Después de la magnífica tarde con Dallas,fuimos a mi habitación.
Cuando abrí la puerta vi que Annie estaba ahí y se encontraba guardando el resto de su ropa.
-Solo vine por esto ¿De acuerdo? Créeme que no regresaré nunca.- Dijo ella son tan siquiera mirarme.
Entré con Dallas y me senté en la cama. Después de unos segundos ella se fue.
-¿Qué pasó entre ustedes? -quiso saber Dallas.
El simple hecho de recordar que ya no tenía a mi amiga hacía que un dolor intenso se acumulara en mi pecho, que mi garganta se hiciera un nudo y por supuesto, que comenzara a llorar.
-Mi niña, no llores princesa.-Dijo Dallas envolviéndome en sus brazos.
-Ella me dijo que yo no era más que una niña mojigata que le impedía ser feliz de la manera que ella quería.- Sollocé. Ni siquiera sé si algo de lo que dije se entendió.
-Ella no vale la pena, hermosa. Si decidió irse déjala, porque créeme que si fuera tu amiga de verdad nunca habría hecho eso. Venga mi niña, levanta ese ánimo.
-Dallas...-dije entrecortada.
-¿Si?
-Nunca me dejes.
-Siempre estarás en mi corazón, Alicia.
Nos besamos. Pero esta vez no fue un beso intenso, esta vez fue un beso lento, uno en el que pudiéramos disfrutar del suave movimiento de nuestros labios, de la textura de nuestra piel y del calor de nuestros cuerpos.
Dallas me recostó en la cama y se puso arriba de mi. Pasó su mano por mis piernas, por mi cuello y por mi cara, al igual que sus labios.
-Estoy loco por ti, Alicia Jones.
Se quitó la playera y la arrojó en algún lugar de la habitación.
Después pasó su mano por los botones de mi camisa y los desabrochó uno a uno. Justo cuando llegó al short se detuvo y se recostó a mi lado.
-Perdón.- Digo apenada.
-Mi niña, por ti esperaré hasta el fin del mundo.-Me da un beso en la mejilla.
Quiero a Dallas. Lo quiero tanto que ya ni siquiera hay palabras suficientes para expresarlo. Quiero pasar cada segundo de mi vida con él, quiero hacer cosas que nunca haría con otra persona más que con él.
Lo amo.
-¿Qué pasará con las vacaciones?- pregunté.
Ahora que ya no estaba Annie, ya no habría excusa para no pasarla en mi casa.
-Ya se nos ocurrirá algo.- Respondió.
Asentí y me levanté de la cama para alistarme a dormir. Mi pijama consistía en una simple blusa de tirantes y un short pequeño.
-Quédate conmigo hoy.- Le hice un puchero a Dallas.
-Toda la vida.
-Pero, en mi cama no se duerme con ropa normal. Creo que tengo una playera...
-No uso pijama cuando duermo. Quiero decir, solo duermo en bóxers.
¿Qué? ¿Tener a Dallas prácticamente desnudo en mi cama? Era una locura. Me ponía extremadamente nerviosa.
-Oh... está...bien.
-Pero si quieres para que no te sientas incómoda puedo...
-No, así está bien.- dije y me metí en la cama junto a él.
Me puse de lado, él se acercó a mi y me rodeó con su brazo. Sentía sus largos dedos rozar una parte de mi abdomen, su respiración en mi nuca hacía que los vellos se me pusieran de punta.
Él suspiró y supongo que se quedó dormido.
-Te amo, Dallas.-dije en un susurro.
Después yo hice lo mismo.A la mañana siguiente, me desperté y Dallas ya no estaba en la cama. ¿Se había ido solo así? Entonces vi una nota en la cama, que pone:
"Mi niña, he ido a mi habitación a bañarme, iré por ti para irnos juntos a clase.
Mi pequeña osa dormilona."
Me levanté para ir a bañarme. Cuando salí, de mi closet elegí unos jeans, un top que me llega a arriba del ombligo y unos tenis. Me senté frente al espejo y me maquillé un poco. Debo admitir que soy un asco para delinearme los ojos.
Al cabo de un rato, alguien llamó a la puerta. Seguramente es Dallas, pensé.
Cuando la abrí era Sam.
-Hola Sam, ¿Qué pasa?
-Hola, ¿Puedo pasar? Necesito hablar contigo.
-Claro pero que sea rápido.
Él entró y antes de que pudiera cerrar la puerta, me tomó del brazo dándome vuelta y me besó. Lo empujé para separarme de él.
