Prólogo

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Chat noir y Viperion veían embobados a su nueva compañera de batalla, la cual derrotó al ayudante del akumatizado, como sí no fuese nada.

La chica se volteó a verlos y se acercó con una inmensa sonrisa.

-Ganamos. - exclamó cerrando sus ojos con alegría y los dos héroes no sabían que hacer ni decir, sobretodo Chat noir.

Le estaba siendo infiel a Ladybug en la relación que no tenían, por una pequeña y talentosa chica.

El miraculous de la azabache empezó a sonar y le guiñeo un ojo a sus compañeros, los cuales aún no reaccionaban.

-Nos vemos, ratoncita, fuera.

Y se fue mientras los dos amigos se miraban con sus mejillas sonrojadas y como sí quisiesen llorar.

¿Cómo es que el ratón controló al gato y la serpiente?

Éso no era lógico.
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Por casi una semana, la misma situación se repitió, haciendo que la chica llegue a creer que no les caía bien ya que nunca le hablaban y quedaban quietos mientras ella se encargaba de todo.

Ella prefería usar a Tikki pero su amuleto encantado la obligaba a tener que usar otro miraculous.

Chat noir y Viperion estaban acostados sobre la cima de un edificio, mirando el cielo como tontos enamorados mientras Carapace vigilaba que no haya ningún problema en la ciudad.

-¡Ah!

Los dos suspiraron de manera soñadora mientras que en las nubes, no hacían más que ver la imagen de su compañera.

-Reptiliano, creó que me enamoré de nuestra ágil compañera de batalla. - dijo el rubio, mientras el de mechones azules se sentaba y lo miraba con enojó.

-No, a ti te gusta Ladybug, a mi me gusta nuestra nueva compañera.

Chat noir se sentó y lo miró de manera desafiante mientras Carapace, intentaba comunicarse con Ladybug antes de que se arme algún problema, pero la chica no contestaba.

Los dos héroes se pusieron de pié y el moreno se acercó rápido al ver que estaban a punto de pelear.

-Vamos a calmarnos. En lugar de pelear ¿por qué mejor no intentan ver quien de ustedes le gusta y se resuelve todo de manera pacífica? - opinó mientras sus amigos bajaban la guardia.

Era verdad, por más que se peleen, no servía de nada sí a ella no le gustaba el vencedor.

Los dos sonrieron y chocaron sus puños.

La guerra por su talentosa amiga había empezado y Nino tragó duró ya que metió la pata y ahora la chica debía soportar malos chistes y a alguien que le gusta repetir la palabra melodía.

Mejor no le decía de éso a Alya.
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¡Hola!

Está historia a diferencia de la otra, sí será tranquila para que todos se sientan a gusto leyéndola, sólo que Marinette puede ser un poquito despista en los intentos románticos de sus amigos.

Por cierto ¿cómo es el nombre de Marinette con el miraculous del ratón? No lo sé.

Espero que les haya gustado el inició.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Sólo uno ganaráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora