Nada es lo que parece

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-         "Caras vemos, Hijueputas no sabemos"





¿No les ha pasado que conocen a alguien que quisieras tener el resto de tu vida contigo, con el que quisieras formar una familia y adoptar negritos para que te hagan el aseo y la comida, tener un perrito y llamarlo Albus Percival Wolfric Bryan Dumbledore y solo decirle "Al", el que te pone nervioso y ansioso cada vez que vas a verlo y cuando lo tienes ahí solo quieres observarlo horas y horas porque solo con eso te basta, tenerlo ahí, apreciando su belleza y escuchando cada palabra que sale de su boca para convertirse en poesía para tu oídos. No? A mí tampoco.

Esta hueá fue todo lo contrario. Me cago en el día que fui tan ahueonao para responder el mensaje de Don Saco e' Hueas (quién ya mencioné por desgracia en el capítulo anterior), sin ese mensaje mi vida hubiera sido completamente distinta. ¿Por qué distinta? Porque si no hubiese estado con él, hubiera cometido los mismo errores que cometí en un pasado (de los que ya hablaremos, no hoy ni mañana, pero si algún día). Pero como todo tiene su precio, este fue el mío.

Cuando contesté su mensaje que me había mandado cerca de tres meses antes de responderlo (siempre lo veía y decía Thanks u Next cual Ariana Grande), lo hice. Le contesté y descubrí algo en ese momento, puta que tenía que estar aburrido y solo para haberlo hecho, pero bueno errores son errores. Comenzamos a hablar y ya todo bien, lo encontré simpático, que rico buena onda, dije. Yo en ese entonces había sufrido una ruptura amorosa, que solo existía en mi cabeza producto de mi imaginación, pero tenía pena. Así que me dije "Ya Felipe esta es la tuya, igual es lindo, medio gordito pero te gustan grandotes, además te sirve para el verano y en el invierno, en el invierno te da calor y en el verano te da sombra, que mejor. Era morenito medio tirao' pa' haitiano, pero bueno no todo en la vida es perfecto así que déjate llevar y disfruta, mira que no hay plata pa' pasar las penas comprando ropa ni pa tomarse un copetito, pero un hombre igual sirve". Así que haciéndole caso a mi instinto de madre leona, entré a pelarme cual Vale Roth, quería puro salir del claustro de monja en el que me encontraba. Le pedí su Whatsapp diciéndole, "sorry si no te respondo al tiro, no me llegan las notificaciones, te tinca si hablamos por wsp? Jaja". Cayó ya lo tenía en mis manos, seguimos conversando y me di cuenta de algo, "éramos iguales" (nunca fue así, repito  nunca), era tierno como yo, mamón y muchas Hueas de pendejo inocente que aún leía novelas de amor y  que juraba que el beso de amor verdadero existía, y cuando en realidad lo único que era verdadero es que nunca lo soporté. Decidimos juntarnos en el famoso "Oh", y cuando me dijo el lugar de encuentro yo quedé así como, ¿Oh? ¿Qué chucha es eso?, Osama Bin Laden o  un parque, una plaza, un restaurante o lo que más esperaba, una botillería, pero no. Me dijo que era el Parque O' Higgin y yo le respondí: - Tanto te costaba decir el nombre completo, me carga los diminutivos culiao (la verdad es que era tan perno, tan monja pa mis hueas que nunca salí en la media a un "Ohigginazo" o algo parecido, pero él no tenía por qué saberlo).

Ese día del encuentro yo me vestí de negro entero, pero the rial Men in Black, con un día espectacularmente nublado perfecto para mi outfitt especial (la verdad es que habían más de 40° Grados de calor y yo de negro de arriba a abajo y más transpirado que zapato de mormón, así mal). Le compré un chicle a un vendedor ambulante del metro para el mal aliento y me bajé de la hueá. Llegué a "Oh" y lo tuve que esperar un rato, yo estaba nervioso y el chicle era de mala calidad onda lo tenía todo pegado entre los dientes y las encías (parecía cualquier hueá con los dientes todos llenos de chicle), además quería ver con que hueá me iba a meter.

Cuando llegó, a lo lejos divisé un hueón de casi dos metros, era más grande que la chucha, aunque eran dos metros de puro hueón. Lo saludé de beso en la cara onda casi cuneteado (no, nunca tan maraca. Aún.) Caminamos por el parque culiao hasta que decidimos buscar un lugar piola para sentarnos a "conversar", nos sentamos en el lugar menos piola, onda en frente había un jardín lleno de cabros chicos jugando y atrás se veía toda la calle, el metro y todas las hueas. Conversamos un  rato de que lo habían operado hace poco de las muelas del juicio  y yo de pura buena onda le di un charchazo en el hocico (¿Por qué no se lo pegué con ganas Dios mio?) pasó un rato y se produjo un silencio incomodo, y como para romper el hielo me dice que si le puedo hacer cariños, accedí, se acostó en mis piernas y le hice cariño cual pareja heteronormada. Y en una se para así decidido y me chanta un beso, no besaba mal e iba todo bien, yo igual nervioso, era mi primera cita y nunca había pecado así en un lugar tan público. Luego nos paramos y seguimos caminando, estuvimos toda la tarde juntos, yo super mamón y volas románticas y el igual, luego calabaza calabaza y quedamos para vernos en otra ocasión. Hasta ahí todo bien, pero los problemas comenzaron después...

Un Hueón ColaWhere stories live. Discover now