Capítulo 11

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Me despierto con una sonrisa tan grande que casi se me sale de la cara. Salto de la cama y voy corriendo al baño. Abro el grifo de la ducha y empiezo a desnudarme mientras el agua se calienta. Pongo el iPod en aleatorio y entro, mojándome todo el cuerpo. Hoy también he quedado con Michael y estoy muy feliz.

Boy I miss you, said I really do, boy I miss you

Now I understand that we're better together

Boy I miss you, said I really really do, boy I miss you

Now I understand that we're better together

 

Es curioso el papel que tiene la música en mi vida. Las canciones que escucho describen mejor lo que siento de lo que yo podría, es como si estuvieran escritas sólo y para mí. Porque ahora mismo echo de menos a Mike, a pesar de que anoche estuvimos juntos. Y eso es una señal.

Me visto con un top negro corto y unos pantalones beige con dibujitos negros de anclas. Bajo al comedor y veo que en la puerta de entrada hay maletas, lo que significa que mis padres ya están aquí. Me dirijo a la cocina y los veo a los dos charlando alegremente.

- ¡Hola! – digo mientras salto a abrazarlos. Los he echado mucho de menos.

- Hola cariño – dice mi madre mientras me devuelve el abrazo. Mi padre solo sonríe.

- ¿Qué tal ha ido el vuelo? – pregunto, una vez nos hemos separado.

- Muy bien, ¿qué tal ha ido por aquí? – dice mi madre.

- Muy bien también – respondo, lo cual no es del todo mentira. Habrán pasado cosas malas, pero ahora mismo no podría estar más feliz.

- Te hemos traído un regalito – dice mi padre, yendo hacia la entrada.

Lo sigo y él abre una maleta y saca una bolsa plateada. Me la tiene y la cojo, nerviosa por saber qué será. Saco el paquete de dentro y lo abro, dejando a la vista un vestido largo y blanco, cortado por la pierna izquierda y descubierto por la espalda. El escote es abierto pero no demasiado, y la tela es muy suave. Miro rápidamente la etiqueta y veo que se ha gastado 2000 CUP, la moneda que se usa en cuba, y eso equivale a poco más de 2000 dólares australianos. Me siento mal porque se han gastado mucho dinero pero sé que eso no importa, tenemos más dinero del que nunca podremos gastar.

Una cosa que me gusta de mis padres es que, a pesar de estar forrados, siguen siendo humildes y siguen haciendo vida normal. No soporto a la gente que por tener mucho dinero ya se cree superior a los demás. El dinero no es nada, es un simple trozo de papel con números escritos o una simple redonda de metal. Sí, servirá para comprar cosas que quieres, lo que te hace feliz, pero esa felicidad es temporal. Prefiero ser pobre y ser buena persona y tener amigos a ser rica y mala persona y creída. Lo bueno es que soy rica y buena persona – creo-.

¡Ding dong!

El timbre suena y oigo pasos que van hacia la puerta. “¡Mierda, es Michael!”. Bajo corriendo las escaleras y le cojo el brazo a mi padre antes de que pueda abrir la puerta.

- Es Amber – digo, con una sonrisa forzada. Pronunciar su nombre me produce rabia y ganas de vomitar. Aún me siento traicionada.

- Oh, bien, hace tiempo que no la veo – dice, alargando la mano hacia el pomo.

- ¡No! – pongo mi mano encima de la suya y me mira confundido. – Ehm… Verás… Amber… Amber se cayó el otro día y se hizo un morado en la cara y no quiere que nadie la vea – suelto de un tirón.

voodoo doll { hemmings; clifford }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora