parte nueve. [final]

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Despertó de golpe con el cuerpo entero lleno de sudor frío, podía sentir un rastro de lágrimas secas en su rostro pero no podían determinar si eran suyas.

Miró alrededor dándose cuenta que estaba oscuro afuera y un poco de la fría brisa se colaba por la ventana entre abierta del lugar. Estaba confundido y no recordaba nada de lo que había pasado, ni siquiera sabía si todo aquello realmente había pasado.

El suave chillido de la puerta le advirtió que alguien estaba entrando en el lugar, sus ojos se encontraron con la silueta de un chico aparentemente más bajo que él, con cabellos color chocolate y la piel clara, el chico de sólo verlo ahí había comenzado a llorar en silencio mientras poco a poco se derrumbaba hasta caer de rodillas al piso. El moreno miró con absoluto desconcierto las acciones de aquel chico, había pensado en preguntarle si acaso él conocía las razones por las que se encontraba en ese lugar pero decidió solo callarse y dejarlo llorar en paz.

- T-tú... realmente tú... oh Dios, esto no puede ser real. -murmuró el chico sin parar de llorar.

El castaño se levantó como pudo y fue hasta su camilla, sentándose a su lado y comenzando a toquetear su cara. Unió sus frentes mientras seguía murmurando cosas raras, Sunwoo realmente no entendía lo que sucedía y no lograba entender porqué el chico parecía ser tan cercano a él, sin embargo, debía admitir que le agradaba la sensación cálida que lo recorría cuando el chico le tocaba.

- Por favor, no te vayas de nuevo. Joder, nadie quería creerme pero yo tenía razón... estás vivo... no puedo creerlo.

Separándose un poco del moreno y limpiando sus lágrimas, el castaño sonrió enormemente tomando las manos ajenas.

- ¿Me recuerdas? ¿Sabes quién soy? -cuestionó entusiasmado.

Sunwoo solo negó con la cabeza haciendo una mueca de disculpa pero eso no hizo flaquear la sonrisa del contrario.

- Supongo que no recuerdas nada, ¿no es así? -volvió a cuestionar, recibiendo un asentimiento esta vez. - Vale, lo entiendo... tu nombre es Kim Sunwoo, tienes veintitrés años y estudiabas ingeniería... un día tuviste un accidente al regresar a casa en auto, los doctores dijeron que ibas tomado, quedaste en coma por dos tortuosos años ¡y por fin has despertado! ¡Todos van a estar tan felices por esto! -explicó rápidamente volviendo a llorar de pura alegría. Sonriendo como baboso lavantó su mano derecha para que el chico pudiese verla. - Mi nombre es Ju Haknyeon, aunque me has llamado así, estoy comprometido... contigo.

- ¿S-somos...? ¿Haknyeon? -ladeó la cabeza, reconociendo el nombre de algún lugar. - ¿Huiste, por fin eres libre? ¿Dónde están los niños, están bien?

Ahora quien parecía genuinamente confundido era Haknyeon que no dejaba de mirar a Sunwoo sonriendo con algo de ternura y confusión.

- Yo no sé de qué hablas. ¿De quien debía huir?, y sí, los niños están bien. Me alegra saber que los recuerdas a ellos, al menos. -habló con cuidado y suavidad.

El moreno negó con la cabeza varias veces sin poder creer lo que escuchaba.

¿Entonces todo eso había sido un sueño? ¿Realmente nada de eso pasó? Él no era capaz de asimilarlo, no sabía si sentirse tranquilo o que. Aparentemente su Haknyeon estaba bien, no parecía estar asustado de todo ni mucho menos llevaba en el cuerpo marcas rojizas que algún asqueroso hombre había dejado sobre él, incluso llevaba suficiente ropa puesta.

- Te extrañé tanto Sunwoo... fue realmente una tortura estar sin ti y tu mal humor en las mañanas. ¿Sabes lo aterrador que fue para mí oír qué estuviste muerto al menos diez minutos, hace años? Dios, yo tenía tanto miedo. Miedo de perderte, de no poder continuar por mi cuenta y ser suficiente para los niños.

entre dos mundos ↭ sunhak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora