Pip... pip... pip... pip...
Oh, ¿qué era ese sonido tan molesto? No recordaba que mi despertador sonara así. Empecé a abrir los ojos lentamente y vi que me encontraba tumbado en una cama, conectado a no se que aparatos en una habitación blanca. Espera, estaba en un... ¿Hospital? Ding, ding, ding, ding... ¡Premio!
Sí, definitivamente me encontraba en un hospital. Lo cierto es que no recordaba gran cosa, algunas imágenes sueltas empezaron a saltar como flashes en mi cabeza, me llevé una mano a la cabeza y me di cuenta de que la tenía vendada. Volví a mirar a mi alrededor y enfoqué mi mirada en un Dylan que se encontraba de pie al lado de mi cama.
-¿Dylan? -pregunté con una voz ronca -¿Qué ha... ?
Él me interrumpió con un movimiento de mano.
-Yo no soy Dylan, soy su bisnieto Dylansku -dijo él con una expresión bastante seria. -Estamos en el año 2105 y los zombies alienígenas han invadido nuestro planeta, tu habías sido crionizado, porque tu destino era salvarnos de ellos. Tú eres el salvador de nuestra raza.
Le miré sin entender nada.
-¿Qué... ?
Entonces el estalló en carcajadas y se revolcó en el suelo de la risa, literalmente.
-Si hubieras visto la cara que has puesto -decía él entre risas. -Tendría que haberlo grabado.
Le lancé una mirada fulminante.
-¿Zombies alienígenas? Serás gilipollas -le dije yo.
Le dio otro ataque de risa, y yo le lancé mi almohada para que se callara. Grave error, yo la necesitaba más, mi cabeza la necesitaba. Hice una mueca de dolor, y me llevé una mano a la cabeza.
-Vale, vale, lo siento -se disculpó mientras me devolvía la almohada. -Es que siempre había querido hacer esa broma.
Puse los ojos en blanco, y me acomodé mejor la almohada. Otra vez empezaron a saltarme a la cabeza imágenes de lo que había pasado. Yo pateando una lata por la calle, aquellos imbéciles molestando a Xandra y luego... no conseguía recordar gran cosa. Volví a mirar a Dylan preparado para bombardearlo a preguntas.
-¿Qué es exactamente lo que ha pasado? -empecé. -¿Qué hago aquí? ¿Qué haces tú aquí? ¿Por qué... ?
-Eh, eh, tranquilo, no vayas tan deprisa -me interrumpió él. -Ahora pasaré a responder a las preguntas.
Se sentó al borde de la cama en la que me encontraba tumbado, mientras yo lo miraba esperando respuestas.
-Bueno, como yo no estaba en el lugar de los hechos, te contaré lo que me han contado. -empezó. -Habían un par de imbéciles del instituto de Alexandra molestándola y al parecer tu pasabas por ahí en ese momento, y... no se que leches hacías por ahí, Jason, se supone que estabas castigado sin salir de casa, así que...
-Sí, sí, eso ahora no importa ¿puedes continuar? -le pregunté insistente.
Él soltó un suspiro y decidió continuar.
-¡De acuerdo! El caso es que decidiste intervenir y como ellos no estaban por la labor de dejar en paz a Alexandra... te liaste a hostias con esos tíos. Entonces, cuando al parecer ya habías ganado, uno de ellos te pillo desprevenido, y te dio en la cabeza con un bate de hierro o algo así, lo que te dejó inconsciente y con una brecha en la cabeza... bastante grande, por cierto. -terminó de contar lo ocurrido. - Ah, y estoy aquí porque fue Alexandra la que me llamó bastante preocupada y llorando mientras iba en la ambulancia contigo.
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Alexandra
Teen FictionLa vida de Jason es como la de cualquier adolescente, o... al menos antes lo era. Desde hace un par de meses no hace más que soñar con una chica que ni siquiera conoce, y de dibujarla siempre que puede. ¿Por qué? ¿Quién es esa chica? Alexandra...