Unknown || One Direction

Unknown

Me habría gustado poder despedirme en persona, haber besado tus labios rosados, y haber podido acariciar tu pelo una última vez, pero no he podido. Una bonita despedida típica de las películas románticas que tanto te gustan tan solo habría servido para hacernos ver que lo nuestro, no era una simple amistad. Me habría roto por dentro si eso hubiera pasado.

Nunca llegaré a entender qué hiciste para que llegara a soñar día y noche con tu sonrisa, con tus pequeños puñetazos al aire cuando no podías parar de reír, con los ruiditos que solías gruñir cuando te hacía cosquillas, con tu forma alterada de respirar cuando estabas nerviosa o preocupada... Nunca entenderé por qué no paraba de pensar en tí y en todas tus pequeñas cosas a cada instante. Hiciste conmigo algo que nadie jamás llegó a conseguir: hacerme feliz. Me sentía único contigo, y te doy las gracias por ello.

También quiero pedirte perdón, perdón por todos los errores que cometí. Sé que nunca perdonarás esto que he hecho, pero es que, además, creo que cometí otro error mucho antes de ese y del que estoy a punto de cometer: conocerte. Yo nunca te habría hecho feliz, nunca te pude prometer un cuento de hadas como el que tú siempre deseaste, ni siquiera soy capaz de darte una despedida como la de las películas; me pregunto si habrías llorado igual que lloraste cuando vimos aquella película en el cine, recuerdo que tiraste tus palomitas al suelo para poder abrazarme y llorar en mi hombro, entonces yo apoyé mi mejilla en tu cabeza y lloré contigo, no por la película, sino porque me había enamorado de ti, y hasta entonces no había sido consciente de ello.

Creo que este es el texto más largo que he escrito en mi vida, ¿esto es lo que se siente cuando se va a terminar un trabajo largo para la clase de Historia? Tengo calambres hasta en las uñas. No voy a decir nada más, ya sabes que nunca fui un hombre al que le gustara ir por ahí expresando sus sentimientos, ni oralmente ni por cartas. Tampoco diré dónde voy, sé que harías lo imposible por encontrarme, a pesar de odiarme, y no quiero que lo hagas; fuiste tú la que me enseñaste a creer en el destino, así pues, si el destino quiere que nos volvamos a ver, será él quien procure encontrarnos. Estaré bien. No te preocupes nunca más por mí.

Te quiero, Anna

Att.: un gilipollas.