Capítulo 5

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Amelia llegó a una de las tantas carpas que había en el circo para ensayar el baile de su regreso, pensaba en los pasos que había planeado para su entrada, pero de pronto sin esperarlo, Peter la abrazó por atrás sorprendiéndola, ambos echaron unas estruendosas carcajadas, Amelia dio media vuelta y lo agarró del rostro para besarlo durante varios segundos y se alejó para ver sus grandes y brillantes ojos azules, los cuales eran iluminados por un rayo de sol que entraba, se volvía vulnerable cuando se quedaba fija en ellos.

—Casi me matas del susto Peter...—Rió nerviosa

—Por favor no, no sabría qué hacer si eso pasa—

Se dieron un último beso y ella fue a dejar la mochila sobre las gradas rojas que se encontraban cerca del escenario, Peter se sentó en esas mismas gradas mientras la admiraba hipnotizado. Amelia fue quitando la camisa que llevaba arriba del traje de bailarina, y siguió desabrochando sus jeans de un tono azul bastante claro, antes de que se los quitará por completo, miró a Peter sonrojada.

—¿Tienes que verme cuando me quito la ropa? —

Sonrió nerviosa, dejando ver esa sonrisa que a Peter volvía loco.

—No es algo que no haya hecho antes—Ambos rieron—Sabes que amo verte de la forma que sea, si sabes lo que digo—

Sonrió de vuelta hacia ella y Amelia tan sólo se sonrojó un poco más, se puso en medio de la pista con la música comenzando a sonar en el fondo, mientras Peter observaba cada paso que ella daba, no había nada más en su cabeza, más que Amelia bailando tan delicadamente como ella misma, los pasos con estiramientos impresionantes, una vuelta excelente, y de repente...ella se detuvo, pero la música aún sigue su curso. Peter se tornó confundido hacia su movimiento inesperado.

—¿Qué sucede? —Amelia volteó mientras reía con sus mejillas rojas de vergüenza y cansancio—Olvide el siguiente paso...—Puso una mano sobre su rostro y se acercó a las gradas en donde Peter estaba sentado.

—Oh querida Amelia...—Rió con ella—Ven aquí—

Tomó su frágil mano y le ayudó con el paso que seguía, sin avisar, la agarró de la cintura de una forma como si fuese parte del baile, la elevó en el aire para después estrecharla con él y clavarse en un apasionante y cálido beso, Amelia sintiéndose vulnerable una vez más, no le quedó otra cosa más que responder y caer entre sus brazos, y más aún, cuando después los labios de Peter se posaron sobre su cuello susurrando.

—Mi hermosa Amelia...—

°~•~•~°

Y uno, y dos, y tres...—

Exclamaba Peter mientras hacía un chasquido en cuanto decía el número de pasos que debía realizar Amelia, pero ella estaba ya muy cansada, ese maldito paso, estaba estresada por él, su cuerpo ya no aguantaba más, pero cada que trataba de rendirse, recordaba a su madre, quería ser una gran bailarina, como una vez ella lo fue, y eso significaba no parar hasta lograrlo. Hizo el paso una vez más, y al fin lo logró.

—¡Lo hice! —

—¡Oh, sabía que podías hacerlo! — Peter fue con ella para cargarla y felicitarla. La bajó de inmediato y acarició su pequeña cabeza, alborotando su cabello—Pequeña Amelia, te mereces un descanso—

—Claro que sí...y mañana comenzaré otra vez...—Empezó a recoger sus cosas.

Peter sonrió mientras miraba a Amelia, frunció el ceño y fue con ella.

—Me refiero, a qué te tomes el día mañana...—

—Oh, pero Peter, no puedo hacerlo...tengo mucho que practicar aún y...—

Perjuicio [Popee The Performer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora