querían me hubieran abortado –
-Lo hubiera hecho si no hubiera sobre pasado el tiempo-
“Ahora entiendo e porque no me querían, el porqué de su actitud, el porqué de su rechazo, en verdad no me querían”
Larry me tomo del brazo ayudándome a ponerme de pie cargándome -¿cuál es tu habitación?-
-Es el ático-
-¿El ático? ¿En serio?-dijo sin creerlo.
Me encogí de hombros, esa era una de las muchas razones del porque no invitaba a nadie a mi casa, jamás, siempre prefería evitar que vinieran o decía que tenía habitación compartida o no tenia privacidad.
-Si buscas tus cosas puede que los del basurero ya se las hayan llevado, tire todo lo que era tuyo- dijo mi madre.
-En contentarme con ellos- le dije a Larry.
Este salió de la casa, molesto, yo aun no me controlaba, pase mis brazos por sus hombros, acomodándome en su cuello, llorando abiertamente, solo quería que alguien me tomara como esta persona lo hacía, solo necesitaba que estos escucharan, solo que estén ahí cuando yo estuviera sufriendo, que me abrazaran sin juzgarme o ignorarme, que me apretaran y me dejaran sentir que no estaba sola, tal y como este hombre lo estaba haciendo ahora.
-¿Qué ocurrió?-se escucho la voz de Iván
Solo lo abrace más fuerte, no quería que nadie me viera en este estado, solo el ya que era inevitable, pero no quería que nadie más se riera de mi, que hipócritamente fingiera preocupación.
-Vete Iván-susurre aun llorando en su cuello
-Mira amigo, mejor vete y ven cuando estemos más tranquilos, ahora mismo no estoy de humor y ella no quiere verte-se detuvo
-¿Tus padres de nuevo?-una leve pausa -¿te cortaste de nuevo?-
-Amigo- dijo obviamente molesto –Ahora solo quiero romperle los dientes a alguien- me apretó mas fuerte –Es la última vez que te digo, ella no está bien y yo quiero matar lo primero que se me ponga en frente- siguió caminando –En estos momentos quiero desquitar mi rabia con lo primero que vea, no me hagas mandarte al hospital-abrió la puerta del auto.
Me acomodo dentro, solo podía enjuagarme las lagrimas, me dolía el trasero y el estomago, pero más me dolía saber lo que todas las personas sentían por mí, mis padres jamás me amaron, este dolor era más intenso que cualquier otro que haya sentido, quería cortarme la piel, desgarrarla hasta el hueso y seguir cortando, pero no podía hacerlo, por más dolor que sintiera no podía morir, no por querer vivir, si no por mi temor a la muerte, no quería estar ardiendo y pereciendo toda la eternidad, solo por eso no moría, pero si no le temiera, hacia mucho que dejaría de existir.
-Comprare un helado- dijo acomodándose –No sé cómo tratar con esto-
-¿Por qué un helado?- pregunte quitándome los mocos.
Debía verme penosa, mas aun a sus ojos, quería retroceder el tiempo, no conocerlo, así, el no sabría lo penosa de mi vida, ni le causaría problemas, no abría sabio lo que era mi vida, mi relación con mi familia, mis actos suicidas, mis amigos hipócritas, mi farsa de vida feliz. El no me vería con ojos de lastima, los mismos ojos a los que siempre he temido.
-Desde ahora vivirás con nosotros y no dejare que nadie te dañe- tomo mi mano -¿Entendido?-
Asentí, observándolo bien, el no me veía con lastima, me veía con algo más, con ojos protectores, no sabría explicarlo, me veía más profundo.
-No te sientas mal, no dejare que nada de esto vuelva a pasar-encendió el motor –Lamento haberte forzado a regresar y lamento todo lo que te ice, pero al ver esto, espero y comprendas que si tratas de volver con ellos te esposare a mi- Un rubor se esparció por su rostro –No digo que te esposare a mi literalmente, hablo de que-
-Entiendo- me levante de mi asiento abrasándolo –gracias y te perdono- me senté de nuevo –El helado suena bien-
No dijo nada, me compro el helado y regresamos a la casa donde nos esperaba su familia.
-¿Qué ocurrió?- pregunto socorro -¿Por qué tienes los ojos rojos y las mejillas hinchadas?-
-Digamos que no salió muy bien que digamos, mis padres no se lo tomaron muy bien-
-Ella no volverá a esa casa, ¿entendido?-me dijo Socorro.
-Si- dije en murmuro.
-Bueno, ya que quedo claro, mañana la llevare a comprar ropa y lo que sea que necesiten las mujeres, sus padres tiraron todas sus cosas-
-No es necesario, no tengo dinero por el momento así que solo estaré bien con la ropa que traje-
-Tonterías- dijo la mujer –Mañana se irán desde temprano, te llevaría yo, pero tengo que trabajar, tengo encargos para mañana, pero como no es día de clases estará bien-
-No necesitan molestarse-
-Vamos, vamos, ahora, una ducha, los dos, lauro ya se está duchando, mañana será un día largo para ambos- le guiño el ojo a su hijo quien fingió no notarlo –Vayan, la cena ya está casi lista-
-No hace falta, ahora no tengo hambre, solo iré y descansare-