-¿Qué mierda haces, Sam?
-Yo...Ali...me gustas desde hace meses.
-¡Está no es la manera de hacer las cosas ¿Si?! ¡Y no Sam, yo solo te veo como un amigo!- Le grité.- ¡Sal de mi cuarto ahora!
-Pero Alicia, yo no...-Dijo acercándose a mi de nuevo.
-¡Vete!
-Por favor escúchame.-suplicó.
-Creo que ya la has escuchado ¿no? Dijo que salieras de su cuarto.- Dijo Dallas entrenado a la habitación.
-Tu no te metas. No es asunto tuyo.-respondió Sam.
-Claro que es asunto de él también.-intervine.- Estoy con él ahora.
Tomé a Dallas de la mano. Sam solo se quedó viendo.
-A tu hermano no le va a gustar mucho eso, él no es un tipo bueno, te arrepentirás mucho de esto, Alicia.-Dijo y salió del cuarto.
¿Quién era ese?- preguntó Dallas.
-Solo un amigo, que al parecer quiere que seamos algo más.
-Le partiré la cara.
-No, déjalo, no paso nada. Le dije que solo lo veía como amigo.
-Está bien, vamos, se nos hará tarde.
Salimos de la habitación y fuimos a clase donde dolorosamente nos tuvimos que separar.
-Te veo luego, mi niña.- Me dio un beso en la mejilla y se fue.Me dirigí a mis aburridas clases.
Cuando entré a la primera (Química) estaba Annie ahí. Ella solía ser mi pareja en esta clases pero ahora estaba sentada con otra chica, Juliet Barns.
-Señorita, Jones. Se le ha re asignado pareja, ahora será con la señorita Clark.-Escuché decir al profesor desde su asiento.
Amanda Clark no era de las chicas que solían ir a fiestas ni de las que todo el mundo conocía, nunca la había visto hablar con nadie, generalmente siempre estaba sola en los descansos y nunca la veía por el campus.
-Hola.-dije mientras me sentaba.
-Hola.
La clase comenzó, el tiempo que estuve hablando con Amanda me pareció una chica súper interesante. Al terminar la clase salimos y fuimos a la cafetería. Nos sentamos en una mesa y Dallas se acercó a nosotras.
-Hey.-Dijo y me dio un corto beso en los labios.
-Hola. Te quiero presentar a Amanda Clark. Amanda Dallas, Dallas Amanda.
-Mucho gusto.-Dijo Amanda.
-El gusto es mío.-Respondió Dallas.-Me gusta que hagas nuevas amigas, princesa.
Le sonreí. A mi también me gustaba. Además Amanda parecía ser una persona genial.
-Me tengo que ir, te busco en la tarde. Hasta luego.- me besó y se fue.
-¿Dallas Bennet es tu novio?- preguntó ella con los ojos como platos.
-Pues...¿novio novio? No, pero algo así.
-¿Y tu hermano...
-No lo sabe. Así que por favor no sé lo digas a nadie.
-Soy una tumba, chica.
-¿Sabes? Deberíamos de salir algún día.- propuse.
-Opino lo mismo.Cuando el descanso terminó, ambas fuimos a nuestras clases. Lamentablemente no teníamos horarios iguales.
Cuando sonó la campana final Dallas estaba esperándome ya.
-Ven, te quiero llevar a un lugar.
Fuimos hasta el estacionamiento y él prendió su moto.
-Sube.
-¿A donde iremos?- dije mientras e acomodaba en el asiento.
-Es una sorpresa. Agárrate de mi.
Envolví mis brazos al rededor de su torso y pegué la cara en su espalda.
El aire me pegaba en todo el cuerpo. Se sentía increíble.
-Llegamos.-Dijo apagándola.
Llegamos a un lugar lleno de árboles, a lo lejos se escuchaba el agua.
-¿En donde estamos?
-En nuestro lugar.
Tomó mi mano y caminamos por un sendero hasta toparnos con una cabaña. Era toda de madera. Era hermosa.
-Es hermoso.-dije.
-Entremos.
Cuerdo entramos era aún más hermosa. Tenía una pequeña sala, una cocina y un comedor, en la parte de arriba había una cama y un baño.
-Alicia, te he traído aquí porque quiero hablar contigo.
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Estarás
Fiksi RemajaEsta historia comienza cuando dos personas que no soñaban en conocerse, terminan encontrándose. En el instante menos esperado, pero en el momento indicado.