Era sábado por la tarde y yo estaba encerrada en la habitación con Annie recostadas en el suelo.
-¿Sabes, Ali? Algún día tendrás que perder tu virginidad.- Dijo ella.
-Lo sé , pero hasta cierto punto me aterra.
-¿Qué?
-Que no me quiera.
-Aún recuerdo mi primera vez.- Ya había oído esa historia miles de veces, incluso la sabia de memoria.- Derek Anderson, fiesta de verano.
Si, Annie había perdido su virginidad con uno de los D4. Con el más idiota de ellos para ser franca.
-Recuerdo bien esa fiesta.- dije.
-Claro que si. Te besaste con Dallas Bennet. ¿Quién no recordaría eso?
Exacto, y yo había dado mi primer beso con el segundo más idiota del D4.
La fiesta era en un departamento fuera del internado. Y yo estaba demasiado aburrida sentada en el sofá viendo como las putas del insti ligaban con mi hermano y sus amigos, pero no sé porqué Dallas no estaba con ellos. Entonces fui a la cocina a buscar algo de beber, algo que no contuviera alcohol, ahí estaba el, recargado en una encimera junto al grifo; siempre me pareció el más guapo de los 4, es alto, de cabello castaño, ojos verdes y claro, fornido como todos. También recuerdo cada palabra.
-Esto está sumamente aburrido.-Dijo él.
-Y no hay nada más de beber que no sea cerveza.
-Puedes darle un trago al agua del grifo.
-Ja ja, que gracioso eres.
Abrí el refrigerador y metí mi cabeza para ver si había algo, en ese instante sentí su mano sobre mi hombro y me di la vuelta. Estábamos muy tan cerca que podía sentir su calor.
-¿Qué haces?- Le pregunté nerviosa.
-Algo de lo que posiblemente me arrepienta.
Me besó. Nunca antes había besado a nadie más así que no sabía qué hacer. Me aparté. El solo me veía.
-¿Por qué hiciste eso?
-Porque siempre quise hacerlo, Alicia.
-Mi hermano te matará si se entera.
-¿Le dirás?
-Claro que no.-¡Hey! Alicia.- Dijo mi amiga chasqueando sus dedos en mi cara, sacándome de mis pensamientos.-¿Me estás escuchando?
-Si, si claro.
-Bueno, como te decía. En verdad odio a Jennifer, esta siempre tras Jake, es una puta.
-Y creer que a Dustin le gusta Stephany.
-Que asco, pudiendo tener a cualquier chica que quiera, elige a la más fea.
Jennifer, Stephany y Kiara eran las "chicas más deseadas" al igual que el D4. La mayoría de los chicos (guapos) se había metido con ellas al menos una vez. Eran irritantes.
-Tengo hambre.-dije cortando la charla.
-Estaba esperando que dijeras eso. ¿Pizza?
-No, mucha grasa.-Mi amiga torció los ojos.- ¿Sushi?
-Sushi será.Bajamos a una de las 3 cafeterías del campus.
Cuando llegamos nos sentamos en una mesa y se nos acercó el mesero.
-¿Ya saben que ordenar?
Levanté mi vista y era Alex.
-Hola, Alex.
-Alicia, que sorpresa.
-No sabía que trabajabas aquí.
-Pues si, así es, aquí trabajo.
-Quiero unos calofría de camarón y un refresco.- Dijo Annie interrumpió la plática.
-¿Y tú Alicia?
-Lo mismo, pero quiero agua de limón, por favor.
-Listo, en un momento se los traigo.-Ese chico es guapo.-susurró Annie.
-Ya habías dicho eso.
-Se nota que le gustas.
-¿Qué? No, apenas nos conocemos.
Mi amiga solo levantó los hombros.
Mi móvil comenzó a sonar. Era un mensaje de Sam.
"¿Quedamos?"
Le respondí que estaba en la cafetería con Annie. Y dijo que llegaría en unos minutos.
-Sam estará aquí pronto.
-Tiene una ligera obsesión contigo, ¿No lo crees?
-Para ti todos están obsesionados conmigo.
-Sabes que tengo razón.
Unos minutos después llegó Sam y sentó a mi lado.
-Hola chicas.
-Hola.- Respondimos al unísono.
Estuvimos hablando hasta que llegó la comida.
-Refresco para ti y agua de limón para Alicia.- Alex me sonrío dejando la bandeja con la comida en la mesa.-¿Gustas ordenar algo?- Le preguntó a Sam.
-Así está bien, gracias.
Al terminar de comer Sam propuso que fuéramos a un bar que quedaba cerca del internado.
-No, yo no voy.-Dijo Annie.
-Será otro día Sam.-agregué yo.
Alex se acercó con la cuenta. Pagamos y me despedí de Alex.
-¡Oh, Alicia!- exclamó antes de que saliera de la cafetería.
-¿Qué pasa?
-Toma.-Dijo extendiéndome una nota.- es mi numero, llámame luego ¿vale?
-Tenlo por seguro.
Salimos de ahí y fuimos a sentarnos en las gradas.
-¿Quién era ese?-preguntó Sam.
-¿Celos? ¿Dónde? - Dijo Annie inhalando aire.
