Veo a Dustin y no sé qué siente, su cara es una mezcla de emociones. ¿Está enojado?¿Decepcionado? Aprieto la mano de Dallas, tengo miedo. Mi hermano es demasiado impulsivo y no sé qué es lo que pueda pasar.
-Tranquila, yo me encargo de esto.-susurra Dallas antes de que Dustin llegue a donde estamos.
-¡¿Qué mierda es esto, Alicia?! ¡¿Qué haces con mi hermana, Bennet?!- grita Dustin mientras empuja a Dallas y me obliga a soltarlo.
-¡Cálmate, Dustin! ¡Déjalo!- Grito pero parece no escucharme.
-¡Eres un imbécil! ¡¿Ya te la cogiste y ahora la vas a vetar igual que a todas?! ¡¿Ya conseguiste lo que quisiste?! ¡¿EHH?!- Vuelve a empujarlo y esta vez lo hace con tanta fuerza que Dallas cae al suelo. Dustin le da una patada en el estómago y veo como Dallas solo se contrae.
Me aviento a mi hermano con la esperanza de que pare.
-¡Déjalo, joder! ¡Basta!
Llegan Derek y Dan para alejarlo.
-¡Eres un hijo de puta!- Le grita mi hermano.
Me hinco en el suelo para ver a Dallas.
-¿Te hizo daño?
-No, estoy bien.- responde él mientras se pone de pie.
-¡Y tú Alicia...- niega con la cabeza.- Jamás lo creí de ti. Te fuiste a meter con el más imbécil de todos.
-Cállate, Dustin. Tú no sabes nada.- respondo enojada.
-¿Por qué no le dices, Dallas? Dile la mierda de persona que eres.
-Ya es suficiente, Dustin.-dice Derek tomándolo del brazo. No me había percatado de que Annie estaba detrás de él ella en ningún momento apartó la mirada de mi.
Dustin se zafó de la mano de Derek y se fue. Dan, Annie y Derek solo se nos quedaron viendo unos segundos antes de que Dallas me tomara de mano y me llevara a... adonde sea que me llevara.
-¿Adónde me llevas?- pregunto. Caminaba muy deprisa, yo tenía que trotar para seguirle el paso.
-A cualquier lugar que esté lejos de de ellos.
Lo que Dijo Dustin no me dejaba de dar vueltas en la cabeza. "Dile la mierda de persona que eres." Me detuve en seco y la inercia hizo que Dallas me soltara de la mano.
-¿A qué se refería? ¿Qué quizo decir con que me dijeras la mierda de persona que eres?
-Camina.
-No hasta que respondas.
-Lo haré, pero no aquí
-Vamos a mi habitación.- El asiente.Cuando llegamos a mi habitación lo primero que él hace es besarme.
-Lo necesitaba.- dice al separarnos.
Le tomó la mano y lo guío hasta la cama. Nos sentamos.
-Bien.-dice dando un suspiro. -Hace dos años yo era un tipo al que no le importaba en absoluto su vida, iba a fiestas todos los días, me drogaba, tomaba y fumaba hasta perder la noción de mi. Consumí todo tipo de drogas, incluso unas que ni si sabía que existían. Un día en una fiesta mis amigos y yo fuimos por unos tragos, pero para eso yo ya estaba súper alcoholizado, cuando yo bebí de la mía un rato después comencé a sudar mucho, el ruido se sentía lejano y todo daba vueltas hasta que se volvió negro. Desperté en un baño y lo primero que hice fue vomitar, no podía parar de hacerlo y me desmayé de nuevo. Lo único que recuerdo después de eso fue ver muchos destellos de luz pasando rápidamente. sobre mi. Días después desperté en una cama de un hospital con muchas agujas clavadas a mi piel y un tanque de oxígeno en mi nariz. Cuando le pregunté a mi mejor amigo que qué fue lo que había pasado me lo explico todo, después de desmayarme en el baño deje de respirar y él me dio respiración de boca a boca y me hizo rcp hasta que llegó la ambulancia, así que si no hubiera sido por él ya no estaría aquí. Los doctores me dijeron que tenía mucha suerte de estar vivo pero que si volvía a consumir alcohol o drogas no habría próxima vez.
Le sujeté la mano pero esta vez con más fuerza, dándole a entender que estaba ahí. Había mencionado a su mejor amigo en su historia, pero ¿Quién era? ¿Dustin? ¿Dan? De los 3 era con Dustin con quien pasaba más tiempo, pero si hubiera sido él, Dustin me habría contado.
-¿Y quién es tu mejor amigo? - Me atreví a preguntar.
-Ah. Nick. Bueno...él...- hablaba entrecortado y noté como sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Perdón, si no quieres decirlo no lo hagas.
-Nick... murió hace un año.
Las lágrimas cayeron por sus mejillas, acerque mi mano a su cara y con mis dedos las limpié. Él tomó una de mis menos y la presionó contra su rostro. Me acerqué más a él y lo abracé. Hundió su cara en mi pecho y podía sentir claramente que seguía llorando.
-Dallas... Yo siempre estaré para ti. No importa qué, cuándo o dónde.-dije en un susurro.
Me apretó más contra él. Ahora me sentía más unida con Dallas. Él había tenido esa confianza de abrirse conmigo, había tenido la confianza de mostrarme la parte débil de aquel imponente chico que siempre pretendía ser. Quería conocer todo de él; lo bueno, lo malo, su parte alegre, triste, enojado... todo. No solo quería enamorarme de su lado bueno, sino también del malo. Porque es por eso que las relaciones terminan, porque solo se enamoran del lado bueno de las personas y cuando aparece el malo no saben qué hacer. Y yo no quería que fuera así con él.
-Te amo, Dallas.
Él no respondió nada. Pero no necesitaba que lo hiciera porque sabía más que bien que él también me amaba.
Se separó de mi y me miró a los ojos. Le aparte el cabello de la cara y sequé sus mejillas.
-Eres el amor de mi vida, Alicia.
-No sabes lo que dices.
-Claro que lo sé. No se me ocurre otra persona con la que quiera pasar el resto de mi vida, ni con la que pueda ser jodidamente débil como ahora y siga creyendo que soy el chico más fuerte del mundo. No la hay. Solo tú.
Quedé negra. No sabía que responder. Así que lo único que hice fue besarlo. El beso fue lento y suave, sin prisa. Cuando lo besaba sentía que el mundo se ralentalizaba a nuestro alrededor, todo era Perfecto en ese instante. Éramos infinitos.
-Mi amor.-dije entre el beso.
-Mi vida.-respondió él.
Nos separamos.
-Quiero que tengas esto.- Dijo sacando algo de su bolsillo derecho. Un anillo.-Me lo regaló una persona muy especial y me dijo que era un amuleto de la suerte.
Puso el anillo en mi mano, era plateado y sin ningún grabado ni adorno en él.
-¿Estas seguro que quieres dármelo?
-Ahora mi suerte, es tu suerte.
-Me encanta.-dije besándolo.
-Recuerdo que lo usaba el día que nos besamos por primera vez.
Me levanté de la cama y busqué en mi cajón una cadena. Metí ahí el anillo y la abroche en mi cuello.
-Jamás me lo quitaré. Es una promesa.
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Estarás
Ficção AdolescenteEsta historia comienza cuando dos personas que no soñaban en conocerse, terminan encontrándose. En el instante menos esperado, pero en el momento indicado.