Volteo a mirar a cada momento el reloj de la terminal aérea, el avión tenía que haber llegado hace más de una hora pero un retraso en su salida desde El Carrizo hizo que todo cambiara de planes, aunque soy muy paciente y no me importa esperar los nervios poco a poco se han ido apoderando de mí en los últimos días, ahora mucho más que el momento de conocerla esta cerca, pues llevábamos muchos meses planeando su llegada y me muero por poder tocarla y si los nervios no me traicionan al menos recibirla con un beso en los labios.
Siento el celular vibra en mi bolsillo de los pantalones, al sacarlo lo reviso y puedo darme cuenta que es un mensaje de Paola
—Acabo de aterrizar en un par de minutos al fin nos veremos <3 — leo en el mensaje de WhatsApp.
—Estaré esperándote en la salida internacional— respondo inmediatamente encaminándome hacia la puerta que está bajo el letrero que indica a donde debo ir.
Los pasajeros de los diferentes vuelos que acabaron de llegar salen a encontrarse con sus familiares, amigos y conocidos que esparcidos por la sala los buscan emocionados, mientras por mi parte busco aquella mujer con ojos claros que por tanto tiempo he mirado por la web cam y por fotografías.
Pasados algunos minutos de buscarla entre tantas personas empiezo a desesperarme, saco mi celular nuevamente para enviarle un mensaje.
Cuando empiezo a escribirlo siento como alguien me llama dándome pequeños toques en el hombro.
Al voltear mi quijada cae al mirar a quien buscaba sonriendo y lanzándose sobre mí en un fuerte abrazo que compartimos por algunos minutos.
—Pensé que te habías perdido o algo en la salida — le digo al oído sorprendiéndola con un sonoro beso en la mejilla.
—Cómo crees Guille — responde sorprendiéndose por el beso — Salí antes de que llegues y te vi acercarte y como no me viste, decidí que me divertiría haciéndote preocupar—sonríe soltándose.
—Vaya y sí que lo lograste — guardo el celular para tomar su maleta.
Arriesgándome a ir con todo desde el primer momento decido tomar su mano para dirigirnos al estacionamiento.
La miro sonreír mientras caminamos a través de la terminal tomados de la mano conversando animadamente.
—Pao, te parece si primero vamos a comer y después nos encaminamos a mi departamento para que te instales— consulto animado y nervioso por lo que voy a hacer.
—Ahí sí, muero de hambre prácticamente me leíste lamente — sonríe respondiendo.
—Genial, te llevare a un lugar que conocí la semana pasada— término dando un gran suspiro reuniendo fuerzas.
Sin pensarlo dos veces me detengo en seco tirando de su mano y atraiéndola hacia mí, suelto la maleta abrazándola fuertemente, dándole un apasionado beso sin que tenga oportunidad de separarse.
Contrario a lo que esperaba recibió el beso con la misma o más pasión de la que yo podía transmitirle, nuestras lenguas empiezan a jugar entre ellas, mientras siento como Pao coloca sus manos en mi pecho.
Lentamente nos vamos separando mirándonos fijamente mientras respiramos agitados tragando saliva para contener el deseo de comernos en medio de la terminal.
— ¿Crees que podemos hacer una parada antes de ir a comer? — pregunta Pao acomodando su cabello y tomando mi mano.
—Claro lo que tú quieras haremos— sonrió pícaramente tomando nuevamente su maleta caminando nuevamente hacia el estacionamiento.
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El Fuego de tu Piel
RomanceQue puede suceder cuando tienes frente a ti a la persona que conociste por alguna red social. Acaso será suficiente una semana para calmar todo el calor que pueden haber provocado tantas fotografías, vídeo llamadas o insinuaciones. Guille y Paola vi...