Todos estaban con los ojos puestos en mi, menos el. Ahora estaba siendo un engreído. De seguro ni siquiera deseaba posar sus ojos en mi, en una simple chica normal y corriente sin ni siquiera un pelo de atractivo. Como si eso me importara. Me valía una sopa su opinión sobre mi. Desvié la vista en el momento en que me di cuenta de debía emplear mis buenos modales y saludar.
Relamí mis labios y emplee una sonrisa a los invitados. Mi sonrisa iba hacia todos en la sala, menos a la cucaracha con buena ropa y el ultimo modelo de celular.
- Buenas tardes - respire hondo y di un par de pasos para acercarme-
- ___________ - chillo Pattie con una inmensa sonrisa - Dios, no te veo desde que eran una nena de 3 años
Era muy amistosa y amable. Su sonrisa me parecía hermosa al igual que sus ojos. Callo justo en el momento en que Jeremy intervino en el saludo que se formo en la sala.
- Creciste mucho. Te veo como toda una señorita - su leve sonrisa apareció en su rostro y miro a mi madre - Esta muy hermosa
- Gracias - articule con una sonrisa apenada-
Note como en el momento en que Jeremy susurro esas ultimas palabras Justin elevo la vista. Sus ojos miel al igual que los de un leopardo acosando a su presa, me atraparon con su potencia en la mirada. No tenia ninguna expresión en el rostro pero sus ojos tal cual rayos, me examinaron atentamente. Me puse incomoda. Su mirada me estaba causando que me pusiera nerviosa. No estaba acostumbrada a que me examinaran de esa manera.
Con una mueca de desagrado lo mire, pero no estoy segura de que lo haya notado, estaba muy ocupado recorriendo mis piernas cubiertas por mi pantalon largo. No tenia idea porque me lo había puesto. No digo que me arrepienta por el echo de que quería que Justin mire mis piernas al desnudo pero me estaba sofocando el calor del ambiente.
- nuevamente gracias con su permiso voy a cambiarme y bajo - dije mientras se retiraba -
Que insoportable. Primero no se digna en mirarme y ahora no aparta la vista de mi. O me estaba criticando mentalmente o de verdad me estaba mirando como los pervertidos en la calle. Ahora es cuando mi paciencia comienza a agotarse. Subí las escaleras rápidamente para de una vez por todas encerrarme en mi cuarto. Ya en la comodidad de mi cuarto, deje caer mi mochila y me tire en la cama mientras me deshacía de mi ropa.
Busque unos pantalones cortos, algo decente pero que me quite el calor. A juego con aquello una blusa de tiros le iba a la perfección. Sonreí y permanecí con mis tenis. Me acomode la cola de caballo y no dude en ir a lavarme la cara. Lista para enfrentar a una real y horrorosa pesadilla, salí de mi habitación. Cerré la puerta detrás de mi y camine a paso lento a las escaleras.
Del pasillo que se encontraba al lado de las escaleras una sombra salio y me enfrento tan de repente. Mi corazón se detuvo por un segundo y mis ojos se abrieron grandes. No pude evitarlo, lance un leve grito. Sus ojos miel me miraban divertidos mientras estallaba en risa. Sin dejar eso de lado aun tenia ese aire de superioridad que emanaba su cuerpo con naturalidad.
Me aleje unos pocos centímetros de él. Estaba muy cerca de mi y eso no me agradaba nada. Con el ceño fruncido y molesta por su completa estupidez deseaba pegarle. Quizás si lo hacia me demandaba. Eso era lo que menos me importaba. Yo deseaba darle un buen golpe en la nariz y rompercela un poco. Quizás tirarle unos dientes o...
- ¿te asuste, nena? - me pregunto con la voz sensual pero divertida-
¿pero que mierda? ¿de donde saco el "nena"? No tiene derecho de decírmelo. En primera no tiene derecho de estar aquí arriba. Cruce mis brazos por debajo de mis pechos y lo mire esperando a que me de una explicación pero al parecer su diminuto cerebro no daba mas. Él aun esperaba una respuesta de mi parte.