Subí las escaleras sin dejarlos hablar, cuando llegue a la habitación, la cerré y brinque a la cama, llorando más abiertamente, pero dejando oír solo sollozos. Mi mente se invadió de recuerdos, mi familia, era tan feliz, cuando yo no estaba, lo peor de todo era que me sentía feliz de que ellos lo fueran. Me vino a la mente el cumpleaños de Melisa, ella cumplía 5 años y padre le compro un gran pastel, ellos celebraron abiertamente, mientras yo los observada en la silla del rincón, cantando en silencio y felicitándola desde lejos, cuando fue ora del pastel, mi madre me mando a dormir, sin darme un mordisco, cuando por la noche baje a probarlo al día siguiente mi madre me abofeteo llamándome ladrona, me golpeo por darle un mordisco al pastel, solo tome un trocito, no era tan grande, pero al parecer para mi madre era como si le hubiese robado todo el dinero.
-Oye, mi madre me envió a traerte un bocado- toco Larry
Aun sollozaba, no podía calmarme, daba pena, mi voz sonaba quebrada, no podía decir ni una palabra completa –no gracias-
-¿Estás llorando de nuevo?- se escucho triste.
-No importa, me repondré- dije aun con voz quebrada.
Debía calmarme, controlarme, no quería que él me viera así de nuevo, no quería que viera lo deprimente que me veía.
-Voy a entrar-
-No por favor- grite tratando de pararme.
El entro antes de que pudiera llegar a la puerta, perfecto, de nuevo me veía penosa, pero que mas daba, el ya me había visto ser golpeada por mi padre y pisoteada por mi madre, ahora era lo de menos.
-¿Te duelen los golpes de tu padre?-
Negué con la cabeza.
-¿Las heridas de tus brazos?-
Negué de nuevo.
-Lo de tu familia-
Entre en llanto de nuevo, este me abrazo, haciendo que me sentara en la cama, este se recargo, acidándome acostar en su pecho.
-Se lo que sientes, mi padre es como los tuyos, básicamente vives lo mismo que yo, mi padre no me tolera y cualquier error por mínimo que sea me golpea o solo me ve con ojos de decepción, siempre he tratado de complacerlo, tengo buenas calificaciones, soy capitán del equipo, trabajo para comprarme mis cosas, por dios, yo me compre el auto-trate de verlo a los ojos, pero no me lo permitió, en cambio puso mi car en su pecho –Pero lo llevo bien, ya que madre es buena y padre solo esta unos pocos días al mes-
-¿Por qué es así contigo? ¿También eres producto de violación?- dije aun llorando
-Nada de eso, pero, mi padre cree que como soy el mayor debo ser su reflejo, quiere que sea exitoso como él, quiere que me case con una mujer de sociedad y que tenga un trabajo de lujo, quiere que tenga una familia y sea como el-
-Pero no es lo que quieres- me seque las lagrimas.
-No, yo amo la mecánica, me gusta arreglar autos, pero al decírselo me golpeo, me dijo que eso no era lo que yo quería y que me quitara esas ideas locas-
-Mi padre no me ve futuro, mi madre cree que seré prostituta, mis hermanos me ven como si fuera la desgracia de la familia-
-Mi padre cree que quiero lo que él, cree que soy un vagabundo el cual no sabe lo que quiere, el cree saber lo que yo quiero y quiere que lo vea como él lo ve-
-¿Por qué los padres son tan injustos?-escondí mi cara en su camisa.
-No escogemos la familia que nos toca al nacer, solo nos toca y fin, pero si podemos escoger la familia que queremos formar conforme crecemos, me prometí a mi mismo que jamás seria como mi padre cuando tenga hijos-
-No lo olvides, las personas suelen ser la viva imagen de los padres cuando menos lo esperas-
-Eso nunca-dijo serio
-Lo siento-
-No importa, lo tenemos que soportar-
-Oh, no, no hablo de la familia, ensucie tu camisa-
-Oh, eso, no importa, pero la lavaras-
Asentí, lo extraño era que ya no me sentía como desecho de sociedad, al menos no junto a él, tal vez el sea el primer amigo verdadero que tenga en mi vida, uno de esos a los que les cuentas cualquier cosa, por mas vergonzosa o dolorosa que fuese, el podía ser bueno si se lo proponía.
-Quiero que escuches una canción-saco su celular del bolcillo-mi canción favorita que me ayudo a sobrellevar mi vida cuando la escuche-
-¿De qué trata? -
Rio –De cambiar, pero solo si tu lo deseas-
(Canción de Ancud, Germán Garmendia, cambia)
No te vengo a persuadir
Mucho menos a fingir,
Que me interesa
Lo que tengan que decir,
Sírveme una copa más
Y vamos a brindar,
Que mi cabeza va a explotar.

Sin embargo no me siento mal
Pues yo soy quien soy,
En cualquier lugar,
No me prestes atención,
Aquí estaré viéndote
Colapsar...

Cambia si te hace gracia,
Cambia otra vez,
Cambia si no eres suficiente,
Otra vez, otra vez.

Necesito un trago más
Si quiero sobrevivir,
Mis manos inquietas
Me van a delatar.
No sé quien está peor
Si tu por insistir,
O yo no aun salir de aquí.

Sin embargo no me siento mal,
Pues yo soy quien soy,
En cualquier lugar,
No me prestes atención,
Aquí estaré viéndote
Colapsar...

Cambia si te hace gracia,
Cambia otra vez,
Cambia si no eres suficiente,
Otra vez, otra vez.

Cambia si te hace gracia,
Cambia otra vez,
Cambia si no eres suficiente,
Otra vez, otra vez.

-Esta bonita, pero par mi desgracia, el cambio de vida si era necesario y no me izo nada de gracia-
-Pero ahora tienes la opción de cambiar, no lo hagas porque te sientes forzada, aslo porque quieres o te hace gracia, como dice la canción-
Reí tal vez así lo hiciera.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2019 ⏰

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