Thor Y Tú

5. Venganza

En la mañana del día siguiente. Te levantas decidida a hacer lo mismo de siempre, las mañanas siempre terminan siendo rutinarias.
    Luego de cubrir tus necesidades te diriges con el resto del equipo, que después de tres mil horas buscando por el laberinto, los encontraste reunidos a todos

Tenían una cara furiosa, de preocupación. ¿Habían descubrido tu secreto? No, no podía ser cierto.

— Al fin llegas... — Dice Tony viéndote, hace que empieces a sudar y tus manos tiemblen, estás muy nerviosa. — Necesitamos saber si has visto este signo en alguna parte. — Lo señala.

Exhala un largo suspiro de tranquilidad, mientras se acerca a la mesa para observar mejor. Oh no, definitivamente los nervios vuelven a atacarla.

Evidentemente era el mismo signo que estaba en la portada de tú cuaderno, y el único que estaba informado de él era Thor. Era algo significativo el símbolo de un cuervo atravesando un círculo.

— ¿De donde sacaron eso? — Preguntaste aun nerviosa pero simulando sólo curiosidad.

— ¿Lo has visto, o no?— Preguntó nuevamente Stark, niegas con rapidez.

— Ni idea.

En fin, para despejar su mente necesitaba tener una lista de opciones para ver quién será tú compañero de cuarto.
     ¿Visión? No, demasiado ordenado para tu gusto. ¿Wanda? No, ella te cae bien y en cualquier caso de que todo salga mal, y los vengadores descubran tu secreto puedas inculpar a tú compañero, así qué Wanda definitivamente no.

¿Qué tal Steve? No, es demasiado anticuado y realmente no te gustaría oír música clásica y ochentera todo el día. Mientras pensabas en un plan maestro Jane se atraviesa en tu camina y te rodea por un lado.

Eso debe ser una señal. La sigues al baño, mientras ella se lava las manos nota tu presencia desde el espejo. Se asustó un poco.

— Eres Jane ¿Cierto? — Dices sonando amigable, ella asiente dudosa.

— Okey. — Dice ella un poco nerviosa tratando de irse nuevamente, pero retrocede al oír qué seguías hablando

— Oye Jane, no te vayas. — Ella se voltea y te sigue mirando extrañada. — Quería pedirte ser mi compañera de cuarto.

— Sí, sí creo. Bueno nos vemos, llevaré mis cosas más tarde — Responde forzando una sonrisa y yéndose rápidamente.

¡Qué astuta eres! Ya qué una persona de poca importancia es tu compañera podrás inculparla todo el tiempo de tus problemas, ¿y a quién crees qué le creerán?
      Pero al caminar te encuentras con Tony quién te saca de tus pensamientos con una sonrisa amigable.

— ¿Porqué estás tan nerviosa? —¿Verdaderamente era amigable esa sonrisa? Se retira con rapidez.

— Mierda. — ¿Lo sabrán todo?

Mientras tanto, problemas pasaban en otros lugares, problemas en los qué probablemente estabas involucrada ¿Todo tendrá encaje con el tema del libro?

— ¡No puedes hacerme esto! — Grita agobiante mientras camina en círculos por toda su habitación.— ¡Lo prometiste! ¡Lo prometiste! — Observa una foto dónde salía con su mejor amiga, rápidamente saca la foto del marco y la hace pedazos con sus manos.

Antes era su amiga, ¿lo es ahora? Parece que había dejado demasiado en claro que la odiaba.
        Desde ese instante todo dentro de ella cambio y se concentraría en lo más importante: La venganza.

— ¡No puede ser! — Su respiración se aceleraba por minuto. —¡No me verá la cara de estúpida! ¡Ya no! —Gritó, otros guardias la rodeaban.

Una sombra recurre por toda la habitación, una sombra tenebrosa haciendo qué la voz de la chica se callara.

— Sólo hay que esperar, el plan ésta en marcha y te aseguro de que funcionará.