3

12.3K 651 106
                                    

- ¡Natalia! - escuchamos detrás nuestro y nos separamos, cambiando el estar abrazadas cual parejita feliz por entrelazar nuestras manos-.

Teníamos a la ex de Natalia y a su acompañante delante, ambas con actitud de falsa simpatía y clara superioridad.

- Hola, Alicia - saludó de vuelta Natalia-.

Aunque su voz sonó segura, su mano prácticamente temblaba en la mía, la apreté más fuerte.

La pelirroja pasó rápidamente de analizar a Natalia a analizarme a mí, fijándose especialmente en nuestras manos unidas. Yo puse mi mejor cara de seguridad en mí misma, desafiante. Realmente esa chica no me imponía para nada y lo único que me apetecía era quitarle esa sonrisa de autosuficiencia de la cara.

- Esta es Lucía, aunque ya la conoces, Natalia- presentó con retintín Alicia a su compañera, con una mirada a Natalia que no me gustó nada. Se dirigió entonces a mí en tono despectivo-. ¿Y tú eres?

- Alba, su novia - contesté mientras hacía énfasis en nuestras manos y le dedicaba una sonrisa a Natalia-.

- Tu novia - Alicia se dirigió directamente a ella, como si yo no hubiera hablado-. Me sorprende. No es para nada tu tipo.

Por alguna razón esas palabras me ofendieron. No es que a mí me interesara serlo pero aun así, dolió, aunque por supuesto no dejé que se me notara. Me había quedado tan perdida en mis pensamientos que no me fijé en la reacción de Natalia hasta que noté su mirada abrasadora sobre mí. Esbozó una sonrisa irónica, casi burlándose de la ocurrencia de la pelirroja.

- No me hagas reír, Alicia - le dijo después de mirarme de arriba a abajo, comiéndome con los ojos. Ayuda, me estaba derritiendo. Por suerte volvió a dirigirse a su ex, dejándome respirar más tranquila-. Además no recuerdo haberte pedido opinión sobre mi vida ¿o sí?

Alicia se quedó callada ante la actitud de Natalia y se dirigió de nuevo a mí. Cambio de ojetivo, supongo. Estaba segura que iba a estar a la altura.

- ¿Todavía grita mi nombre en vez del tuyo cuando folláis o ya habéis pasado esa fase? - lanzó ese dardo completamente envenenado y noté la presión de los dedos de Natalia en mi mano-.

- Mira, sinceramente, la conversación está siendo interesante pero no sé qué hacemos aquí perdiendo el tiempo cuando podría estar comprobando eso que dices - expliqué y miré a Natalia cual felino fichando a su presa, para descubrir que ella tenía los ojos totalmente anclados en mí, ignorando completamente a la pelirroja-. Así que creo que nosotras nos vamos a ir ya para casa ¿no, amor?

Natalia asintió con una sonrisa pícara, sin apartar su mirada intensa de la mía y simplemente tiró de mi mano para empezar a movernos.

Antes de desaparecer, miré hacia Alicia, se la veía frustrada por no ser el centro de atención y yo que me alegraba.

- Hasta otra, chicas - me despedí falsamente, Natalia ni siquiera lo hizo-.

Salimos del local, sin soltarnos, hasta llegar a la calle donde Natalia tenía aparcado su coche. Antes de entrar, me tuvo que liberar para sacar un cigarro. Me ofreció uno, pero lo rechacé.

Natalia fumaba en silencio, metida en su mundo. Casi podía escuchar su mente rememorando cada momento de esa noche.

También tuve tiempo de fijarme en que Natalia fumando era el ser más sexy e interesante del universo. Objetivamente. Además descubrí que tenía un tatuaje increíblemente bonito y sensual en la mano con la que fumaba. No entendía cómo había pasado desapercibido para mí hasta ese momento.

No pude evitar querer sacarle una foto. Ella vio mi intención y hasta posó para después vacilarme. Yo me justifiqué. Al fin y al cabo, era artista y cualquier artista necesita inspiración. ¿No?

Natalia terminó su cigarro y abrió el coche para que ambas subiéramos. Arrancó. En el camino hacia mi casa, notaba que quería empezar a hablar pero no sabía cómo.

- Gracias - dijo, simplemente, y dio un ligero apretón con una de sus manos en mi rodilla mientras me dedicaba una mirada sincera-.

- De nada - contesté, con una sonrisa-.

- Me puso los cuernos. Con Lucía. Estuvieron varios meses, a mis espaldas, y cuando la pillé simplemente me lo reconoció con una sonrisa. Te puedes imaginar lo mal que acabamos. Necesita hacer daño para ser feliz.

- ¿Todavía la quieres? - me atreví a preguntar-.

- No, para nada. - respondió contundente-. No me aporta nada como persona ni mucho menos como pareja. Además ya ha pasado tiempo - empezó, y yo dejé que se desahogara mientras la escuchaba atenta-. Solo siento rabia. De que me siga afectando su opinión, de darle la importancia que busca. Su objetivo siempre es humillarme, herirme en el orgullo y odio que lo consiga.

- No le contestate a lo de que yo no era tu tipo. ¿No lo soy? - esa pregunta me quemaba en la lengua. En cuanto la formulé y vi la sonrisa pícara de Natalia aparecer, me arrepentí-.

- ¿Te interesa saberlo, doña hetero? - aprovechó un semáforo en rojo para hacerme un repaso descarado-.

- ¿Vas a responderme o no? - insistí-.

- Dado que no es información de la que vayas a hacer uso, no - contestó riendo-.

- Oye que me puedes decir que no y no me voy a ofender, eh - Natalia negó con la cabeza y finalmente llegamos a mi portal-.

- Hemos llegado, señorita - anunció apagando el motor y yo me desabroché el cinturón-.

- ¡Qué noche! - exclamé-.

- Una locura. Te deseo suerte, no sé si te acuerdas pero mi amiga Marta está follando en tu casa y te advierto que silenciosa precisamente no es.

- Ay, tienes razón, a ver qué me encuentro. Gracias por traerme.

- No es nada... Bueno, entiendo que no hay posibilidades de que mi novia me invite a subir para echar un polvazo post-fiesta así que nuestra relación acaba aquí.

- Eres tontísima - le dije mientras me reía divertida-. Gracias por protegerme, ha sido la relación más corta de la historia.

- No te creas, eh. He visto peores.

- No me lo quiero imaginar... Bueno, subo. Buenas noches, Nat - anuncié, ella sonrió por el diminutivo, me acerqué a dejar un beso en su mejilla y bajé del coche-.

- ¡Alba! - gritó Natalia y yo me acerqué de nuevo al lado de conductor, ella bajó la ventanilla-.

- ¿Qué?

- Tiene razón Alicia. No eres mi tipo - confesó y yo bajé la mirada-. Mi tipo son las hijas de puta que te enamoran para luego dejarte hecha pedacitos. Y tú no tienes mucha pinta de serlo.

Neon Lights | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora