Se había vuelto un profesional de baile. En su academia enseñaba cada tipo de bailes y a distintas personas.
Nunca espero verlo de nuevo y menos de esa manera.
Enseñándole un baile de boda a su amor platónico.
-Historia: Homosexual
-Pareja princip...
Jung Hoseok es un coreógrafo privado, un profesional del baile que enseña distintos estilos de baile y a diferentes personas que recurrían a él en su pequeña academia de baile.
Su profesionalismo, paciencia, sonrisa brillante, así como la forma amable de tratar a las personas era principalmente recluido a todo lo que significara un baile.
Sus manos y su cuerpo se movían al sonido de la música; eran uno solo. El calor de su cuerpo desprendía un tipo orgullo de todo su esfuerzo, y gotas de sudor que bañaban su cuerpo eran cómplices de sus movimientos limpios y precisos, era realmente sensacional.
Amaba bailar.
A ese pelinegro tampoco le faltaban los pretendientes, había salido con varias personas, pero nada serio, ninguno había movido su corazón. Después de vivir varios años en Estados Unidos logró vencer su timidez que tuvo en la preparatoria, fue totalmente cambiado, ahora tenía más presencia, actitud y confianza.
En el día era normal ver varias personas citadas para concursos de bailes, grupos idols, presentaciones de danza y uno que otro que quería aprender a bailar.
Terminó de practicar con un grupo idol a los que le enseñaba su nueva coreografía y se dirigió a prepararse para su cita de las 9 pm, un baile de boda. Era normal que fueran esa clase de personas para tener una coreografía para ese momento especial o solo para aprender a bailar Vals. Entró en el baño para quitar todo el sudor y cansancio que tenía, estaba caluroso, por eso no secó sus cabellos, ahora arreglado se quedó esperando en la sala tres a su próxima cita.
-Buenas noches. Tengo una cita con el señor Jung a las 9 pm
-Si, Baile de boda ¿No? -asintió a la amable recepcionista que supervisaba las citas en su computadora-
-Pase a la sala 3, allí lo esperan -caminó nervioso a la sala, pensaba que su maestro sería alguien estricto y gruñón, tenía miedo, porque su fuerte para nada era el baile y más porque su prometido le dijo que debería bailar bien y no hacer el ridículo, por eso decidió tomar esas clases de baile.
Al observar el numero 3 de la sala supo que había llegado, visualizó a través del cristal y vio a un chico de cabellos negros de espaldas bailando apasionadamente, el sonido cobraba ritmo con tal solo verlo mover sus extremidades, no era un baile, ni una danza, sino el lado enigmático que atrapaba al observarlo, demasiado hermoso para quitar la vista de ese chico. No se tomó la molestia de deslizar la puerta corrediza de cristal para avisar que ya había llegado, porque quería ver un poco más al chico genial que sus ojos captaban, siempre admiró a los bailarines, eran sorprendentes.
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El tiempo que lo admiraba no tardó cuando este se volteó y se dio cuenta que era observado. El pelinegro se dio cuenta al dejarse llevar por la música mucho tiempo cuando vio a su cita afuera de la sala, apagó la música y le dijo al chico un "Pase, por favor". Agarró una toalla para secarse el poco sudor que empezaba a surgir de su cuerpo, fue al equipo de sonido para preparar las canciones de vals para empezar a enseñar, no debía perder el tiempo.
