parte dos.

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Al día siguiente decidió despertar temprano para ir donde su tía cuanto antes. Lavó sus dientes, tomó una ducha y corrió escaleras abajo hasta la cocina, donde su madre se encontraba.

— ¡Mamá, debemos ir a casa de la tía Wendy!

Su madre dejó su taza de café a un lado y lo miró desconcertada.

— ¿Qué? Creí que odiabas ir, por eso no iba a llevarte hoy...

— ¡No! ¡Debemos ir ahora, necesito ir con la tía Wendy!

— Claro cielo, solo déjame terminar de desayunar y nos iremos. —dio un trago a su café.

— Gracias mamá. —sonrió y corrió escaleras arriba.

La joven mujer soltó una risita mientras negaba con la cabeza. Jamás lograría entender a su pequeño hijo por más que lo intentara, Sunwoo era de todo menos predecible, uno jamás sabría qué esperar de él. Desde niño había sido así y ella tuvo que aprender a sobrellevar eso.

— Jamás podré entenderte Sunwoo. —sonrió con dulzura acabando su café.

♡🌸♡

En todo el camino hacia casa de su tía se la pasó pensando en Haknyeon, tal como la noche anterior, no podía sacarse al mayor de la cabeza y las imágenes de su bonita sonrisa se reproducían una y mil veces en su mente como un bucle infinito que acabaría por enloquecerlo.

La lluvía que llevaba cayendo desde temprano parecía no querer detenerse, por suerte llevaba su chaqueta negra con él para resguardarse de frío que comenzaba a colarse entre las puertas del auto.

No podía evitar sentir mucha curiosidad por todo lo relacionado a la misteriosa selva y al chico bonito que habita ahí. Quería saber cómo había llegado Haknyeon allí, porqué parecía tan miserable, quién era el sujeto que le había gritado ayer y porqué lo hacía. Millones de preguntas se acumulaban en su mente amenazando con hacer explotar su cabeza.

Por suerte para él, su cerebro y el asiento delantero del auto el cual estaba pateando con tanta insistencia, ya habían llegado a su destino. No podía evitar que su corazón latiera como loco mientras se acercaban a la puerta de entrada.

Su madre y su tía se saludaron como de costumbre mientras él se encontraba perdido en sus pensamientos sin ser plenamente consciente de lo que ocurría alrededor.

— ¿Todo bien, cielo? —susurró dulcemente su madre.

Él alzó la vista dándose cuenta que ya estaban dentro de la casa y se encontraban caminando hacia la cocina. Le dio una pequeña sonrisa a su madre y asintió.

— Estoy bien, no te preocupes.

Su madre parecía a punto de insistir pero la voz de su tía Wendy la interrumpió de inmediato.

— Ya, deja al chico en paz. De seguro es muy aburrido para él venir aquí y sin embargo lo sigue haciendo, es un buen chico. —le sonríe. — Ahora déjalo irse a ver televisión, debo contarte de alguien que he conocido, un empresario misterioso completamente encantador que...

Las mayores se fueron hablando hasta la cocina mientras él se desvía hacia la habitación. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para detenerse a pensar en el posible nuevo novio de su tía.

De forma casi automática entró en la habitación y se arrodilló frente a la peinadora, repitió sus acciones del día anterior y para cuando lo notó ya estaba cayendo de aquel árbol que por suerte no era tan alto.

— Mierda... —maldijo al no caer de nuevo sobre la hoja y lastimando su trasero contra el duro suelo.

Se levantó y comenzó a caminar mientras sacudía sus jeans, por alguna razón quería verse bien para ir con Haknyeon, no podía decir porqué debido a que era la primera vez que se sentía así por alguien. En su mente repasaba una y otra vez las preguntas que le haría al mayor, trataba de hacer que éstas no sonaran muy agresivas o directas, no quería que Haknyeon se sintiera entrevistado o estudiado como si fuese una rareza.

entre dos mundos ↭ sunhak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora