Segundo Medio, medio maraqueo (Parte 2)

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-          "Perdona si te hago llorar, perdona si te hago sufrir"

           


           

¿Cómo conocí al "Koke"? Todo partió aquel día en que lo vi llorando por los pasillos cual Maria Magdalena porque había terminado con su pololo de ese entonces y puta, yo vi la oportunidad y entré (esto paso un tiempo antes de comerme al Negro, lo sé, soy una cualquiera). Poco a poco me fui haciendo amigo de sus amigas la Priscila y la Ayleen hasta saber su nombre y su Facebook, después lo busqué en aquella plataforma que era tendencia y le hablé.

Me hice el simpático, le pregunté si estaba soltero, donde estudiaba y de que curso era (hueas que yo ya sabía, pero que solo eran parte de mi estrategia, obvio), hablábamos durante días y siempre nos mirábamos súper cómplices en los recreos, pero ninguno se acercaba al otro por miedo o vergüenza, hasta que decidimos juntarnos. Estábamos en medio de las festividades del 18 de Septiembre del colegio y podíamos ir con ropa de calle así que busqué mis mejores pilchas pa' impresionarlo, onda me puse lo más Fashion que pillé salí a juntarme con mi pretendiente.

Era una mañana mágica, estaba nublado pero así muy cuatico y nos juntamos en el 25 de Gran Avenida cerca de las 8:30 de la mañana, estaba cagao' de frío porque fui solo con una polera, la chaqueta era más delgada que la mierda y  estaba más helado que mamón con alka, pero antes muerto que sencillo. Lo saludé súper tímido y con cara de avergonzado (kieeeeee, culiao barza), decidimos irnos recorriendo las calles en aquella hermosa mañana y buscar un lugar donde sentarnos.

Caminamos más que en la caminata a Los Andes, hasta que llegamos a una plaza donde no se veía nada, estaba rodeada de neblina y se veía súper piola y me dije "Bien conchetumare, mira que mejor lugar, el escenario perfecto para llevar a cabo nuestro plan, estamos más solo que Harry Potter para el día del papá así que aprovecha y dale comételo, comételo". Nos sentamos en una banca en medio de la neblina mirando en direcciones contarías (full película romántica) y conversamos sobre nuestras vidas, familias y amores,  y care' raja le dije: - "dame un beso" y me besó... pero en el cuello (puta el hueón hueón, pensé. Esta hueá no se va a quedar así, lo prometo...), esa mañana creí que con él daría mi primer beso, pero todo sabemos cómo terminó esa parte de la historia. Después de mi fallido intento seductor, nos fuimos al colegio y cuando estábamos en la entrada había un hueón que le tenía ganas y cuando nos vio entrar juntos, hubieran visto su cara, lo miré y le dije: -"cierra el hocico que andan muchas moscas" y pasé, no, no fue así, pero pasé por su lado toda una diva y hecha una perra satisfecha de sus resultados.

Después que pasó lo del Negro, el Koke pasó a segundo plano, nos distanciamos y yo buscaba amor por otro lado, mientras me gustaba otro distinto (Oh el culiao Maria Elsa) y luego que no vi futuro en ninguna de mis andanzas decidí darle una oportunidad a Kokito.

Deben pensar las peores hueas de mí y sí, tienen razón, soy una maraca, una perra y todo aquello que defina mis excesivas ganas de sociabilizar con muchos hombres, pero admito que esta vez él no se merecía que yo me portara tan perra. Al principio para mí era un amor inalcanzable, pensaba y decía "¿Cómo este hueón se va a fijar en mí, como chucha voy a gustarle? además está entero bueno el cabrito (Jorge, debes saber que me encantaba tu potito), menos posibilidades tengo", pero puta quién llega a conocerme sabe que no soy solo una cara bonita (¿kie?), tengo un talento seductor en el que todos tarde o temprano caen y esta vez no fue la excepción. Jorgito cayó, lo tenía comiendo de la palma de mi mano y demostrármelo fue el peor error que pudo cometer, ¿Por qué? Porque para mí pasó de ser una relación a nada más que un juego, se me subieron los humos a la cabeza y salió la Sharpay Evans que llevo dentro y ahí ya no había quién me parara, me gusta que me hagan caso en todo y que hagan lo que yo diga, transformé el amor en nada más que ego y capricho. Era tan así que un día que me iba a juntar con el Jorge en aquella plaza de encuentros homosexuales, llegué con el Negro po y él sabía que nos habíamos comido, pero lo más chistoso de eso es que el par de hueoncitos ya se conocían. Tiempo antes de que yo me estuviera comiendo al Koke ellos dos se andaban pelando de lo más lindo, imagínate lo incomodo, era más incómodo que feminista en concierto de reggaetón.

De que lo hice sufrir, lo hice sufrir; él estaba enganchado de mí, pero a mí nadie me domina, papi soy tu adrenalina, ¿si me arrepiento de haber jugado con él? No, yo no me arrepiento de nada, pero si sabía que me había perdido un gran chiquillo o al menos eso pensaba.

Cuando terminó el año escolar Jorgito y yo ya no estábamos juntos, el juego me había cansado y ambos teníamos muchos problemas, pero sé que hasta el último día de clases el preguntaba por mí, si era tan lindo el saco e' hueas. ¿Por qué le digo así? Por qué ese no fue el fin de nuestra historia.

El año siguiente ambos nos habíamos cambiado de colegio, no sabíamos el uno del otro hasta que volvimos a hablar, yo de cierta forma había madurado y no quería solo un juego. Nos volvimos a reencontrar en aquella plaza que era testigo de nuestros pecaminosos encuentros, pero esa era nuestra rutina, nos juntábamos ahí, nos comíamos y calabaza calabaza, quizá eso le aburrió. Él siempre me decía que me quería saludar de beso como  cualquier pareja, recorrer Santiago conmigo de la mano y yo le decía que no podía porque me daba miedo la reacción de la gente ante nuestro amor imposible según la sociedad, no estaba listo para salir definitivamente del ropero de Narnia, pero aun así me la jugué con todo lo que tenía para ganarme su confianza y su amor nuevamente. Siempre llegaba con pequeñitos detallitos e incluso para su cumpleaños hice la cimarra, llegué con un juguito y sushi para celebrar su cumpleaños, fue un día la raja, estuvimos juntos toda la tarde, no podía ser más perfecto hasta que...

Un día de la nada me manda un mensaje diciendo que estaba confundido y que no sabía lo que quería, que ya no podía seguir conmigo para no herirme y yo quede así como:

- "¿me estay' huebiando?, justo ahora que me la estoy jugando yo, justo ahora que soy yo el enganchado, ándate a la chucha feo culiao".  Después de eso hablamos un par de veces, pero todo era distinto yo aún estaba en la búsqueda del "amor verdadero" y él, me proponía tirar, obviamente según mis principios y valores católicos decía que no, pero ahora que soy toda una perra indomable igual le entro si total, más vale bastardo conocido que bastardo por conocer.

En el fondo siempre supe que fue una venganza de su parte y tengo que admitir que estuvo bien jugada, ¡me rompiste mi orgullo feo culiao, me dolió, yo de verdad te estaba queriendo hueón'!, pero esto no se va a quedar así. No tranqui, si está todo más que superado... tonto sapo y la conchetumare, pero en serio espero que te esté yendo súper bien en el amor, pero recuerda que igual vas a terminar.

Y en conclusión de todas mis historias relatadas puedo decir que no ya no creo en el amor, no creo en el viejo pascuero, ya no creo en ni una huea. Uno que es cola también se enamora po hueón, uno también tienen sentimiento o ¿Qué? ¿Hagamos una campaña, adopta una cola?, no po, uno también llora y también siente, pero siempre me rompen el corazón (y otras cosas), pero lo importante es que el copete siempre está ahí para salvarte o hundirte aún más en la depresión. Ahora solo pienso en mí y en mi verano que puta que lo voy a disfrutar, voy a ser más pelado que choro e' muñeca así que afírmate Santiago, una maraca con 4 meses sin sexo va a volver a las pistas.

Un Hueón ColaWhere stories live. Discover now