Nada más aterrizar en New York tome un taxi. Rápidamente le indiqué la dirección de la casa de mis padres.
Abrí la puerta con ayuda de mi juego de llaves. Todo se encontraba en silencio, por lo que supuse que mi padre no estaba en casa.
Había fragmentos de botellas de cristal esparcidas por el suelo del pasillo. Entré en el interior con algo de temor ante lo que pudiera encontrarme.
Cuando llegué al salón encontré a mi madre temblando en el sofá. Llevaba un camisón que dejaba al descubierto su cuerpo amoratado.
- Mamá - susurro mientras mis ojos se cristalizan.
- Eira, vete - dice ella con voz temblorosa- vete antes de que vuelva.
- Vamos - digo agarrándola de la mano- debiste venir conmigo cuando el otro día me fui de casa.
Al abrir la puerta de la calle, me encontré a mi padre tratando de abrir la puerta. No había logrado introducir la llave en la cerradura, por lo que supuse que, de nuevo, estaba ebrio.
Mi madre comienza a llorar y yo me posiciono delante de ella para protegerla.
- ¿A dónde crees que vas con tu madre?- dice muy enfadado sosteniendo una botella.
- Apártate- digo yo firmemente.
Él comienza a reírse.
- Ella se queda aquí- dice él apoyándose en la pared- dónde debe estar, a mi lado.
- ¡La han violado por tu culpa! ¡Y no paras de golpearla!
- Iban a matarme, no había otra opción- dice él riendo.
- Ojalá lo hubieran hecho- contesto tratando de empujarlo con intención de abrirme paso.
Sin embargo, a pesar de mi empeño, mi intento por salir de ahí con mi madre resulta inútil: mi padre era demasiado alto y musculoso como para poder atravesar aquella puerta. Antes de haber creado su propia empresa, un gimnasio, había sido campeón de boxeo en dos ocasiones.
- ¿Qué has dicho?- pregunta muy enfadado.
- ¡Qué ojalá te hubieran matado!- digo con rabia.
Él cierra entra en casa y cierra la puerta de forma violenta. Mi madre grita sobresaltada. Él la tira al suelo apartándola de mí. De repente, se gira y me da un puñetazo en la mandíbula.
Comienzo a sentir el sabor de la sangre en el interior de mi boca, mientras me agarra y arremete varios golpes por todo mi cuerpo.
Mi madre llora ante mis gritos de dolor. Me deja violentamente en el suelo y se acerca a mi madre para darle una cachetada en la cara.
- ¡Cállate estúpida!- grita y mi madre al instante le hace caso.
Él camina por el salón y se sienta en el sofá observándonos a ambas en el suelo.
- Deberíais haberos limitado a obedecer y servirme, y todo esto no sería necesario- dice él riendo.
Yo trato de levantarme a rastras.
- ¿Aún quieres más pequeña Eira?- dice poniéndose en pie.
Se acerca y noto otro golpe que termina por romperme el labio.
- Siempre has sido un grano en el culo, entrometiéndote en mis asuntos- dice él serio.
- Eira vete- dice mi madre ahogando un grito de dolor.
- Haz caso a tu madre- dice él riendo.
Yo saco las fuerzas de dónde no las tengo y le tomo la mano con intención de arrastrarla conmigo.
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Corazón de hielo
Roman d'amourVivir es una lucha constante. Eira Lewis ha luchado todos y cada uno de los días de su vida por salir adelante dentro de una familia inestable y destruida por las drogas y la violencia Su vida da un vuelco cuando, tras una exhibición de patinaje en...