-Solo un amigo.- reí.
-No me da confianza.
-Claro, no te da confianza porque él está más guapo que tú, y está tras la chica que te gusta.
-¿Ese flacucho? Por favor.-resoplo Sam, claramente celoso.
-Venga chicos, déjenlo.-dije sin dejar de reír.
-Vale, nos vemos luego.-Dijo Sam poniéndose de pie.El equipo de fútbol estaba entrenando en la cancha y Annie y yo los veíamos. Por supuesto no podían faltar las porristas, en las cuales estaban Jennifer y sus amigas.
-Hay que unirnos a las porristas.- dije.
-¿Qué? ¿Estas loca? Ahí están esas estúpidas.
-¿Y qué? Hay que enseñarles lo que es tener un buen cuerpo, ¿No crees?
-¿Alicia Jones diciendo eso? ¿Quién eres y qué le hiciste a mi monjita?
-Cállate Annie.- dije riendo.Cuando el entrenamiento terminó, Dustin y sus amigos se acercaron a nosotras.
-Hola Annie.-Le dijo Derek.
-Alicia... Quería pedirte una disculpa por lo que pasó hace rato.
-No Dustin, eres un impulsivo, no tienes filtro, deberías de pensar lo que dices antes de hacerlo.- quería llorar, pero no lo iba a hacer delante de todos ellos.
-¿Estas bien Ali?- Se acercó Dallas.
-No es de tu incumbencia, Dallas.- Le dijo mi hermano.
-Alicia, ¿te puedo dejar?, iré con Derek un rato.- Dijo Annie.
-Está bien, diviértete.-respondí.
-¿Me vas a perdonar?
-No sé.
-Vamos Ali.- ahí comencé a llorar.
-Me quiero ir de aquí.
-Vamos, Ali. Te llevo a tu edificio.- Dijo Dallas.Caminamos hasta mi habitación.
-¿Escuchas eso?- Le dije a Dallas antes de abrir la puerta.
-Parece que alguien se está divierto ahí dentro.
Los gemidos de Annie se escuchaban por todo el pasillo.
-Ven, sé de un lugar que te va a gustar.
Fuimos hasta su edificio, pero no a una habitación, sino a la azotea.
Sentía la brisa en mi cara y en mis manos. Podía ver todo el campus desde ahí arriba.
-No te acerques mucho a la orilla, puedes caer.- Dijo.
-Es genial aquí arriba.
-Es mi lugar favorito de todo el campus, vengo aquí cuando me siento mal.
Me senté cerca de la orilla y Dallas a mi lado.
-¿Lo recuerdas?- preguntó. No sabía de qué hablaba.
-¿Qué?
-Nuestro beso.- Claro que lo recuerdo, fue mi primer beso con un chico jodidamente guapo.
-Si.- Estaba terriblemente nerviosa.
-Llevaba tiempo queriendo hacerlo, ¿Sabes?
-¿Por qué?
Se quedó callado un instante.
-Haces muchas preguntas.- Me miró.
El aire era muy frío, me estremecí.
-Toma, te enfermaras.- Dijo pasándome su chaqueta.
-Gracias.-Me acurruqué en su hombro.
Él pasó su brazo por detrás de mi y me pegó más a su pecho.
-Eres una niña aún.- Dijo contra mi cabello.
-Me lo han dicho.
-Mi niña.
Ahí se detuvo mi mundo. ¿Qué acaba de decir? ¿Su niña? Jamás creí escuchar esas palabras salir de su boca.
Levante mi cara para verlo un instante. Me besa y recuerdo la sensación de la primera vez, pero esta ves no nos separamos. Él me pone contra el piso y se coloca sobre mi. Pasó mis manos por su musculosa espalda, por su cuello y su cabello. Él recorre mi cuello y mi abdomen con su mano. No quiero que esto termine.
Nos separamos por falta de aire.
-Ya extrañaba tus labios.- dice sin quitar la vista de ellos.-Eres hermosa, Alicia Jones.
-No lo soy.
-Jamás digas eso de nuevo.
~Mi hermano nos va a matar.
-No se tiene que enterar.
Vuelve a presionar sus labios con los míos. Pero esta vez es más corto el beso.
Él se recuesta también y apoyo mi cabeza en su pecho.
-Tu corazón va muy rápido.-susurro.
-Es tu culpa.
-¿Ah si?
-Me gustas mucho Alicia.-confiesa y yo no puedo estar más nerviosa. Él pone mi mano sobre mi pecho para sentir mi corazón.- El tuyo también late muy fuerte.
-Tu culpa.
Me da un beso en la cabeza.Al pasar unas cuantas horas decido regresar a mi habitación. Claro, Dallas me acompaña.
Cuando entro al cuarto veo a Annie y a Derek dormidos juntos.
-Descansa, mi niña.- susurra dándome un beso en la frente.
-Descansa.
Veo como se aleja caminando por el pasillo, y aún no logro procesar lo que ha pasado esta noche.
Me meto en la cama tratando de hacer el menor ruido posible.
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Estarás
Teen FictionEsta historia comienza cuando dos personas que no soñaban en conocerse, terminan encontrándose. En el instante menos esperado, pero en el momento indicado.