8. Disculpa aceptada

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Las personas realmente se sentían mal, por el echo de no haberte creído desde un principio.
        Si lo hubieran echo se hubieran ahorrado un montón de tiempo.

Thor leyó el libro, de principio a fin, y realmente le parecía divertido, no es cómo si le aburriera o algo similar.

— Hola. —Una voz interrumpe su lectura, haciendo que inmediatamente volteé a ver quién es — ¿Qué lees? — Se apoya de su hombro para poder husmear.

— Nada. —Dice sin darle poca importancia cerrando el libro con rapidez.  —Hey, he olvidado que tengo millones de cosas que hacer. Nos vemos.

Dice él retirándose con rapidez, a Jane no le dio tiempo de reaccionar ni de responder, claramente se preguntaba que le sucedía

— Tratar a Jane de esa forma no es correcto, pero tampoco puedo dejar que se interponga en lo mío con ___. Debo empezar a hacer las cosas bien, tengo qué demostrarle a ella que no soy la persona qué cree qué soy. Aunque, últimamente no he podido hablar con ella, no sale de su habitación cada que la veo de un minuto a otro desaparece, definitivamente lo del libro le ésta cayendo muy mal, quisiera poder seguir leyendo pero la mayoría de las hojas están rotas. — No paraba de pensar todo el tiempo en lo mismo.

Por otro lado, la mente de Thor no era la única que se retorcía en vergüenza

—Soy el peor amigo del mundo, ¿cómo no pude confiar en ella? Me siento realmente terrible, no merezco ser llamado su mejor amigo. Podría intentar pedirle disculpas aunque se qué no me va escuchar. — Piensa Steve.

Al único lugar dónde siempre te veían era cuándo practicabas, sólo tardabas pequeños minutos y luego de nuevo a tú habitación, hasta qué te asignaban una misión y obligadamente tenías qué ir.

Luego de eso nadie te veía hasta la noche siguiente, y no tenían ninguna oportunidad de charlar contigo, siempre repetías la misma rutina y hasta aveces no dormías en tu habitación.
     La gente se empezaba a preguntar donde estabas, o si estabas viva. Nadie se había enterado de qué tenías poderes, la única persona que podía ser informada de aquello era la qué se tomara la molestia de leer el libro.

Mira el lado positivo, no requieres de poderes para poder destruir a alguien.
      Golpeabas un saco, mientras una sombra oscura recurría toda la habitación. Estaba tan oscuro que no podías ver nada, aunque no intentabas buscar, seguías practicando.

— No te asustes, soy yo. — Escucha una voz varonil qué de inmediato te hace reconocer a la dueña de la voz.

— No estoy asustada. —Sigues practicando tratando de ignorar su presencia.

— Vine a disculparme. Por todas las idioteces qué hice —Dice el rubio mientras se acerca, pero sigues ignorándolo.

— Todo lo qué hice fue por celos. — En ese momentos volteaste extrañada. Pensaste qué era Steve, pero te equivocaste. — Perdón por no confiar en ti, de verdad, siempre tuviste razón.

— Tuviste qué leer un libro para creerme. — Le miras con seriedad.

— Ya lo sé. — Baja su mirada avergonzado — Perdón nuevamente.

— Te perdono. —Dices mientras te sientas a su lado. —Aunque seas un gran idiota

— ¿Qué? —Pregunta mientras te sonríe tiernamente. — Y sobre esto... —Después de unos minutos saca al aire un libro, el mismo que nos ha causado tantas problemas.

— ¿Qué hacés? — Grita alterada mientras intenta quitárselo — Suelta.

— ¿Porqué? —Aleja su mano evitando qué lo tomes.

— Porqué todo lo qué dice ahí, es una mentira.

— ¿Acaso lo has leído? — Pregunta él.

— Que vas a saber tú... —Lo miras un poco furiosa.

— Yo sí lo leí. — Asiente seriamente, tú mirada cambia con lentitud a una cariñosa.

— No te creo nada.

— ¿Sí? ¿Entonces quieres hablar de Emmett? — Pregunta haciendo qué habrás tú boca sorprendida, sí antes no estaba furiosa, ahora lo estás.

— ¡Callate! — Gritó fuertemente.

— ¿Porqué? ¿Porqué te cuesta tanto hablar de tú pasado? — Grita de la misma forma.

— ¿Porqué estás tan interesado en mi pasado? —Preguntaste haciendo qué ambos se callaran.

Todo se quedo en absoluto silencio por algunos minutos, sin negar que los momentos realmente fueron incómodos.

— Mi hermano murió —Provoca que lo mires extrañado nuevamente. — A mi hermana la maté, ella mi quitó un ojo y me cortó el cabello, mi trono, todo... A mi madre le gustaba el cabello largo. Mi madre también murió, y mi padre antes qué ella.

— No tienes que decirme nada de eso si no quieres, no quiero que te sientas obligado.

Thor Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora